¿Se pueden congelar los quesos? Técnicas para hacerlo como un experto

  • Muchos tipos de queso se pueden congelar. Te mostramos la mejor manera de hacerlo

  • Los quesos blandos no aguantarán más de 15 días en el congelador, mientras que los duros tienen una vida útil de hasta seis meses

Navidad atípica, pero Navidad, al fin y al cabo. Pese a que este año seremos menos en casa, siguiendo las recomendaciones sanitarias, hay una cosa que no cambia. La cantidad de comida que compramos. El miedo a la escasez nos suele llevar, en la mayoría de los hogares, al exceso. Si hay algo que no puede faltar en los aperitivos junto al marisco. Una tabla con diferentes tipos, más fuertes o suaves, curados o frescos, exóticos, desconocidos, migosos, cremosos… todo vale. Y es que hay que reconocer que están buenísimos.

El problema viene después. Cuando se pasa Nochebuena y Nochevieja y la bandeja ha disminuido, pero todavía te quedan restos que luchan, irremediablemente, con tu intento de recuperar la línea tras las comilonas. Aunque, por lo general, se trata de un alimento que no se suele congelar, hay algunas variedades que sí aceptan este mecanismo porque mantienen las propiedades exactamente iguales. Te contamos cuáles son:

Queso tierno y semicurado: las mejores opciones

Gouda, gruyere, emmental, Edam, manchegos tiernos o semicurados… Son los quesos ideales para congelar ya que tienen menos grasa y el frío incluso mejora sus condiciones. Eos sí, la forma en la que los metas en el congelador será clave. Primero envuélvelos muy prietos en papel film y después dentro del envase original en el que los compraste. Si se trata de quesos con mucho olor, puedes introducirlo, además en un tupper de plástico.

Quesos cremosos: depende de para qué

El brie, camembert o las cremas de queso son especialmente grasos y al meterlos en el congelador el suero que poseen se separará y echará el queso a perder. A no ser que el uso que le quieras dar sea como base para otra preparación como una salsa o una crema. Es imprescindible, en cualquier caso, que al descongelarlos los batas bien para que mejore su textura pero jamás recuperará su estado original. Nuestra recomendación: si puedes evitarlo, hazlo.

Quesos azules y curados: conservarás el sabor pero se desmigarán

Los quesos de tipo roquefort o cabrales conservarán su estructura en el congelador y cuando los saques, parecerá, al menos a simple vista, que están perfecto. Pero no te engañes, la textura no será exactamente igual, perderán un poco de esa cremosidad que los caracteriza y se desmigarán cuando intentes partirlos. Algo similar pasa con los curados, aunque estos también rebajarán su fuerte aroma, pero son totalmente aptos para el consumo. Lo mejor es envolverlos con varias capas de papel de aluminio y dentro de un envase hermético. Si al descongelarlos tienen manchas blancas es porque ha continuado su fermentación, bastará con cortar esa zona afectada o frotarla con papel de cocina untado con aceite de oliva.

Quesos frescos: no es una opción

No es recomendable congelarlos ya que perderán su aroma y sabor. Esto se debe a tiene un alto contenido en agua y se separarán sus componentes durante la congelación. No obstante, si decides hacerlo no pondrás en riesgo tu salud, eso sí, es recomendable que lo seques con papel absorbente y después lo envuelvas en papel transparente o en una bolsa hermética, antes de meterlos en el refrigerador.

Queso rallado o loncheado: perfecto para congelar

El queso rallado es uno de los que mejor se conservan en el congelador siempre y cuando estén en una bolsa cerrada o, en el caso de que esté abierta, cámbialo a una bolsa de vacío y quítale el aire antes de introducirlo en el refrigerador. Si son lonchas, mantén la separación entre una y otra, o mejor todavía, envuélvelas en plástico de forma separada y después todas juntas dentro de una bolsa bien cerrada para que no entre agua dentro.

¿Cuánto aguanta y cómo se descongela?

Lo primero que debes hacer es trocear el queso que quieras congelar, ya que una vez que vuelva a su estado natural no podrás repetir el proceso, por lo que es la mejor forma de evitar el desperdicio. Es importantísimo además que los envoltorios sean muy prietos para que no entre agua y que la congelación se haga lo antes posible, no a horas de caducar. Los quesos blandos no aguantarán más de 15 días en el congelador, mientras que los duros tienen una vida útil de hasta seis meses. A la hora de descongelar, debe ponerse en el frigorífico al menos una hora antes de consumirlo, aunque lo ideal es que gane humedad durante tres horas. Al tratarse de un lácteo, no dejes que vuelva a su estado natural a temperatura ambiente, pondrás en riesgo tu salud y la de los que coman de él.