¿Cuánto dinero necesitas para vivir como un millonario? Hablamos con un experto
Alberto Dacasa, un empresario que ayuda a otros a serlo, nos indica qué necesitamos para creernos auténticos maharajás
El precio lo marca uno mismo, como no puede ser de otro modo: de 100.000 euros al año a varios millones
Sin embargo, hay "un mínimo común de comodidades en los más ricos del mundo", según el experto
Dice el magnate Warren Buffett que el dinero no cambia "lo saludable que estás" ni "la cantidad de personas que te amarán". Tendrá razón, pero nos encantaría repetir sus palabras con su patrimonio de 128.000 millones de dólares en lugar de andar siempre a vueltas con el coste de la vida, ese dichoso concepto que se lleva, en el mejor de los casos, el 70% de nuestros ingresos. "La vida no es justa, ¡acostúmbrate!", se jactaba Bill Gates. También lo sabemos, pero nadie nos impedirá echar cuentas para calcular a cuánto estamos de vivir a cuerpo de rey.
Alberto Dacasa es un empresario mexicano de origen gallego que, además de haber conseguido la libertad financiera para vivir a cuerpo de rey, enseña a otras gentes su "método avión" para trazar su propia ruta y conseguir todo lo que desean y más. Le hemos pedido que nos ayude a poner negro sobre blanco qué cosas nos harían sentir más cerca de esas personas acaudaladas que parecen gozar de caprichos y comodidades sin límites. Teniendo en cuenta que España está entre los 10 países con más millonarios a nivel global, según el banco Credit Suisse, es posible que a algún lector le sobre cualquier cálculo.
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Algunos mínimos
En su opinión, hay unas necesidades que deberían estar cubiertas y nos va marcando el modo.
- Servicio doméstico: te elimina el estrés del día a día
Es importante delegar en personas las tareas del hogar, la limpieza, la cocina, el mantenimiento del jardín y de la casa, la tintorería… La tranquilidad de ver que todo está a punto es impagable.
- Chófer: el coche siempre a punto
Es otro de los servicios que te aportan una comodidad difícil de valorar. Que te dejen en la puerta de casa, en el aeropuerto, en un teatro o donde desees trasladarte sin preocuparte del aparcamiento es uno de los mayores lujos.
- Servicios a domicilio, un capricho aún por conocer
Estamos acostumbrados a la compra o la comida, pero ¿hemos pensado en el placer de traer a casa a nuestro peluquero de confianza, al esteticien o al fisioterapeuta?
- Vehículos: imaginar y comprar
Si eres un apasionado de los coches, querrás tener al menos un modelo deportivo o un todoterreno. El gran lujo es escoger aquél o aquellos que te gustan y con los extras que quieras sin fijarte en el precio.
- Un trato distintivo
Ahora que se han popularizado los deportes que antes creíamos exclusivos de millonarios, la diferencia está en elegir el club más exclusivo, las mejores pistas de esquí o el campo de golf más inaccesible. Igual ocurre con algunos eventos. Ya no es lujo una entrada, sino saludar a los protagonistas y acceder al back stage.
- Viajar creyéndote un maharajá
Vehículos privados que ofrecen confort, rapidez y privacidad, por tierra, mar o aire, y llegar a un destino exclusivo. No se trata de elegir lo exótico, sino aquello que se adapta a tus gustos sin necesidad de mirar el presupuesto.
- Gastronomía: donde el paladar te lleve
El restaurante más caro no siempre es el que mejores comidas sirve. En gastronomía el lujo es escoger sin fijarte si ese local está en París, Nueva York o Madrid. No importa lo lejos que esté porque te puedes permitir plantarte allí en unas horas y probar ese menú que te aconsejaron o llamó tu atención. Lujo es sentarte a degustar aquello que te apetece sin mirar el precio. Puede ser una tortilla de patatas en Madrid, un plato de angulas frescas recién llegadas de Ribadesella (Asturias) a 8.000 euros el kilo o un Chateau de Burdeos por 6.000 euros. No es excentricidad, sino poner a tu alcance cualquier antojo.
- Propiedades. El lujo es sentir hogar
Dacasa reconoce que durante un tiempo se dedicó a aumentar su patrimonio con mansiones repartidas por diferentes partes del mundo que, en lugar de aportarle bienestar, le generaban estrés. "Me di cuenta de que no las podía disfrutar y no me ayudaban a tener en ellas sensación de hogar, algo muy importante para mí. Ahora entiendo que una parte del lujo es un hogar con todas las comodidades cubiertas".
