La tortilla de patatas, ¿con o sin cebolla? ¡No hay quien se ponga de acuerdo!
La tortilla a veces no es solo huevo, patatas, aceite y sal...
Desde hace décadas, un detalle en la elaboración de la tortilla divide a los españoles en dos: los que la quieren con cebolla y los que no.
Es un conflicto tan divertido como absurdo, porque ningún bando podrá convencer al otro jamás y todos los participantes estarán de acuerdo en que ellos o algún familiar prepara la mejor.
Es una de las grandes preguntas que nos formulamos con frecuencia: la tortilla de patatas, ¿con o sin cebolla? Es un interrogante que cada cierto tiempo solemos plantearnos en parte por razones como que este plato tan tradicional está presente en nuestras vidas desde pequeños. Y también por un hecho casi incontestable, que no apenas conocemos a nadie a quien no le guste una buena tortilla de patatas.
Posiblemente la pregunta que más ponemos sobre la mesa en familia o con amigos y conocidos es si la tortilla de patatas sabe mejor en función de si cuenta entre sus ingredientes con cebolla o no. La tortilla a veces no es solo huevo, patatas, aceite y sal. Con la cebolla viene el debate.
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Sus detractores argumentan, considerándose puristas, que precisamente son solo esos los ingredientes de este plato. Y que en todo caso, de llevarla, esta tendría que llamarse “tortilla de patatas y cebolla”.
Los partidarios apuntan que este ingrediente le otorga una textura y sabor extra a la base, digamos, más original. La defensa preferida de los “concebollistas” es que con ella la tortilla de patata está más sabrosa. También permiten, de un tiempo a esta parte, la inclusión de cebolla caramelizada.
Sea como sea y según estudios que así lo atestiguan, la tortilla de patata es el plato típico favorito de los españoles, por encima de guisos, arroces o incluso jamones y quesos. Como vemos, puede ser en sus distintas variantes a la hora de la inclusión de cebolla o no en su receta. Pero esta es no es la única distinción entre tortillas.
La gran mayoría de ellas varían en tamaño, grosor y en el grado de lo cuajado o líquido que se encuentre su interior. En eso también hay escuelas, que a menudo distinguimos a lo largo de las distintas latitudes de la geografía española. Y tampoco conviene olvidar que la tortilla de patata puede llevar, o no, relleno como verduras y chorizo y salsas como la brava.
¿Qué dice la historia?
Las primeras tortillas con huevo son mucho más antiguas que la llegada de la patata a la Península Ibérica. Las primeras se cocinaban a principios del siglo XVI, tanto por españoles como por aztecas. La patata llega de Perú sobre 1560, pero durante muchísimos años se generó una confusión lingüística con la batata.
Este error dificulta a los historiadores datar su introducción en la producción y gastronomía española. La confusión duró aproximadamente hasta el siglo XIX. La patata se extendió rápidamente por Europa pero tardó mucho en despertar el interés de los españoles.
Hay varios mitos sobre el origen de la tortilla. Uno de los más conocidos atribuye la autoría al general carlista Tomás de Zumalacárregui. Existen dos versiones, aunque ninguna cuenta con pruebas históricas muy convincentes: en una el general queda encantado con el plato que le prepara una pobre aldeana navarra. En la otra el mismo general preparó el plato durante el sitio de Bilbao.
Otra leyenda sitúa la primera tortilla en Flandes y se la atribuye al cocinero Lancelot de Asteu. Ninguna de estas historias está respaldada por los acontecimientos históricos de la época pero son de las más conocidas.
La versión más apoyada por datos la sitúa a finales del siglo XVIII y comienza siendo una tortilla con patata hervida y harina que intentaba generalizar el uso del producto para reducir el precio del cereal. Esta primera versión se localiza en el pueblo de Villanueva de la Serena, en Badajoz.
En lo que más concuerdan los expertos es en que la tortilla española tiene un origen campesino. Las patatas se usaban para compensar la escasez de huevo en las tortillas, porque estos eran mucho más caros. El plato se fue extendiendo conforme el hambre y la guerra llegaban a zonas más seguras.
Las primeras recetas registradas no tenían cebolla y las primeras versiones que incluyen el producto son de finales del siglo XX. Así que los detractores de la cebolla pueden apoyarse en que la tortilla fue considerada como tal mucho antes de añadirle cebolla.
Visto lo visto, respecto al dilema de la tortilla de patatas con o sin cebolla en España, solo podemos sacar dos cosas en claro: la primera, que probablemente la cuestión nunca se resuelva; y la segunda, que da igual con o sin cebolla, la tortilla de patatas es uno de los manjares más exquisitos de la tierra. En eso, todos estamos de acuerdo.