Cada vez hay menos huevos blancos: por qué están desapareciendo del supermercado
Se tiende a asociar que los huevos blancos son de granja y los marrones camperos
No existen diferencias reales entre ellos quitando el tamaño
150. Es el número de huevos, según los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Una cifra que se duplica si contamos los que ingerimos en productos industriales o cuando salimos a comer fuera. Fritos, cocidos o en tortilla, toda preparación es buena. No faltan nunca en la lista de la compra pero, ¿te habías dado cuenta de que en los últimos años encontrar en el supermercado un huevo blanco es prácticamente imposible? Hablamos con Mar Fernández, directora de Inprovo para descubrir qué ha provocado esto.
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La respuesta es sorprendente. "Es un tema cultural. Cuando se empezaron a abrir las granjas avícolas, las gallinas que había allí eran blancas. Por lo tanto, se empezó a asociar que los huevos blancos eran de granja mientras que los marrones eran camperos y más naturales", explica Fernández.
Además entran en juego otros dos factores importantísimos cuando hablamos de huevos: el tamaño y el precio. "Las gallinas marrones son más grandes, por lo tanto sus huevos también lo son. Su precio, por consiguiente es más alto, pero la diferencia es pequeña y al consumidor no le importa porque considera que está comprando algo de más calidad".
Entonces, ¿qué ha pasado con las gallinas blancas? Siguen estando y siguen poniendo huevos pero su uso es diferente. "Los huevos marrones se mandan a supermercados para el consumo en hogares mientras que los blancos son enviados a la industria, donde no importa el color siempre y cuando el producto siga siendo de buena calidad", reconoce la experta.
¿Existen diferencia reales entre blancos y marrones?
Realmente no. Ni la consistencia de la cáscara ni el color de la yema dependen de si es blanco o moreno. "Por un lado la densidad de la cáscara depende de la edad de la gallina. Los huevos más grandes suelen ser de animales mayores que, por su edad, ponen huevos mayores pero también más débiles".
Por otro lado, la yema tiene que ver con el tipo de alimentación de las gallinas. "Si es más anaranjada quiere decir que se ha alimentado con maíz o forraje. En cambio, si es más amarilla con trigo o cebada. Por ejemplo, en el norte de España suelen tener la yema más oscura que en el sur", asevera Fernández.
Beneficios para la salud
El consumo máximo semanal de huevos es uno de los temas más controvertidos en los últimos años. Durante mucho tiempo ha existido la creencia popular de que solo se podían tomar tres huevos a la semana. Sin embargo, dos estudios realizados por la Universidad de Harvard y publicados en la revista científica ‘Circulation’ revelan que tomar un huevo diario no incrementa el riesgo de enfermedad cardiovascular.
Además, los expertos del Centro Internacional del Huevo y la Nutrición (IENC) han identificado cinco beneficios que su consumo supone para nuestra salud.
- Son una fuente extraordinaria de proteína. Un solo huevo aporta seis gramos de proteína y 14 nutrientes esenciales, incluyendo vitaminas A, B, D y E, además de ser fuente de calcio, selenio y yodo.
- Son buenos para el cerebro. Contienen colina, un nutriente poco conocido que juega un papel importante en la construcción de membranas celulares, y participa en varias funciones vitales de nuestro cuerpo. Ayudan, por lo tanto, al desarrollo saludable del cerebro.
- Son cardiosaludables. A pesar de contener colesterol, los huevos contienen un alto nivel del colesterol bueno (HDL) y las investigaciones muestran que las personas con niveles más altos de HDL generalmente tienen menor riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas.
- Ayudan a la vista. Son una fuente de vitamina A y sus antioxidantes contrarrestan algunos procesos degenerativos asociados nuestra visión.