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Lleva 27 años siendo la Cupido de muchas parejas. Maria del Carme Banús tuvo que reinventarse en la crisis de los 40. Muy pronto vio claro lo que nunca iba a entrar en crisis: el amor. "En nuestra sociedad líquida todo cambia continuamente, pero hay un tema que creo que es consustancial a las personas: la necesidad de amar y ser amado". Desde SamSara, la agencia de matchmaking o búsqueda de pareja que dirige en Barcelona, facilita la conexión entre esas personas que quieren vivir una relación sentimental. Las cifras de negocio hablan bien de su trayectoria empresarial: 7.000 parejas formadas y una tasa de éxito superior al 65%. Uppers ha hablado con Maria del Carme Banús sobre amor, edad y redes sociales.
¿Cómo se te ocurrió fundar este negocio?
Estaba en la crisis de los 40, necesitaba un cambio profesional, me pregunté ¿Qué quiero hacer? Y en seguida lo tuve claro: Ser el camino más corto para encontrar pareja. No lo dudé y me puse en acción. Las 12 o 13 agencias que había en este momento en Barcelona eran muy pequeñas, normalmente regentadas por un solo profesional y atendía a las personas que se habían quedado viudas o las que, por motivos personales habían permanecido solteras.
En aquel momento ya había un colectivo de personas que, después de separarse o divorciarse, y pasar el duelo volvían a tener la ilusión de enamorarse e iniciar un nuevo proyecto sentimental. SamSara se creó para dar servicio principalmente a este nuevo colectivo yendo mucho más allá de las agencias tradicionales en calidad de servicio, además con la garantía de pertenecer a la Junta Arbitral de Consum de la Generalitat de Catalunya.
Llevas 27 años siendo la Cupido de muchas parejas. ¿Cómo eran los usuarios de los comienzos?
El segmento de clientes más importantes era el colectivo de separados y divorciados. También personas jóvenes, de entre 25 y 27 años, quienes después de hacer la carrera universitaria pertinente y el consabido Máster optaban a un buen cargo profesional, y lo que la sociedad marcaba era encontrar pareja y formar una familia. Muchos de ellos habían priorizado los estudios y no les gustaba el mundo de la noche ni las personas que por allí se movían, para ellos la mejor era ir a un profesional. Finalmente, algunas personas viudas y solteras.
¿Qué recuerdas de aquellos primeros tiempos?
Lo que recuerdo de aquellos primeros tiempos son anécdotas que ahora nos harían sonreír, comentarios como “tienes ordenador y todo”, “qué despacho más bonito” o “me encantan tus tarjetas”… Eran personas que creían en el amor, que deseaban compartir y que se atrevían a dar un paso adelante para conseguir lo que querían.
¿Cómo son los usuarios de ahora?
Quizá uno de los cambios más destacados que hemos visto en este tiempo es el retraso en la edad de nupcialidad. Como te decía, los clientes más jóvenes en los comienzos tenían de 25 a 27 años. Ahora, los más jóvenes suelen tener 33-34. La mayoría de nuestros clientes están entre los 38 y los 65 años, pero tenemos clientes a partir de los 30. Nuestros clientes son personas que valoran su confidencialidad, ejecutivos acostumbrados a ir a un buen profesional para todas las áreas de su vida y personas decepcionadas de sus experiencias en internet. Generalmente, empresarios o profesionales liberales, estado civil libre y que desean compartir su vida con una pareja compatible a su lado.
¿Qué ha cambiado en el sector?
Sin duda, el boom de los singles junto al boom de los portales de internet que se han creado para darles servicio. Desde nuestra atalaya y por lo que nos cuentan nuestros clientes los portales en internet son la discoteca del siglo XXI. No hay filtro, muchas personas entran para ligar o, lo más grave, directamente mentir, lo que crea una gran frustración a las personas que si desean una relación estable.
Es decir, las redes sociales están impactando en la manera de buscar pareja.
Creo que las redes sociales son como una gran discoteca en el salón de casa. Esto, juntamente con el boom de los singles y la liberación sexual han hecho de ellas el paraíso de las personas que desean ligar porque hacerlo es fácil y rápido.
¿Qué pasa con las personas que desean una relación estable?
Para ellos la mejor opción es un servicio personalizado como el que nosotros ofrecemos. En los portales no hay filtro, el filtro lo tiene que hacer uno mismo, dedicar mucho tiempo y sin tener ninguna garantía de que la otra persona sea la que dice ser.
En SamSara el filtro está garantizado, sólo presentamos personas que son clientes, que tenemos documentación, que hemos entrevistado y , por tanto, es quien dice ser y quiere una relación estable.
Creo que aún hay un gran desconocimiento a nivel global de un servicio como el que nosotros préstamos. De conocerse más, muchas personas no dudarían en venir a vernos. Pienso que tener una buena pareja, una persona a nuestro lado con la que compartir, que sume en nuestra vida y con quien tener un proyecto de vida, es sin duda, una de las mejoras apuestas que podemos hacer en nuestra vida.
Antes nos hablabas de las edades de tus clientes. ¿La edad es importante a la hora de buscar pareja?
El cliente de más edad en estos momentos tiene 86 años. Es mayor en edad pero muy joven en ganas de vivir. Aparte de la edad, trabajamos con personas singles, que creen en el amor, en la pareja, en compartir y quieren un profesional que les facilite el encuentro con personas compatibles y, por tanto, conseguir su objetivo. Personas que tienen muy claro que para ellas “el amor es el mejor lugar para vivir”.
¿Los mayores de 50 están dispuestos a conocer a nuevas parejas?
Mi experiencia me dice que no importa la edad cronológica, lo más importante es la edad del corazón. Mientras una persona se siente joven tiene ganas de amar, de compartir, de sentirse acompañada… la vida realmente empieza a los 50, las personas son más maduras, saben lo que quieren, la mayoría desean saborear la vida en plenitud, he visto personas realmente enamoradas con más de 70.
¿Cómo es este tipo de cliente?
En general, más exigentes, saben lo que quieren pero no a cualquier precio, generalmente tienen experiencias de relaciones anteriores las han analizado, son más sabios emocionalmente y también más maduros respecto al amor y a las relaciones de pareja.