El verano, para la mayoría de las personas, es sinónimo de mar. Muchos recuerdan durante la época estival sus veranos de la infancia, cuando se pasaban el día en la playa, con sus amigos de las vacaciones. Esos meses siempre han sido especiales porque permiten hacer un sin fin de actividades diferentes, como por ejemplo pescar. Sí, se puede hacer todo el año, pero parece que el verano es la temporada ideal para poner en práctica aquellas técnicas de pesca que utilizabas en tu juventud y, quien sabe, puede que hasta aficiones a tu nieto.
Pero la pesca tiene más complejidad de la que parece y todo comienza con la caña. Una cualquiera no sirve en todos los lugares, pues hay una específica para cada lugar y cada modalidad para que no se te escape ni un pez, no vaya a ser que se queden sin cena. Si quieres hacer una pesca de diez, atento a todos los tipos de caña si quieres que no dejen de picar el anzuelo.
El primer paso es saber que, aunque se puede pescar con una caña de mar en río y viceversa, la experiencia no será la misma por diversas razones. Lo primero son sus materiales, pues las cañas marítimas suelen estar creadas para una mayor resistencia y potencia debido a que los peces de mar suelen ser más grandes que los de agua dulce. Por su parte, el agua salada es más corrosiva y es más sencillo que se dañe la caña, oxidando parte de ella. Por ello, sus materiales están pensados expresamente para que esto no ocurra.
En cambio, las cañas para la pesca en agua dulce son bastante distintas ya a simple vista por motivos más que evidentes, ya que son mucho más cortas, pequeñas y flexibles que las de mar al necesitar menos amplitud. Además, sus materiales son distintos, pues el agua dulce no afecta a la corrosión de su estructura, llegando en ocasiones a ser mucho más ligeras.
Pero si creías que esto era todo, estás equivocado, pues hay otras grandes divisiones respecto a las cañas de pescar. Una de las más importantes es su acción, existiendo hasta tres tipos diferentes. Según su acción se refiere a cómo se dobla la caña cuando se ejerce peso sobre su punta. La acción puede ser lenta, ideal para distancias cortas o medias; moderada, que por su peso ligero y lo adaptables que son suelen ser de las más utilizadas; y la rápida, que son las perfectas para los peces más difíciles gracias a la gran resistencia que tiene.
Más allá del peso, la acción o su longitud hay varios tipos de caña de pescar. Las cañas de spinning son de las más famosas, especialmente para agua dulce, que se caracterizan por ser bastante largas, hasta dos metros y medio de longitud, y por tener las anillas hacia abajo. Luego están las cañas de pesca a mosca o mosqueo que se caracterizan principalmente porque su señuelo suele tener forma de insecto. Su longitud varía según el lugar donde se vaya a pescar, pudiendo ser más corta o más larga, como convenga. Por su parte las cañas de baitcasting son muy similares a las de spinning, pero el estilo de pesca es totalmente diferente y se suelen utilizar mucho en agua dulce.
Las cañas de surfcasting tienen una gran peculiaridad, siendo utilizadas desde la orilla de la playa, de ahí que su longitud llegue a superar casi siempre los tres metros, aunque son bastante ligeras. Fuera de la orilla del mar, están las cañas de altura, que se caracterizan por ser muy resistentes para poder soportar peces bastante pesados, por lo que debido a su potencia es una de las cañas más pesadas y que hay que saber utilizar muy bien. Por último, las cañas para trolling no son excesivamente largas, pues no llegan a los dos metros, y es la caña ideal para la pesca deportiva o la de arrastre en alta mar.
Para pescar hacen falta ganas y algo de experiencia, pero sin la caña adecuada la presa fácilmente puede escaparse e incluso terminar rompiendo la caña si no está hecha de los materiales adecuados para su utilización. Así que antes de lanzarte a nada, analiza bien dónde vas a pescar y qué tipo de pesca vas a realizar si quieres llevar la cena a casa.