¿Por qué 'Lo siento' no es suficiente? Cómo saber disculparse para salvar tu matrimonio
¿Cuántas veces hemos recibido una disculpa de nuestra pareja y no nos ha sonado convincente? ¿Cuántas veces nos hemos disculpado mal?
John Gottman, psicólogo: "El objetivo de una buena disculpa es que nuestra pareja se siente escuchada y comprendida para poder reparar el daño y moverse juntos en la misma dirección"
Las tres frases que dicen las parejas felices cuando discuten
En un matrimonio, como en todas las relaciones personales, asumir los fallos y expresar que sabemos que lo hemos hecho mal es básico para la salud de la pareja. Básico, pero no sencillo. Disculparse implica hacer una reflexión honesta sobre en qué hemos fallado. Para ello, necesitamos saber distanciarnos de nosotros y nuestro ego, el eterno agitador de conflictos con el que vivimos, y saber ponernos en la piel del otro. Es, de nuevo, la empatía la competencia emocional que necesitamos para saber esgrimir una disculpa verdadera.
¿Verdad o mentira?
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La clave de disculparse bien es precisamente que haya una compasión genuina. Si la disculpa es una manera de tapar el conflicto para seguir adelante con nuestros intereses, no seremos honestos ni con nosotros ni con nuestra pareja. La causa del malestar se mantendrá y, probablemente, si es un episodio más de discusiones anteriores, podrá convertirse en algo crónico, con el consiguiente rencor, un resentimiento que puede llevar al divorcio. Una disculpa de mentira nos hace pensar que no somos valiosos para nuestra pareja porque no somos objeto de su cuidado ni merecemos que se movilice por nosotros.
La psicóloga y terapeuta de pareja Cheryl Fraser ha dedicado gran parte de su vida profesional a investigar cómo hemos de disculparnos de manera consciente. En sus publicaciones habla de tres pasos indispensables para lograrlo. Lo interesante de su técnica es que involucra a la otra parte. Si el objetivo común es recuperar una buena vida de pareja, de nada sirve disculparse si la otra parte no acepta las disculpas. Para Fraser, esta sería la manera de hacerlo:
- Disculparse. La persona que ha hecho mal algo lo admite, ofrece una reparación y aprende lo que no hay que hacer en otras ocasiones.
- Perdonar. La parte que se ha sentido agraviada admite la disculpa, agradece el gesto y, finalmente, las acepta. De esta manera, pasa página.
- Empezar de nuevo. Si no damos por cerrado el caso, comenzará a aparecer una ira soterrada. Para esta psicóloga es fundamental volver a la casilla de salida para refrescar la relación. Fraser incluso aconseja hacer un ritual de 'disculpas aceptadas': ¿un abrazo?, ¿un beso?, ¿una copa de vino tranquilos? Cada pareja decide.
Las frases de una buena o mala disculpa
El doctor John Gottman lleva 50 años investigando qué hace que un matrimonio sea feliz. Entre sus trabajos, hay varios estudios dedicados a cómo la manera de disculparse puede impactar en la vida de la pareja. Una de sus consideraciones más importantes es qué se considera una disculpa efectiva y qué es un mero trámite para eludir una discusión.
El propio Gottman lanza una pregunta muy relevante: "¿Alguna vez has pensado que tu marido o tu mujer te estaba engañando cuando se disculpaba por algo?". El experto comparte las frases típicas y menos auténticas a la hora de disculparse:
- "Lo siento, pero..." Ese "pero" es precisamente lo que va a negar la disculpa. Es una manera de decir que no ha habido fallo, sino una acción lógica.
- "Le das demasiada importancia". Aquí se niega que haya conflicto y que, por tanto, haya que disculparse por nada.
- "No sabía que te molestaba tanto". Es una manera de exculparse, aunque la mayoría de las veces, cuando hay una reacción airada, es porque ese conflicto ya ha tenido lugar en más ocasiones.
- "Sabes que te quiero". Es la frase más manipuladora. Si alguien nos quiere, no pretende hacernos daño. Estamos ante una manera sutil de decir que sobredimensionamos algo. Pero el que nuestra pareja no valide nuestra posición o sentimientos ante algo, es síntoma de que algo va mal.
A su vez, hay otras frases que indican que nuestra disculpa es sincera e incondicional:
- "Lo siento, te pido disculpas". Sin atenuantes ni 'peros'. Se asume el daño hecho y se pide perdón.
- "¿Cómo puedo mejorar o esto?" o "¿Cómo puedo compensarte?". La idea de reparar o compensar a la parte agraviada es básica para superar la crisis.
- "Nunca he querido hacerte daño; por favor, discúlpame". Se antepone el cariño, incompatible con la voluntad de dañar, y se pide benevolencia.
El objetivo de todas estas frases es aceptar nuestra responsabilidad y asegurarnos, como afirma Gottman, que "nuestra pareja se siente escuchada y comprendida. Solo así conseguiremos reparar el daño y movernos juntos en la misma dirección".