"Me he enamorado otra vez": tres rasgos de las parejas con potencial para ser felices

  • Cuando menos lo esperamos, puede saltar la chispa que nos hace enamorarnos de nuevo, logrando vencer todas las resistencias lógicas tras una relación fallida

  • Si somos capaces de querer reeditar una relación de pareja, es porque existen unas habilidades emocionales que facilitan los nuevos vínculos

  • Las parejas 'disfrutonas' saben que son esenciales los amigos y otro tipo de vínculos que alimentan la auto-estima

Las segundas oportunidades existen. En el plano amoroso, también. Cuando menos lo esperamos puede saltar la chispa que nos hace enamorarnos de nuevo, logrando vencer todas las resistencias lógicas tras una relación fallida. Sin embargo, según los psicólogos, si somos capaces de querer reeditar una relación de pareja, especialmente cuando la ruptura anterior ha sido difícil, es porque existen unas habilidades emocionales que facilitan los nuevos vínculos. Entre esas habilidades, tres son especialmente valiosas.

Coraje: no evitan temas

Ante un asunto difícil, lo normal es evitarlo. Lo espinoso, lo peor de las relaciones, se esconde en los armarios o bajo la alfombra. Sin embargo, las parejas felices no actúan así: tienen conversaciones difíciles sobre asuntos difíciles. La evitación no es buena a largo plazo, solo fomentaría el efecto bola de nieve.

Para salir de éxito de una conversación difícil la mejor estrategia es la serenidad: mejor hablar en un momento tranquilo y desde la base de que si ese tema es tan conflictivo es porque seguramente hay otros temas vinculados que son importantes. Comprender por qué somos sensibles a algo marca todas las diferencias.

Empatía: ponerse en los zapatos del otro

Las parejas con posibilidades de ser felices practican la empatía. Comprenden a la otra parte y, lo que es más importante, validan sus emociones y sus puntos de vista. No ser empático implica que no vamos a entender las dificultades o los miedos de nuestra pareja, una actitud que antecede al distanciamiento y el sufrimiento.

Al validar las emociones del otro, también asumen la responsabilidad que puedan tener en sus problemas, nunca los minusvaloran o los aíslan. En términos reales, significa que están comprometidos con su pareja y con el estado de la relación y para ello dedican tiempo y cuidados. La relación se fortalece así, aunque pueda haber dificultades.

Optimismo: aceptar los cambios con alegría

La felicidad nunca es individual. Tiene que ver con cada uno de nosotros y la relación que mantenemos con los demás. Las parejas 'disfrutonas' saben que son esenciales los amigos y otro tipo de vínculos que alimentan la auto-estima: desde ir a un club de lectura hasta ser voluntario o ir al gimnasio. En el momento en el que nos relacionamos con más personas y salimos al mundo, nos exponemos al cambio.

¿Cuál es la diferencia entre una pareja feliz y otra a medio gas? Los cambios no son percibidos como amenazas, sino como una oportunidad para mejorar. Por esta razón, son percibidos con optimismo y alegría. En este viaje, es posible que haya contratiempos (es casi seguro), pero la alegría, la gran compañera del viaje por la vida, nos hará relacionarnos con ellos con la certeza y la satisfacción de superarlos con la persona correcta, esa de la que te acabas de enamorar.