- Inversión
La inversión es otra manera de lujo. Hay gente que prefiere proteger su dinero y asegurarse un mayor crecimiento a largo plazo. Según la web Financial Calculator si hubiésemos invertido un millón de euros en un buen fondo en 1980, en 2020 habría ascendido a 27 millones, más que suficiente para sostener un estilo de vida millonario.
- ¿Y qué hay de las marcas?
Un millonario no necesita marcas, raramente cae en esa costumbre de los famosos que hacen ostentación. "No todo lo que se ve es oro. A menudo el oro está y no se ve", indica Dacasa.
- Filantropía y gratitud
Una vida de lujo exige un precio que, generalmente, se traduce en tiempo que has restado a la familia. Por eso, es importante saber identificar cuándo has llegado al culmen de tu sueño para empezar a recompensar a tus seres queridos y también a tus empleados con mejores condiciones laborales y salariales. La posibilidad de hacerlo produce una satisfacción infinita. Dacasa alcanzó ese éxito a los 40 y se siente en la obligación moral de gratificar a la gente que le ayudó a auparse, a los que creyeron en él y a esas otras personas que no han tenido su misma suerte, visión o resultados.
"La filantropía -señala- es un lujo cuyo verdadero alcance personal y social aún se desconoce y forma parte del legado que vas a dejar a tus hijos y a la sociedad. Compartir los placeres, tener gratitud y aprovechar tu riqueza para lograr una vida mejor a otras personas".
- El tiempo es el oro más valioso
No lo puedes comprar, pero lo ganarás sirviéndote de las comodidades mencionadas. "Insisto en que, una vez que has cumplido tus metas, debes permitirte disfrutar. Desayunar con calma, alargar el placer de una compañía, llegar tarde o no llegar porque tienes un equipo que está cumpliendo sus tareas".
¿Y todo esto por cuánto?
Todo esto está muy bien, pero volvamos a la pregunta inicial: ¿cuánto dinero necesitas para vivir como millonario? ¿Un millón? ¿Cien millones? ¿Un billón?
Dacasa nos responde que el precio para vivir a cuerpo de rey lo marca uno mismo. Para una persona pueden ser más que suficientes 100.000 euros al año y a otra no le alcance con unos cuantos millones. Todo depende de dónde fijen los ojos ese lujo. El requisito es que todas las mejoras o caprichos que vayas sumando no te añadan estrés, sino bienestar. Por eso, cualquier cambio tiene que ir precedido de una decisión muy personal. El millonario viviendo a cuerpo de rey puede estar en la puerta de al lado.
Según el banco privado Coutts, en 1980 un millón de dólares era suficiente para comprar una vida de lujo. Hoy, probablemente no. En ese momento, el banco desveló que un millón de dólares daban para adquirir una casa con cinco habitaciones, emplear a dos personas de servicio doméstico y disfrutar de dos coches de lujo, un apartamento en el sur de Francia y un yate.
Hoy una casa con cinco dormitorios en una zona lujosa cuesta al menos dos millones de euros. Contratar el servicio de un chófer privado, sin seguridad, saldría por unos 2.300 euros al mes, más dietas. Habría que sumar pagar a un mayordomo, una empleada interna, un cocinero o un jardinero.
Por otra parte, un Rolls Royce, símbolo de estilo de vida millonario, puede costar entre 290.000 y 478.000 euros. Un Ferrari, el juguete por excelencia de los ricos, está entre 200.000 y 450.000. Hay marcas más económicas y discretas que rondan los 100.000 euros. También los hay más caros, claro, sobre todo para esos excéntricos adinerados dispuestos a encargar un modelo único.
Por ejemplo, un Rolls-Royce Droptail La Rose Noire, por 30 millones de dólares, inspirado en la rosa conocida como baccara negra. Hasta su color, un rojo que en la sombra parece casi negro y bajo el sol toma un brillo nacarado, es único. Por ocho millones está el Pagany Huayra Codalung, aunque solo existen cinco unidades y ya tienen propietarios. Por unos diez millones Cristiano Ronaldo adquirió el superdeportivo Bugatti Centodieci de edición limitada. Solo existen diez en todo el mundo.
Y ese apartamento en el sur de Francia, reserva de los ricos famosos que señalaba Coutts, hoy costaría unos tres millones. La agencia Knight Frank tiene en su listado algunas ofertas en la Costa Azul por menos de un millón. ¿Y el yate? Un Princess X97 de 95 pies cuesta alrededor de ocho millones. A Jeff Bezos le costó el suyo, uno de los yates de vela más grandes del mundo, 500 millones, mientras uno de sus empleados anónimos de Amazon, con puesto de gerente en España, se conformó con uno de 40.000 euros. ¿Quién se siente más rey en alta mar? Solo ellos pueden valorar.