Paul Auster murió el pasado miércoles en Nueva York a causa del cáncer de pulmón que le había sido diagnosticado hace tiempo, tal y como su amiga Jacki Lyden informó a The New York Times. El escritor deja una obra única, especialmente su aclamada ‘Trilogía de Nueva York’, pero también un gran vacío en la literatura mundial y, especialmente, en su mujer, la escritora Siri Hustvedt, que se ha despedido de él a través de una emotiva carta en su Instagram.
“Fui ingenua, pero me hubiera gustado haber sido la persona que anunciara la muerte de mi marido, Paul Auster”, explica al inicio de ese texto en el que Hustvedt se despide de Auster. “Murió en casa, en la habitación que amaba, la biblioteca, una habitación con libros en cada pared, desde el suelo al techo, pero también con altas ventanas que dejaban entrar la luz”, narra.
Más allá de despedirse, la escritora de 69 años ha sido dura con la filtración de la noticia de la muerte de Paul Auster, que ya había sido publicada cuando el cuerpo de su marido aún estaba en su casa de Brooklyn. “Los obituarios a estaban publicados. Ni yo ni nuestra hija Sophie, ni nuestro yerno, ni mis hermanas, que Paul amaba como suyas y lo acompañaron en su muerte, tuvimos tiempo para asumir nuestra pérdida”, señala en la carta.
“Nos robaron esa dignidad. Desconozco la historia completa sobre cómo pasó, pero sí sé una cosa: está mal”, dice sincera sobre la muerte de su marido, en quien se volcó desde que en 2023 anunció que tenía cáncer de pulmón.
Tal y como narra Hustvedt, la muerte de Auster “nunca partió de Cancerland. Después de que los tratamientos no funcionaran, el oncólogo le ofreció quimioterapia, pero se negó y pidió ser tratado en casa. Muchos pacientes experimentan los estragos del tratamiento de cáncer, y algunos se cura, pero lo que el mundo de la medicina califica como ‘efectos adversos’ se convierten rápidamente en una cascada de realidad de una crisis tras otra, no causada por el cáncer, sino por el tratamiento”.
“Un ‘efecto’ puede poner en riesgo la vida y el cuerpo se debilita cada vez más. Paul tuvo suficiente, pero nunca mostró ningún síntoma de autocompasión. Su coraje y humor hasta el final de su vida fueron un ejemplo para mí”, relata sobre esos últimos días del escritor en su casa de Brooklyn.
La vida de la pareja había sido complicada en los últimos años antes de que apareciese el cáncer. El matrimonio, que se casó a principios de los 80, tuvo que sufrir la muerte de Daniel Auster, el hijo del escritor con Lydia Davis. Falleció en 2022 por una sobredosis mientras se encontraba en libertad condicional al haber sido acusado de homicidio involuntario por la muerte de su bebé de solo diez meses.