Ciertos relojes se han convertido en las piezas más deseadas no solo por los coleccionistas sino también por los inversores. Cada día, estos cronógrafos ven crecer su valor gracias a la artesanía y a la precisión más absoluta implicadas en su producción, al igual que por tratarse de ediciones limitadas o referencias que se dejaron de fabricar, a pesar de unirse de por vida a hechos históricos y hazañas deportivas.
En Uppers hemos consultado a un experto en subastas cuáles son las marcas de relojes que se revalorizan actualmente en mayor medida. Nuestra finalidad es tener claro qué modelos nos deben interesar para considerarlos como una inversión rentable de cara al futuro. Este objetivo limita su uso, aunque estemos deseando llevarlos puestos es más aconsejable conservarlos bajo llave.
Tal como subraya el especialista en relojes y que conoce cada detalle de cientos de modelos existentes, determinadas marcas se han convertido en un referente para los coleccionistas y para un público muy concreto que lo que busca es invertir y, como es lógico, rentabilizar su adquisición al cabo de un tiempo. Es el caso de firmas como Rolex, fundada en Londres (Reino Unido) en 1905, la única de la lista del experto que no es Suiza y además la más “moderna”; junto a Patek Philippe, que abrió sus puertas en 1839 en Ginebra; Omega, cuyo inicio se remonta a 1848 en la población de La Chaux-de-Fonds; Tag Heuer, nacida en 1860 en Saint-Imier; o Audemars Piguet, con su primer taller en funcionamiento en 1875 en la localidad de Le Brassus.
Todas estas casas relojeras con una reputación impecable siguen lanzando al mercado modelos innovadores, bellos y sorprendentes al igual que presentan nuevas versiones de esas referencias tan icónicas y deseadas. Sin embargo, los cronógrafos más buscados por los inversionistas son aquellos que se fabricaron de forma limitada con muy pocas unidades en circulación o los modelos raros, al igual que los que sentaron un precedente, acompañaron al hombre en el cumplimiento de un reto o fueron elegidos por un personaje público en un determinado momento de su vida. De todos modos, su valor como objeto de inversión depende de que su estado de conservación sea el mejor posible, de que no presente daños ni un desgaste muy acusado o de que se haya restaurado respetando la minuciosidad de los artesanos que lo fabricaron inicialmente.
La casa Rolex tiene en su catálogo dos modelos que son una perla en bruto para los coleccionistas, el Rolex Submariner y el Rolex Explorer. El Submariner se presentó al público en 1953 y cada año crece su valor, principalmente, los modelos vintage o los que fueron propiedad de personalidades importantes. Las referencias de mayor antigüedad además tienen ciertas peculiaridades que los hacen únicos como “esferas tropicalizadas, que son las que han cambiado de tonalidad con el paso del tiempo”.
La casa lanzó el Submariner para atender la demanda de aquellos precursores del buceo que no eran científicos o militares pero empezaban a interesarse por un mundo increíble bajo el agua que entonces era desconocido. De este modo, fue el primer reloj de pulsera de buceo hermético hasta los 100 metros gracias a su caja Oyster que ya existía desde los años 20. Tras su lanzamiento, en 1954 esa profundidad se aumentó a los 200 metros y en 1989 a los 300 metros.
En cuanto al segundo modelo, la casa relojera equipó a Edmund Hillary y al sherpa Tenzing Norgay con un Rolex Explorer, que también incorporaba una caja Oyster, en la expedición que realizaron para convertirse en los primeros en coronar el Everest. La hazaña culminó cuando pisaron la cima el 29 de mayo de 1953.
Tudor no está en esa primera lista del experto en relojes, sin embargo, la cita igualmente. La marca, con sede en Ginebra, Suiza, la lanzó en 1926 el mismo Hans Wilsdorf, el fundador de Rolex. Actualmente, ambas marcas son hermanas. Tudor se hizo muy famosa porque sus clientes principales fueron militares y buceadores profesionales, así desde 1960 hasta los ochenta, el modelo Tudor Submariner fue utilizado por los SEAL de la Armada de los Estados Unidos y en la Marine Nationale francesa.
