Coger con elegancia una copa de vino o cómo seducir con los detalles
No saber cómo sostener una copa de vino puede dejarnos en evidencia en un evento social, una reunión de trabajo o una cita
Un error frecuente es sujetar la copa por el cáliz, con lo que irremediablemente se incrementa la temperatura del vino
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Degustar una buena copa de vino es uno de los grandes placeres de la vida. Ya lo decía Alexander Fleming: "Si bien la penicilina cura a los hombres, el vino les hace felices". Pero una cosa es disfrutar de esta bebida y otra cosa es aparentar saber de ella. Y en una reunión social, de trabajo o incluso una primera cita, no saber cómo coger una copa de vino puede dejarnos en evidencia a las primeras de cambio. Y al contrario, la manera correcta de sujetar una copa otorga una elegancia y una clase que te van a permitir seducir con mayor facilidad a tus interlocutores.
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En primer lugar, hay que tener claro que la copa de vino está diseñada para estimular y acrecentar el sabor y la fragancia del vino que vamos a tomar. Normalmente, está formadas por tres partes: el cáliz (que es donde se vierte el líquido), la base y el tallo (que conecta el cáliz con la base).
El error más común al sujetar una copa
Mucha gente comete el error de sujetar la copa por el cáliz, como han visto hacer en multitud de series y películas, con lo que incrementan irremediablemente la temperatura del vino al transmitir el calor corporal al cristal. Cambia sus características en nariz y boca y, teniendo en cuenta que para apreciar bien un vino hay que tomarlo a su temperatura óptima, esta es una opción nada recomendable.
La forma adecuada de cogerla
Lo ideal es sujetarla por el tallo con las yemas de los dedos. Hay quien las coge con tres dedos, pero con cuatro se gana estabilidad, por si no tienes mucha práctica. Esta es la forma más eficiente de que nuestros 37 grados corporales no estén en contacto con el líquido.
Si nos fijamos más en el decoro que en el disfrute, también se trata de evitar dejar la copa llena de huellas de dedos al sujetarla, algo que seguramente ocurrirá si estamos en una comida. Y no hay cosa más poco glamurosa que tener en la mano una copa de cristal con aspecto sobado o con manchas.
La opción de los más expertos
Por otra parte, sostener la copa por la base no es lo habitual pero tampoco se consideraría estrictamente un error. Generalmente queda reservado a expertos catadores y sumillers, ya que de esta manera consiguen apreciar mejor la textura y el color del vino. Pero al contrario de lo que pasa si la sujetamos por el tallo, la copa tiene menos equilibrio y menos libertad de movimiento.
Detalles que debes tener en cuenta
La elegancia y el saber estar no se limitan solo a cómo coger la copa. Es importante a la hora de beber no sorber ni emitir cualquier sonido. Y si cae algo dentro de la copa, jamás intentes pescarlo con los dedos. Hay que pedir una copa nueva. Por supuesto, nada de pasar el contenido de nuestra copa a otra. Tampoco es admisible compartir la copa con un amigo o un familiar.
Y si quieres ser estrictamente escrupuloso con el protocolo, éste marca que debemos utilizar una servilleta antes y después de beber para que la copa siempre se mantenga limpia. Ya sabes, tan importante es saborear el vino en condiciones como cuidar la experiencia desde el punto de vista estético.