Nueva exhumación polémica: ¿Quién fue Queipo de Llano y por qué está enterrado en La Macarena?
El general Gonzalo Queipo de Llano fue uno de los militares del núcleo original de la sublevación de julio de 1936 que dio origen a la Guerra Civil
Apoyó la República y el gobierno de Azaña, pero pronto cambió de bando para hacerse con el control militar del sur de España, con Sevilla como objetivo
Está enterrado en Sevilla como 'hermano mayor honorario' de la Hermandad de la Macarena, pero sus días en a basílica están contados
La exhumación del general franquista Gonzalo Queipo de Llano de la Basílica de la Macarena parece que va a consumarse. La carta enviada a la corporación religiosa por Fernando Martínez López, secretario de Estado de Memoria Democrática, para que se tome esta medida con la entrada en vigor de la nueva Ley de Memoria Democrática supone la cuenta atrás para una intervención que ha desatado la polémica.
Distintos políticos del ámbito loca, autonómico y estatal se han pronunciado sobre la exhumación. El último, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, quien recientemente confirmó que se cumpliría la ley para sacar a Queipo de Llano de La Macarena. Analizamos las luces y las sombras de este militar, clave en el desarrollo de la Guerra Civil.
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¿Quién fue Gonzalo Queipo de Llano?
Nació en Tordesillas (Valladolid) en 1875. A los 18 años ingresó en la Academia de Caballería de Valladolid, y fue ordenado Oficial del Ejército, arma de Caballería. Además de aristócrata, fue combatiente en la guerra de Cuba, entre España y Estados Unidos, y en Marruecos. Años más tarde, el general Gonzalo Queipo de Llano fue uno de los militares del núcleo original de la sublevación de julio de 1936, que dio origen a la Guerra Civil, junto con los generales Mola y Sanjurjo. Desarrolló su carrera, principalmente, en el Norte de África, pero hoy es recordado por su intervención durante el alzamiento en la Región Militar Sur de la península, especialmente en Sevilla, en cuya basílica de La Macarena se encuentra inhumado.
De republicano a apoyar a Franco
Desde el principio, fue conocido por su republicanismo. Comenzó conspirando contra la monarquía, lo que le obligó a exiliarse en Portugal. Cuando se proclamó la República en 1931, regresó a España y al servicio militar, y fue nombrado jefe de la Primera Región Militar de Madrid. Fue partidario del gobierno de Azaña, pero la situación duraría poco. En 1933 fue relegado de todos sus cargos por haber proferido algunos comentarios desfavorables para el Gobierno.
En 1934, el general Mola se ganó su apoyo para contribuir a la rebelión militar contra la República. Dos años más tarde, Mola le encargó a Queipo de Llano estar al frente de la sublevación en Sevilla.
Posición ambivalente
Durante los meses previos a la contienda, el general Queipo de Llano tuvo una posición ambivalente: parecía ser leal al gobierno de la República. Pero una vez registrado el alzamiento, ordenó la detención de jefes y oficiales leales al gobierno al tiempo que trataba de ganarse las guarniciones de los distintos cuarteles.
El poder de la radio
La noche del 18 de julio, Queipo de Llano fue ‘el general de la radio’. A las 10 de la noche, a través de Radio Sevilla, animó a la población a apoyar la rebelión. De manera agresiva, empezó a compartir una serie de discursos en los que no escatimaba insultos, burlas y todo tipo de anécdotas en contra del bando de la República. La propaganda política alcanzaba así una nueva dimensión.
Sevilla dominada
Durante el inicio de la contienda, la capital hispalense fue objeto de acoso y derribo, tanto entre los militares afines a la República como contra la población. Para el 21 de julio, en solo unos días, Queipo de Llano se hizo con el control completo de la capital andaluza.
Sin embargo, su poder fue disminuyendo a medida que aumentaba el de Franco. Pronto fue relevado de las misiones importantes; se le terminó enviando a una misión militar a Italia y luego se le pasó a la reserva. A finales de 1950, Franco le otorgó el título de marqués de Queipo de Llano.
Apenas un año después, el militar falleció en el cortijo de Gambogaz. Hoy, descansa en el mismo lugar donde fue enterrado: en la Basílica de la Macarena de Sevilla. A día de hoy y desde 2009 se han eliminado todas las referencias políticas y militares del general. Desde hace unos años sólo se le nombra como "hermano mayor honorario" y como tal está enterrado. Pero los días en los que podrá continuar en la iglesia, una de los mayores atractivos turísticos de la ciudad, están contados.