¿Cómo afecta la sequía a la producción de vino?
Las altas temperaturas y la ausencia de precipitaciones que afectaron a nuestro país hicieron que se tuviera que adelantar la fecha de la vendimia
El hecho de haber adelantado la fecha de la vendimia ha disminuido la producción de vino, a pesar de que la calidad del mismo no se ha visto, en principio, alterada por las circunstancias
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2022 fue uno de los años más calurosos de nuestra historia. Así lo demuestran los datos de la AEMET (Agencia Estatal de Meteorología), que apuntan a que 2023 también será extremadamente cálido y seco.
Según las informaciones del organismo, el pasado mes de octubre fue el más cálido de la serie histórica de nuestro país. En concreto, en el décimo mes del año se alcanzó una temperatura media de 1,8ºC, una cifra que superó en 3,6 ºC el valor promedio registrado entre 1981 y 2010 y que aumenta en 0,8ºC el anterior récord registrado en 2017, cuando la temperatura media del mes de octubre se situó 1ºC.
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De acuerdo a estos datos, la anomalía térmica registrada en el mes de octubre es de las mayores que se han visto en cualquier otro periodo de tiempo, al estar solo empatada con la experimentada en mayo de 1964. De hecho, el organismo apunta a que en la serie histórica solo ha habido siete meses con una anomalía superior a los 3ºC.
Más allá de las temperaturas, dicho mes también fue un mes extremadamente seco, con un valor de precipitación media de 52 mm que representa el 68 % del valor normal del periodo de referencia, situado entre 1981 y 2010, y que lo sitúa como el décimo mes de octubre más seco de toda la historia. Estos datos llegan después de que se registrase el verano más cálido de la historia, tras haber superado en 0,4º el anterior récord, registrado en 2003.
Los efectos de la sequía en el vino
Si se suman los datos registrados entre enero y octubre, el 2022 se ha posicionado, siempre según la AEMET, como el año más cálido y el cuarto más seco de la serie histórica. Estos resultados se han traducido en numerosas olas de calor que han tenido trágicas consecuencias a nivel humano y que han afectado también a distintos sectores, como el del vino.
Las altas temperaturas y la escasez de precipitaciones registradas durante la temporada estival llevaron a los viticultores a adelantar la fecha de la vendimia entre una y dos semanas, una situación que, unida al aumento de los precios derivado de la escalada de la inflación, ha provocado un descenso general en la producción de vino.
El calor registrado en los meses de verano adelantaba el proceso de maduración de la uva y, en algunos casos, llegaba incluso a secar algunos cultivos. Como resultado, y a pesar de que la calidad de las uvas recolectadas no ha empeorado, la producción de la bebida se ha disminuido, dado que la fruta recolectada es más pequeña que la que habría podido conseguirse en circunstancias normales.
Estos cambios en la producción del vino no son nuevos, y podrían empeorar de cara a los próximos años si las temperaturas siguen subiendo. Tal y como apuntó Juan Moreno, el coordinador de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) en Extremadura, en una conversación con Newtral, la “vendimia se suele adelantar desde hace bastantes años”.
En ese mismo artículo, desde Newtral se hacen eco de las conclusiones del informe ‘Impactos del cambio climático en la agricultura española’ elaborado por la COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos), que apuntan a que “al adelantarse el inicio de la maduración, podría coincidir con períodos demasiado calurosos y con diferenciales de temperatura noche-día muy bajos”.
Además, el medio también recoge las declaraciones de Robert Savé Monserrát, experto en vitivinicultura y cambio climático del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentaria (IRTA), que señala que estos cambios también podrían dar lugar a “vinos desequilibrados”, con un contenido alcohólico potencialmente alto.
La vendimia de 2022 ha sido una de las más adelantadas de la historia. De cara al futuro, habrá que ver si esta tendencia se mantiene y cómo termina de afectar no solo al volumen de la producción, sino también a su calidad.