Llevas tiempo deseando abrir ese tinto que tanto te gusta y decides descorcharlo en pleno mes de julio. Lo sirves y es entonces cuando notas que algo no va bien: no solo está demasiado caliente, sino que, tanto en nariz como en boca, su sabor es ácido y excesivamente alcohólico. Te preguntas cómo es posible si lo has conservado a temperatura ambiente. Quizás ahí resida el primer error. La temperatura no es un asunto para tomarse a broma si lo que realmente quieres es sacarle el máximo partido al vino. No te hace falta un termómetro; basta con los consejos de un experto. En Uppers contamos con uno de los mejores, José Moro. Dale al play.
Estas recomendaciones no solo son válidas para cuando estás en casa. Al igual que haces con un café, no dudes en ser exigente con la temperatura cuando vas a salir a comer o a cenar fuera. Pide una cubitera si lo estimas oportuno. Y como el vino va calentándose en copa, es mejor que te lo sirvan un par de grados más fresco; en pocos minutos ya estará en su punto.