Una buena o mala actitud puede hacer que cualquier proyecto se decante hacia lo positivo o lo negativo. En cuestión de edad, también. La entrenadora Jacqueline Hooton lo explica en uno de sus posts de Instagram. Esta influencer, que roza los 60, afirma que ayuda a las mujeres de esa franja de edad a ponerse fuertes y saludables, a evitar el declive físico y a abrazar sus años con optimismo.
Pero Hooton va aún más lejos al afirmar que "Una actitud negativa hacia la edad y el hecho de envejecer aumenta las posibilidades de envejecer más rápido".
En opinión de esta influencer, "Los estereotipos y el marketing anti-aging han hecho que la gente tenga miedo de cumplir años. Internalizamos el edadismo y evitamos abrazar el envejecimiento activo. Planta cara al edadismo. Normaliza envejecer de una manera activa y compensa la narrativa edadista que nos rodea desde que nacemos". Así de contundente se muestra la entrenadora. Y algo de razón tiene.
Es difícil escapar a los estereotipos negativos que nuestra sociedad elabora sobre el hecho de envejecer. De manera inconsciente, independientemente de la edad, se aceptan sin cuestionar su validez. Cuando se van cumpliendo años, los estereotipos se hacen relevantes, algo que, según la ciencia, podría tener un impacto sobre el proceso de envejecer.
Un estudio publicado en el Journal of Personality and Social Psychology sugiere que la actitud de una persona sobre el envejecimiento puede tener un impacto significativo en la cantidad de tiempo que vive. El estudio, que pretendía investigar las implicaciones del envejecimiento y la jubilación en las personas, analizó a 660 mayores de 50 años de edad en adelante de una comunidad de Ohio.
Los investigadores midieron la actitud hacia el envejecimiento y la longevidad, así como también su formación, su salud funcional (lo que una persona es capaz de hacer físicamente), y la percepción hacia su propia salud y su sentimiento de soledad.
Además, midió si los participantes se sentían más o menos pesimistas con su estado o declaraban tener la misma energía, proyectos y sentimientos de felicidad respecto a los años anteriores de su vida.
La conclusión del estudio es que las personas con una actitud positiva sobre su envejecimiento vivían un promedio de 7,5 años más que aquéllas que tenían actitudes más negativas. En este estudio, una actitud positiva hacia el envejecimiento tenía un mayor impacto sobre la supervivencia que la edad, el sexo, el estado socioeconómico, la soledad y la salud funcional.
De igual manera, el estudio sugiere que una actitud positiva hacia el envejecimiento propicia la longevidad más que otros factores relacionados con el estilo de vida, como no fumar, tener un peso saludable y hacer ejercicio.
Según la doctora Becca Levy, profesora auxiliar de epidemiología y salud pública en la Universidad de Yale, una posibilidad es el aumento del estrés resultante de las actitudes negativas, la famosa inflamación crónica por exceso de cortisol que terminaría afectando al sistema inmune.
Sin embargo, aún no está del todo demostrada la correlación entre pesimismo y envejecimiento. Hasta que eso ocurra, los autores del estudio de Ohio sostienen que existe la necesidad de corregir los estereotipos negativos del envejecimiento. La manera más efectiva es mostrar, especialmente entre los jóvenes, los edadismos o estereotipos negativos sobre el envejecimiento y aumentar la conciencia de su impacto negativo. La próxima vez que un joven diga que alguien de 40 es un viejo, recordémosle que cumplir años el premio que recibimos por saber vivir.