Más allá de estas elecciones: cómo votamos los de más de 50 y los jóvenes en España
Unos 1.700.000 millones de jóvenes podrán votar por primera vez en estas elecciones, pero gran parte de ellos se abstendrá de ir a las urnas
Un profesor de Ciencia Política explica los tres puntos por los que la generación Z es la que menos se mueve para votar
Siguen siendo mayoritariamente de izquierdas, aunque más derechizados que generaciones de jóvenes anteriores
En menos de una semana llega la primera cita electoral del año: las elecciones municipales y autonómicas. Luego, a final de año, llegarán las generales, pero estas primeras pueden servir para testar lo que ocurrirá dentro de unos meses, de ahí que las formaciones políticas y sus cabezas de cartel hayan puesto toda la carne en el asador a lo largo de esta campaña, en la que han puesto su atención en dos segmentos de población claros: los jóvenes y los mayores de 50. ¿Votan menos los jóvenes o los adultos? Lo analizamos con los datos del último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).
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La generación Z, la que más se abstiene
En estas elecciones 1.700.000 de jóvenes irán a las urnas por primera vez, pero son los que más se abstienen. Según los últimos datos del CIS, solo el 55’8% de los jóvenes de entre 18 y 24 años tienen claro que irán a votar. Más de la mitad lo hará, pero están lejos del 74% de la población de 45 a 54 años que lo hará. Los que más, los de entre 65 y 74 años, que el 78’6% irá a votar. ¿Por qué se abstienen más?
El profesor de Ciencia Política de la Universidad Rey Juan Carlos, Javier Lorente, ha analizado esto en Las Mañanas de RNE con Íñigo Alfonso. “Los jóvenes participan menos siempre, es una constante que se observa en política desde los años 60. Cuando los jóvenes transitan a su vida adulta, tienen más experiencia y más posibilidades de contactar con el sistema político, acaban participando”, sostiene.
Los partidos políticos se interesan poco
“Los partidos miran poco hacia los jóvenes y tiene muchas explicaciones”, expone el experto. Primero, porque “son menos en términos de población. La segunda es que participan menos, con lo cual es menos atractivo pedir su voto”. También señala que los jóvenes “son más volátiles, no tienen su identificación partidista creada, no han generado un vínculo afectivo con los partidos porque no han tenido tiempo, puedes estar haciendo medidas para un colectivo que a lo mejor no te vota o cambiará su voto en las siguientes elecciones”.
Por tanto, ve que el problema está tanto en los jóvenes como en los partidos, que no se esfuerzan en pedir su voto. “Es la pescadilla que se muerde la cola. Los jóvenes participan poco, los partidos no se interesan por ellos, entonces como no se interesan por ellos, pues participan menos todavía. Hay que salir del bucle”, afirma.
Siguen siendo de izquierdas, pero más derechizados
Hace unos años, en 2015, con el florecimiento de Podemos, Twitter se convirtió en una herramienta clave para lograr el voto joven, pero cada partido busca su público objetivo y, por tanto, cómo movilizarlo. “Ahora parece que Vox, por ejemplo, cuida bastante el voto joven a través de plataformas como TikTok o Instagram. Cada partido define el perfil de su votante y cómo moviliza más a los suyos. El PP tiene un votante más envejecido, no tiene sentido invertir recursos en buscar gente joven que ya les llegará más adelante”, comenta.
¿Y cómo votan los jóvenes? Por lo general, suelen ser más de izquierdas que los adultos, esto no es novedad, es una tendencia histórica. “A lo largo del tiempo se observa que, si los comparamos con los jóvenes del pasado, son menos de izquierdas, se han derechizado un poco”, comenta Lorente.
El interés está en los mayores de 50
Ya en la tertulia posterior, Rodolfo Irago explica que los partidos políticos tienen sus focos de interés en los mayores, los pensionistas, y luego en el segmento de población entre los 35 y los 55 años, etapa en la que el interés político está más definido, mientras que los jóvenes, especialmente cuando llega la etapa electoral, pasan a un segundo plano, pese a ser decisivos en los resultados.
La volatilidad de la que hablaba Lorente se ve en los resultados del último CIS, donde a partir de los 45 o 50 años en adelante normalmente la población se mantiene fiel como votante de un partido político concreto frente a los jóvenes, que se deciden mayoritariamente por aquel que más les convenza según sus intereses.
Además, son los que más tarde se deciden. A partir de los 45 años la mayor parte del electorado decide su voto antes de la campaña electoral o justo al inicio, al contrario que la generación Z, que lo hace con la campaña ya empezada o durante los días previos a las elecciones.