No, ni le debe el nombre a Roosevelt ni es panameño: la intrincada historia de por qué el sombrero panamá se llama así
Como todo accesorio icono, el sombrero Panamá tiene su propia historia. Bueno, en realidad tiene varias. ¿Cuál es el verdadero origen de este sombrero omnipresente en nuestro imaginario veraniego?
Los sombreros panamá están unidos estrechamente a los códigos de estilo veraniego. Lo confirman a este medio desde la centenaria Sombrerería Mil de Barcelona, donde con la llegada del sol y el buen tiempo ven cómo se dispara el interés por estas piezas trenzadas que permiten refrescar las ideas imprimiendo cierto estatus a quien las lleva. Galanes de cine, personalidades políticas y también rockeros. Allí mismo, en la Mil de la ciudad condal, Lou Reed se compró un sombrero panamá "años atrás". Otros, como Robert Redford, Sean Connery, Mick Jagger, Winston Churchill o incluso David Byrne, también se han rendido a su ligero encanto. Al líder de los Talking Heads su forma de llevarlo le valió incluso una oda en forma de columna.
Pero su origen real no tiene nada que ver con lo que sugiere el nombre: el sombrero panamá se inventó y se produce en Ecuador. Y en contra de lo que dicta la leyenda, no es cierto que se le bautizara como 'panama hat' tras la visita del presidente Roosevelt al canal de Panamá en 1906 con uno puesto. Entonces, ¿por qué llamamos panamá a este sombrero ecuatoriano?
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Sombrero Panamá, fabricado en Ecuador
Jipijapa, Montecristi, sombrero de paja toquilla o panamá. Diferentes nombres que hacen referencia a la misma pieza hecha a base de trenzar la finísima paja toquilla (las hojas de la carludovica palmata), y con una distintiva cinta negra. Un material considerado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco que hace que su precio llegue a oscilar entre los 1.000 y 2.000 euros si hablamos de un sombrero 'denominación de origen0.
Sus raíces y su popularidad como accesorio de vestir están ligadas a la llegada de los conquistadores españoles que tomaron las costas de Ecuador en 1531. "Vieron que los indígenas cubrían sus cabezas con un tejido suave, flexible y resistente que semejaba las alas de un vampiro (la paja toquilla)", recoge El Espectador a través de la información facilitada por la fábrica-museo Homero Ortega, de Cuenca, Ecuador (principal ciudad fabricante de sombreros panamá en la actualidad). Así empezó a utilizarse este tejido, original de la provincia de Manabí, en el que se especializaron los tejedores de las regiones de Montecristi y Jipijapa adoptando los diseños y formas europeas. Y se siguió fabricando a mayor escala durante los siglos siguientes.
Aunque es cierto que la visita de Roosevelt a las excavaciones del canal en noviembre de 1906 dotaron al sombrero de fama e interés internacional, contribuyendo a poner la prenda en el mapa de la cultura popular, el fenómeno y las referencias a este como 'panama hat' aparecieron antes. Según explican desde la casa Brent Black Panama Hats, el trasiego comercial de Panamá alrededor de 1800 (entonces parte de lo que hoy es Colombia) frente al escaso movimiento comercial de la región de Ecuador, llevaron a los fabricantes a decantarse por vender sus piezas allí. Un movimiento que se vio especialmente favorecido cuando estalló en California la fiebre del oro, lo que hizo que quienes viajaban pasando por Panamá y compararon uno, relacionaran su origen con esta zona.
Empezó así lo que, desde el Ministerio de Turismo de Ecuador, definen como el "boom toquillero". "Una etapa de bonanza económica sin precedente. En 1854 la exportación de sombreros de paja toquilla superó al cacao; hacia 1863 se exportaron desde el Puerto de Guayaquil 500.000 sombreros. Y Europa y Estados Unidos empezaron a demandar este producto, que fue promocionado en la exposición Mundial de París en 1855". Allí, recogen medios y libros como Hats and Headwear around the World: A Cultural Encyclopedia, de Beverly Chico; hasta el emperador Napoleón III se puso uno que recibió como obsequio.
Símbolo de estatus (con versiones 'low cost')
En la historia de sus orígenes ya se aprecia la apropiación de una material que, usado por los trabajadores del campo, fue convertido por los poderosos en símbolo de estatus bajo sus propias formas. Los distintos diseños de sombreros panamá (en copa, tipo stetson, borsalino, fedora… -estos últimos son los más demandados, según Sombrería Mil-) se adaptan a diferentes estilos, pero resulta casi inevitable relacionarlos con prendas claras, de lino y ligeras propias del verano. Y a un poder adquisitivo alto: se interesan por ellos principalmente "hombres y mujeres de mediana edad", señalan a Uppers desde la mítica sombrerería.
Los modelos artesanales más baratos rondan los 100 euros, pero su precio medio está en los 200 o 300 euros. Y para las piezas más exclusivas, fabricadas en Ecuador y con el material denominación de origen Montecristi; cuya elaboración puede llevar hasta cuatro meses entrelazando fibras a un artesano, el precio medio está en torno a los 1.500 euros. Con tejidos menos finos, pero igualmente laboriosos y algo más baratos, están los modelos de toquilla fabricados en Cuenca (Ecuador), que tardan en ser tejidos entre tres y 10 días. ¿Cómo es posible entonces encontrar sombreros panamá en los gigantes low cost por apenas 20 euros? La respuesta es sencilla: si no está fabricado en Ecuador y en paja toquilla, lo que se está comprando no es más que una imitación.