Así es Françoise Bettencourt, heredera de L’Oréal y primera mujer en amasar una fortuna de 100.000 millones

A sus 70 años, Françoise Bettencourt Meyers, heredera del imperio de L’Oréal, se ha convertido en la primera mujer del mundo en amasar una fortuna que supera los 100.000 millones de euros, según Bloomberg ha desvelado en los últimos días. ¿Cómo? Las acciones de la empresa cosmética han alcanzado su máximo histórico, colocando a la actual vicepresidenta en esta posición y entre las personas más ricas del planeta, la duodécima en concreto.

A pesar de ello, se queda lejos del francés Bernard Arnault, fundador de LVMH, con un patrimonio neto de 179.000 millones de dólares, aunque Bettencourt comienza a coger fuerza en la carrera de los más ricos del mundo.

L’Oréal fue fundada en 1909 por su abuelo, Eugène Schueller, quien pasó el testigo a su hija Liliane Bettencourt y esta, a su vez, lo hizo en 2017 tras su fallecimiento a Françoise, con quien la compañía de belleza vive uno de sus momentos más dulces en cuanto a marca y desempeño económico, marcando máximos en la Bolsa de París. Todo ello tras recuperarse después de la pandemia, pues durante el confinamiento las ventas de cosméticos cayeron y desde hace un tiempo han repuntado.

Además de ser la heredera, Françoise Bettencourt es también la vicepresidenta de la junta directiva y su familia es la principal accionista de L’Oréal, con un 35% de las acciones. Aún heredando de su madre tal fortuna, lo cierto es que la relación entre ambas no siempre fue idílica. 

Liliane Bettencourt era catalogada la mujer más rica de Francia, con una gran relación con los líderes del país, pero durante sus últimos años Françoise inició una batalla legal frente a su madre, alegando que gente de su entorno se aprovechaba de ella, apuntando directamente al fotógrafo François-Marie Banier, al no estar en posesión de sus plenas facultades mentales.

Fue uno de los grandes escándalos de Francia, pues la heredera se enteró de que su madre tenía pensado adoptar al fotógrafo o que su gerente financiero había cogido dinero de su fortuna para financiar la campaña de 2007 de Nicolas Sarkozy. Finalmente, ambas llegaron a reconciliarse y en 2011 un tribunal declaró que la matriarca padecía demencia, dándole a Françoise el control de su fortuna y del bienestar de su madre.

No se conoce mucho sobre la vida que Françoise lleva, pues la heredera siempre ha preferido mantenerse en un segundo plano a acudir a eventos sociales y dejarse ver con frecuencia. Hija única, se casó con el ejecutivo Jean-Pierre Meyers, nieto de un rabino asesinado en Auschwitz, por lo que su matrimonio causó cierta controversia, ya que su abuelo, Eugène Schueller, fue acusado de colaborar con el gobierno Nazi.

Junto a él tiene dos hijos, Jean-Victor, que también es miembro del consejo de administración de L’Oréal, y Nicolas. Bettencourt ha escrito dos libros, un estudio sobre la Biblia y uno sobre dioses griegos, y también le gusta tocar el piano. Poco más se conoce sobre la mujer más poderosa de Francia y del mundo.