¿Qué se considera ser un hombre sexy hoy? Así ha cambiado lo bello en los últimos 40 años

  • La elección de Patrick Dempsey como hombre vivo más sexy del planeta ha avivado el debate sobre la masculinidad estereotipada

  • ¿Es necesario desmarcarse de los cánones estéticos tradicionales para cambiar ciertas conductas?

  • Si algo queda claro en esta edición de la revista People es que las canas y la edad cotizan alto

Mandíbula cuadrada, angulosa y bien definida. Músculos firmes que sugieren fuerza física. Rasgos duros, barba a medio afeitar y una sonrisa que se detiene a la mitad para que nadie pueda pensar que se trata de una expresión de sentimiento. Si le añadimos cualquier otro rasgo que apuntale autoafirmación, hipersexualidad, autoridad o dominación, tendremos dos retratos robot perfectos. Uno, el de la masculinidad estereotipada que nos aleja de la igualdad. Otro, la masculinidad exitosa, la que hace al hombre sexy sin inmutar las razones a lo largo del tiempo. Valía para Humphrey Bogart, mito indiscutible con su hombría envuelta en una gabardina y el cigarro en la mano. Y vale para Patrick Dempsey, el "hombre vivo más sexy" en 2024, según ha anunciado la revista People. El actor y piloto de carreras recoge el testigo del también actor Chris Evans, que lo fue en 2022.

Rompe la barrera del edadismo

Desde 1985, esta revista norteamericana elige al que considera "el hombre vivo más sexy del planeta", título que han ostentado John Legend, Michael B. Jordan, Ryan Reynols o Idris Elba. La lista podría ser un reflejo de la evolución de los estándares de belleza masculina en estas cuatro décadas y, sin duda, Patrick Dempsey, con 57 años y canoso, rompe la gran barrera del edadismo. "Me alego de que esto pase en este momento de mi vida", declaró el actor. Confesó a la revista que, al enterarse, pensó que era una broma, se quedó "completamente en shock" porque, según dice, siempre creyó que no pasaría de "dama de honor".

Esta expresión se utiliza con los niños varones que tienen que asumir este rol en la boda cuando no existe una niña en la familia. Se conoce también como flower boy, un término cada vez más habitual en la cultura asiática kpop, con hombres que adoptan una vestimenta y unos códigos andróginos y ambiguos. Björn Andrésen, icono gay, encarnó el prototipo en los setenta después de que el cineasta Luchino Visonti viese en su androginia y fragilidad la belleza absoluta de Tadzio en su adaptación de ‘Muerte en Venecia'.

El público decide

¿Dónde está la nueva masculinidad? ¿No existen alternativas al canon tradicional de conducta viril y ruda? Entre otros atributos, People reconoce que ha valorado el "estatus de rompecorazones" de Dempsey. "Creó tal frenesí" entre los lectores que apareció en sus páginas en innumerables ocasiones a lo largo de los últimos años. Ahora "se lleva a casa la corona del hombre vivo más sexy".

Las redes sociales y muchos medios han reaccionado molestos a esta decisión y reclaman al mundo de la cultura un mayor compromiso para romper con estos patrones y ofrecer una nueva imagen de hombre sensible, pacífico, negociador, cariñoso y muy lejos de esa fantasía fría e hipersexual. Sin embargo, el reclamo no parece rentable para las marcas y la explicación está en la calle. Cuando las plataformas de citas preguntan a sus usuarios por sus preferencias, de nuevo destella esa masculinidad estereotipada. Solo un 5% de los encuestados por Ashley Madison, por ejemplo, siente atracción por la inteligencia de una persona. También en Instagram cotiza la belleza normativa de cuerpos esculpidos. 

El primer premiado por People fue Mel Gibson, antes de sus declaraciones antisemitas en estado de embriaguez y de sus acusaciones por maltrato. En las décadas siguientes fueron Tom Cruise, Brad Pitt, George Cloonye, Pierce Brosnan, Johnny Depp… En 1989, Sean Connery, alopécico y con casi 60 años, rompió el molde. También Denzel Washington, en 1996, primer hombre negro en este controvertido cuadro de honor.

Julie Jordan, editora de People, justificó hace un tiempo que en la elección del hombre más sexy se tienen en cuenta los comentarios en las redes sociales y en los medios a lo largo del año e incluso se pregunta a las mismas celebridades. Y no deja de ser curioso que el 70% de su público son mujeres.

No valen los reclamos comerciales

¿Qué hay fuera de la belleza normativa? Otras estéticas, como la controvertida indie sleaze, de hombres descuidados, esquelético y adictos, que impusieron iconos como Pete Doherty, pueden tener su momento en el mundo de la moda, el cine o la música, pero enseguida salta la alerta por los códigos éticos que se esconden detrás del fenómeno estilístico. Tampoco la cultura Kpop asiática parece que vaya a arrasar en Occidente.

La belleza estereotipada de la masculinidad no deja de ser anecdótica si tenemos en cuenta otros detalles biográficos de los galardonados que pueden servir de lección. Dempsey logró máxima popularidad en la exitosa serie de médicos 'Anatomía de Grey', emitida entre 2005 y 2015, como Derek Shepherd, alias Doctor Macizo (McDreamy). Pero además de su faceta como actor, también ha desarrollado el Dempsey Center, un centro para apoyar a pacientes con cáncer y a sus familiares, fundado en honor a madre fallecida. 

Dan Wakeford, redactor jefe de la revista entre 2019 y 2022, resaltó que, por ejemplo, en el caso de Michael B. Jordan, no fueron sus bíceps los que le hicieron ganador en 2020, sino su implicación en el movimiento Black Lives Matter y, en general, en la lucha por los derechos de las mujeres.

Fragilidad y virilidad son compatibles

La belleza o la virilidad muy marcada ya no anula la sensibilidad o la calidez de un hombre. Hombres como Jason Momoa que, en apariencia es la quintaesencia del macho salvaje con su cabello largo y rostro barbudo, llevan a sus hijos colgados de los hombros y escriben haikus en su tiempo libre. Es la faceta que mostrará el actor en su nuevo documental, ‘On the Roam', a punto de estrenar. Nos descubrirá lugares y personas únicas, conectará con artesanos, creadores y gente con otras pasiones e inspiraciones. El canon físico tradicional no tiene por qué anular la capacidad de sentir empatía o de admitir emociones. Puede que haya que rendirse a la idea de que es otra manera de madurar el ideal masculino.

Temas