"No tienes que reinventarte a ti mismo": el lado oscuro de una de las frases de moda
Reinventarse goza de buena prensa porque implica tratar de lograr una versión mejorada de nosotros mismos, ¿pero es siempre así?
Las personas de mediana edad son aquellas a las que más se impone la necesidad de reinventarse
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Reinventarse es una palabra llena de buenas intenciones. Presuponemos que quien se reinventa ha hecho el trabajo de pensarse a sí mismo, trazarse una estrategia para alcanzar beneficios virtuosos y poner los medios para llevarla a cabo. La reinvención suele aplicarse más a hombres y mujeres en la mediana edad. A partir de los 50, parece casi obligatorio darse una vuelta a uno mismo. En ese contexto, todo lo que tenga que ver con reinventarse (es decir, mejorar) suena a música celestial.
¿Todas las personas?
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Pero no todas las personas de 50 disfrutan con esta 'música'. A la periodista, escritora y activista americana Tamsen Fadel le parece que hay una idea perversa detrás de cada posible reinvención.
Para Fadel, no siempre hay que reinventarse. Tan sencillo como eso. "El problema de la palabra 'reinvención' es que parece que antes lo hemos hecho mal", explica la autora en un post de su Instagram.
Alternativas
Fadal ha hecho su carrera poniendo el foco en la vida a partir de los 50. En Estados Unidos, conduce su propio programa de televisión y es autora de un libro cuyo título revela mucho de su posicionamiento: 'El nuevo soltero: descubrir, convivir y volverte a enamorar de ti mismo". Su mantra es preservar la independencia económica y emocional, fluir disfrutando de lo que ofrezca la vida y pensar en el propio bienestar.
Con semejante estilo de vida, ¿por qué habría que reinventarse? "El término 'reinvención' es una palabra que me pone bastante nerviosa. La digo y seguramente la seguiré diciendo, no me regañéis por eso", advierte a sus seguidores de manera irónica. "Probablemente sigo hablando de reinvención porque no encuentro otra palabra que me guste y signifique lo mismo. ¿Pivotar? ¿Evolucionar? ¿Qué pensáis?", pregunta a su audiencia.
El lado oscuro: olvidarnos de quién somos
Tamsen Fadal no es la única que reniega públicamente del concepto de reinvención. Para la coach y mentora Mayte García Caneiro, reinventarse es negativo cuando significa dejar de ser quienes somos. Si nos reinventamos inscribiéndonos en valores ajenos, lo único que conseguiremos será un divorcio entre la esencia y una presencia impostada.
Al contrario, la reinvención, entendida como evolución o el paso natural hacia otra fase, es una oportunidad de reencuentro con nuestra verdadera esencia. Esa necesidad puede llegar en cualquier momento, sobre todo cuando hay alguna circunstancia disruptiva o de cambio. Sin embargo, es cierto que a partir de los 40 hay un mayor interés por vivir de acuerdo a nuestros valores.
Esta experta establece una serie de pautas para poder reconocer y sacar partido a esa fase evolutiva de cambio. Estas son las fundamentales:
- Ser consciente de la contradicción. En cualquier proceso de cambio conviven emociones contradictorias y también complementarias. Saber gestionarlas, es clave para poder ponerse en acción.
- Pasar por el duelo. Algunas personas se sienten obligadas a cambiar porque han sido despedidas de un trabajo o han sufrido un desengaño amoroso. Antes de ponerse en acción, es preciso transitar por el duelo y aprender a gestionar la angustia, la rabia y el miedo inherentes a cualquier proceso de duelo.
- Aprender a conocerse. El autoconocimiento, saber cuáles son nuestras emociones para aprender a gestionarlas, identificar frenos propios y ajenos, nuestros miedos y bloqueos, es el camino previo a iniciar cualquier proceso de evolución personal o profesional. En este proceso es necesario contar con herramientas. Si no sabes disponer de ellas, acude a ayuda profesional.
- Definir objetivos. Cuando tenemos claros los objetivos, la manera de lograrlos aparece de manera casi automática. Saber definir estos objetivos en el corto, en el medio y en el largo plazo, es esencial para arrancar el proceso.
- Superar creencias limitantes. Evolucionar no nos lleva a ser super personas, pero sí mejores en nuestra propia tesitura. Es un proceso lento y complejo, cargados de miedos. El autosabotaje o el síndrome de la impostora son algunos de ellos.
- Cultivar la paciencia. Evolucionar de la manera que uno quiere es un proceso complejo. Requiere entrenar habilidades como la paciencia y la resiliencia. Si reinventarse no siempre suena bien, desoír los propios ritmos, ya sea adelantándolos o negándolos, también puede tener efectos perversos en la salud emocional.