El desperdicio de comida sigue siendo una de las asignaturas pendientes de los españoles y del resto de la población mundial. Uno de los mecanismos para evitar que toneladas de alimentos se tiren a la basura cada día es el congelador, ese fiel compañero de la cocina que sirve para mucho más que para guardar los hielos que usas para tus cócteles favoritos o para mantener los helados bien fresquitos para sofocar el calor. Pescados, carnes o platos ya preparados, seguramente has congelado de todo para que no se echase a perder y así de paso tener reservas de comida para cuando te haga falta. Ahora bien, ¿te has planteado si todos los alimentos se pueden congelar?
Aunque parezca que el congelador es el electrodoméstico perfecto para conservar cualquier alimento, no es así, ya que hay algunos que, tras pasar por ese proceso de congelación pueden perder sus propiedades o incluso ser perjudiciales para la salud. ¿Quieres saber de qué alimentos te hablamos?
Probablemente hayas congelado muchísimas veces carnes con grasa en el congelador. En ocasiones no da problemas, pero debes saber que la carne en sí no tiene inconveniente ni en el proceso de congelación ni en el de descongelación. Aún así, muchas carnes o productos como el tocino o el jamón pierden cierta gracia sin su parte más grasa, que precisamente es la que más fácil tiene perder su sabor si se congela, pudiendo incluso afectar al sabor de la parte magra. Así que mucho cuidado con la congelación de este tipo de productos. Además, cualquier carne que ya haya sido descongelada no debe volver a congelarse debido a que es más normal que atraiga a cualquier bacteria.
Por lo general el queso puede congelarse, el problema viene a la hora de comerlo, pues pierde muchas de sus propiedades y al cortarlo su textura no es la misma y se deshace con mucha facilidad. Pero si quieres el queso para cocinar no supone ningún inconveniente, eso sí, para sacarlo de aperitivo cuando te viene una visita no va a resultar la mejor idea.
A pesar de ser una de las bases de muchas comidas, las patatas y la congelación no son grandes amigas, ni cuando se hace con una entera ni en los platos que la llevan. Cuando se congela una patata esta se ablanda, pierde sabor y consigue una textura no muy apetecible. Incluso cuando quieres congelar unas lentejas o un estofado que lleve patatas se recomienda sacarlas por eso mismo, pues incluso pueden afectar al sabor del plato en general.
Las frutas y verduras con un alto contenido en agua no son la mejor opción para conservar dentro del congelador, ya que cuando se descongelan pierden su textura en incluso parte de su sabor. En el caso de las verduras también hay que tener en cuenta las que se consumen crudas, pues después de congelarlas pierden todo el gusto, algo que no suele ocurrir con las que se cocinan.
Sí, el pescado se puede congelar, pero siempre bajo unas directrices. Realmente el pescado que se puede congelar es aquel que está fresco y limpio. Los que ya llevan unos días en la nevera pueden haber cogido alguna bacteria que nos arriesgamos a que siga en el producto. Por eso mismo los pescados que llevan varios días en la nevera es mejor que se cocinen y no se congelen.
Por lo general ninguno de los dos suele producir ningún problema de salud al congelarlos cuando te sobra un poco de paella o de ensalada de pasta. Aún así, cuando vuelvas a comerlo no tendrá ni el mismo sabor ni, sobre todo, la misma textura. Esto se debe a que tanto el arroz como la pasta se vuelven mucho más blandos después de su paso por el congelador.
Si los huevos se te van a caducar aprovecha para reinventarte en la cocina y hacer algún plato o postre nuevo, pero nunca los congeles, básicamente porque no los podrás volver a utilizar. Al congelarse el huevo su parte de agua se va a expandir y lo más seguro es que la cáscara se rompa y puedan entrar bacterias. Pero si tienes muchos hay una alternativa. Si los rompes y los bates para que se mezclen bien sí que podrás congelarlo si lo guardas en un recipiente para congelar. De esta forma lo puedes aprovechar en un futuro para cualquier plato.
Algunas salsas, como la mayonesa, tienen una textura algo desagradable después de descongelarse. Cuidado porque también puede ocurrir que se corten, siendo un gran problema ya no solo para su textura, también para su sabor y para tu salud. Por eso mismo mejor conservarlas en la nevera hasta que caduquen o ya no estén en buen estado.
Realmente no pasa nada por congelar un pastel o una tarta que hayamos hecho en casa, es más, es hasta lógico, ya que muchas veces sobra demasiado y puede echarse a perder. El problema está en su textura y sabor, que se pierde completamente en el congelador y nada tendrá que ver con su cata anterior.