Una de las referencias más buscadas por los inversores es el Heritage Black Bay 7922 del año 1954. En cuanto a su precio, según el exerto, alcanza la mitad de lo que se paga por un Rolex Submariner. Sin embargo, empieza a ser muy valorado y se considera una opción perfecta para iniciarse en este campo porque se prevé que incremente su precio.
En el caso de la casa relojera Patek Philippe su modelo Nautilus presentado al público en 1976 y diseñado por Gérald Genta es otra de las referencias preferidas por los inversores y coleccionistas. En su día no gustó tanto porque la marca rompió con los diseños tradicionales ya que el Nautilus tiene una caja con bisel octogonal y suaves contornos inspirada en la escotilla de un barco. La escasez de unidades, la demanda del público y la reputación impecable de Patek Philippe hace que la referencia datada en los setenta siga aumentando su valor.
Rolex apoyó el submarinismo y el alpinismo, deportes extremos sobre todo en sus inicios. Por su parte, la casa Omega apostó por el espacio. Su modelo más valioso y buscado con un estatus único por encima del resto es el Speedmaster Professional Moonwatch fabricado en los sesenta. Es lógico pues lo utilizaron los astronautas de las misiones tripuladas de la NASA desde 1965 e incluso fue el primer cronógrafo que llegó a la Luna en el Apolo 11 ese año emblemático de 1969 y además siguió funcionando. Omega ha seguido lanzando ediciones especiales con unidades limitadas para conmemorar ciertos hitos cumplidos por la NASA o por el aniversario del aterrizaje lunar.
De este modo, ha seguido creciendo el interés por el Moonwatch y en consecuencia también ha aumentado su valor. Igualmente, otros modelos emblemáticos de la marca son muy solicitados como por ejemplo el Omega Seamaster 300, que incorpora un bisel cerámico-metálico de inyección y una caja con la parte trasera de cristal que deja ver su movimiento coaxial. Así esta referencia también supone una opción perfecta para invertir según el experto.
En la película Le Mans del año 1971 protagonizada por Steve McQueen, en su papel como piloto de carreras, lucía en su muñeca un Tag Heuer Monaco con una inusual esfera azul cuadrada. Así lo decidió el actor al igual que se puso para los rodajes el mono original y el coche que utilizaba el piloto suizo Jo Siffert del que aprendió y se hizo amigo. Ese mono ya lucía el logo de Heuer Chronograph por ser una de las patrocinadoras de Siffert y McQueen pensó con acierto que incorporar el reloj daría más credibilidad al papel.
Al final le gustó tanto el modelo Monaco que lo siguió llevando. Se había lanzado en 1969 en Ginebra y fue una revolución, el primero automático cuya esfera era cuadrada y estanca. Tras el estreno de la película se convirtió en una pieza deseada por todos los amantes de los relojes y después por los inversores, sobre todo aquellas referencias que coinciden con las que usó McQueen.
Otra referencia anterior, el TAG Heuer Carrera de 1963 forma parte junto a los modelos citados de la lista de preferidos de los inversores. En precio se sitúa en la mitad que el Rolex pero sigue siendo una inversión perfecta para introducirse en este mundo inversor.
El modelo preferido de la marca Audemars Piguet para el especialista es el Royal Oak. Cuando se presentó en el mercado en 1972 también supuso una revolución por tratarse del primer cronógrafo de lujo deportivo fabricado a mano en acero inoxidable. Los diseños seguían siendo redondos pero el Royal Oak llegó con una caja octogonal y un bisel donde destacan los tornillos que lo aseguran a dicha caja y quedan visibles. Según el experto las referencias con mayor demanda son los “modelos vintage, las ediciones limitadas o las unidades fabricadas en materiales poco convencionales o que incorporan complicaciones”.