El mundo de la política despide a Mijaíl Gorbachov, fallecido en Moscú a los 91 años tras una larga enfermedad que no ha sido concretada. Según la agencia TASS, el exdirigente será enterrado en el cementerio de Novodevichy, ubicado en la capital, donde reposan grandes personalidades del país.
Imprescindible en el fin de la Guerra Fría, creador de la Perestroika y artífice de la Caída del Muro, Gorbachov ha sido uno de los arquitectos del nuevo Orden Mundial que llega hasta la Rusia de Putin. Analizamos su entorno cercano y los aspectos más íntimos y menos conocidos del mandatario.
No está confirmado, pero haberlo (el origen gallego), haylo. Según las investigaciones del diario orensano La Región, Gorbachov sería nieto de Antón Corbacho, un emigrante que participó en la Revolución de 1917. Tenaz y ambicioso, llegó a dirigir uno de los 'koljos' (granjas colectivas) más importantes del Cáucaso. Prosperó y pudo mandar a la universidad a su hijo Manuel, padre de Miguel o Mijaíl. El joven decidió, según la investigación, 'eslavizar' su nombre para poder hacer carrera en la Unión Soviética.
Con apenas 20 años conoció a Raisa Maximovna Titarenko, nacida en Siberia en 1932. De dulce sonrisa, estudiosa y con claro perfil intelectual (profesora de filosofía y sociología), Raisa Gorbachova fue la mujer que siempre tuvo "completamente enamorado", según sus propias palabras, al líder soviético.
Se vieron por primera vez en un baile estudiantil. Con los años, el político reconoció haber sido víctima de un flechazo, mientras que ella era más reacia a comenzar una relación sentimental ya que tenía reciente un desengaño amoroso. En 1953, Raisa y Mijaíl contrajeron matrimonio. Como no podía ser de otra manera, el futuro político de Mijail primó sobre los intereses de Raisa, que murió de una leucemia fulminante a los 67 años.
Irina Mikhailovna Virganskaya es la única hija de Gorbachov. Nacida en 1957, recibió una esmerada educación y siempre se mantuvo al lado de su padre, sobre todo cuando Raisa murió. Divorciada y madre de dos hijas, Anastasia y Ksenia, es vicepresidenta de la Fundación Gorbachev y será, presumiblemente, la persona que se encargue de gestionar el legado de su padre.
En 1990 Gorbachov fue elegido presidente de la URSS, después de ser proclamado presidente del Soviet Supremo, entonces el máximo órgano legislativo de la federación soviética. El mismo año, ganó el Premio Nobel de la Paz por ayudar a poner fin a la Guerra Fría.
Apenas un año después, el 21 de diciembre de 1991, con la disolución de la URSS, se estableció formalmente la Comunidad de Estados Independientes. Cuatro días más tarde, el 25 de diciembre, dimitió como presidente. Se abrió entonces un escenario de competencia política de efectos impredecibles. En 1992, creó la Fundación Gorbachov con el fin de realizar y financiar estudios en el ámbito socioeconómico y político.
A través de la fundación, intensificó sus relaciones con mandatarios de los que había sido antagonista, como Ronald Reagan, el mismo que le había espetado "¡Derribe el muro!", George Bush, Bill Clinton, el Papa Juan Pablo II o españoles como Javier Solana, exsecretario general de la OTAN.
Después de abandonar la presidencia de la URSS, Gorbachov se convirtió en un conferenciante internacional y, prácticamente, en una celebrity. Su presencia era requerida en eventos, programas de televisión y... Sí, también en la música. En 2004 ganó un premio Grammy al mejor álbum de Palabras Habladas para Niños, por 'Prokofiev: Peter and the Wolf/Beintus: Wolf Tracks'. Compartió el premio con los otros narradores del álbum: nada menos que Sophia Loren y el expresidente estadounidense Bill Clinton.
Pocas marcas de lujo pueden contar entre sus embajadores con una figura de talla mundial. Louis Vuitton lo consiguió en 2007 contratando a Gorbachov para una ambiciosa campaña en la que también participaron Catherine Deneuve, André Agassi y Steffi Graff.
La campaña mostraba al ex presidente soviético en la parte trasera de un automóvil de época que circula junto al muro de Berlín con una maleta llena de documentos y una pregunta: "¿Se viaja para descubrir el mundo o para cambiarlo? Muro de Berlín. De vuelta de una conferencia". Al parecer, fue el mismo Gorbachov el que dio la idea de situar la escena en el muro de Berlín.
En esos años el exlíder soviético grabó un anuncio hasta cierto punto satírico sobre los últimos años de la URSS. Y fue para una marca estadounidense: Pizza Hut.
En él, Gorbachov y su supuesta nieta llegan a una sucursal de la pizzería. en Moscú. Varios comensales lo reconocen y le reprochan que por su culpa la economía y política de Rusia están en caos, mientras otros, más jóvenes, defienden que gracias a él tienen más libertad, encarnada, según el anuncio, en un pedazo de pizza.