No, no todas las salsas son bravas: recetas e ingredientes para hacer las mejores patatas en casa

  • Las patatas bravas se supone que tienen su origen en los años 50 y 60 en dos bares madrileños

  • Es la tapa perfecta para tomar mientras estás en una terraza con amigos con unas cervezas fresquitas

  • ¿Quieres hacerla en casa? Te damos dos recetas para hacer las mejores bravas caseras

Llega el verano, el buen tiempo, el solecito, las vacaciones, el terraceo… Si ya en invierno no hay nada como salir a tomar un aperitivo o unas tapas, en verano ya no es ni discusión. Un terraza con amigos, una cerveza, una copita de vino bien fresquita o un vermú y unas patatas bravas. ¿Para qué más? Una ración de bravas es uno de los platos más típicos y representativos de la gastronomía española pero pese a lo simple que puede parecer, no lo es tanto, menos si cabe si quieres conseguir la salsa original.

Como en la tortilla, las patatas bravas no tienen un consenso como tal. Están los que quieren la salsa picante y los que no, o los que empiezan a echarle cosas al gusto o le añaden alioli, cosa que se hace más bien en Cataluña, y que, para muchos no son unas bravas de las de toda la vida.

Más de 60 años de historia

Para remontarnos a su origen, pese a que no está del todo claro, debemos irnos a los años 50 y 60 de Madrid, cuando dos bares capitalinos eran los primeros en servir raciones de este manjar con el que acompañamos nuestras cañitas. Uno era Casa Pellico y el otro La Casona, dos bares que ya no existen pero que sirvieron aquellas primeras bravas de forma simple: patatas cortadas en daditos que se freían y se servían con una salsa especial. Esa salsa se hacía con una receta tradicional, con caldo de pollo o de cocido, pimentón picante, harina y algunas especias.

Pero en Barcelona las típicas bravas vienen con alioli, una guerrilla que hace que muchas veces se oiga eso de que "esas patatas con alioli no son bravas", aunque todo sea dicho, la costumbre del alioli se ha expandido y es prácticamente normal que esa salsa blanca también esté en una ración de bravas en Madrid o cualquier otra ciudad.

Si estás deseando hacer tus propias bravas, te damos varias recetas para cocinar la mejor salsa, con las patatas ya sabes, en taquitos, bien fritos y al gusto de sal.

Al estilo clásico madrileño

  • Una cebolla
  • Dos dientes de ajo
  • Dos cucharadas de pimentón dulce
  • Una cucharada de pimentón picante
  • Una cucharada de harina de trigo
  • Una cucharada de vinagre
  • Una vaso de caldo casero

Se pica la cebolla y el ajo muy finos y se ponen en una sartén para que poche bien. Cuando se ha cocinado, se añaden los dos pimentones y se mezcla todo bien para luego introducir la harina poco a poco hasta conseguir una masa uniforme. Es entonces cuando se añade el vinagre y el caldo bien caliente de forma progresiva mientras removemos hasta que apagamos el fuego y pasamos el resultado por el chino o el pasapuré para colar bien la salsa y se deja enfriar. Un poco de sal y agua si queda muy espesa, y listo.

Con tomate y pimentón

  • Una cebolla
  • Un diente de ajo
  • Un tomate
  • Media cayena
  • Una cucharada de pimentón dulce
  • Una cucharada de pimentón picante
  • Una cucharada de azúcar
  • Una cucharada de vinagre
  • Sal

Al igual que con la anterior, se pica el ajo y la cebolla para que poche a fuego lento. Es después cuando se añade la cayena y los dos tipos de pimentón y mientras tanto, se tritura un tomate que va a la mezcla junto al azúcar y el vinagre. Cuando esté todo bien hecho, se pasa por el pasapuré para obtener una salsa espesa ideal para tus patatas.

¿Y si no la quiero con tomate? Pues basta con no añadirlo si eres de los que no lo quiere en su salsa brava. Esto son solo dos de las recetas más utilizadas y tradicionales para una buena ración. ¿Qué quieres echarle algo que le da el toque personal a tu salsa o poco más de picante? Pues adelante, todo sea por adaptarla a tu paladar y gustos para darte un homenaje con una cervecita.