Santi o el sexo después de enviudar: "Lloré la primera vez que hice el amor con otra mujer"
Las primeras citas después del duelo pueden ser fantásticas, pero hay que estar preparado. Santi, de 69 años, nos cuenta cómo retomó su vida después de enviudar, hace siete años
Igual que Alan Arkin en la serie de Netflix ‘El método Kominsky’, confiesa que lloró la primera vez que hicieron el amor
María Esclapez, psicóloga especializada en sexología, nos ayuda a entender qué es el duelo sexual y cómo se supera
Es emocionante cuando una persona viuda se vuelve a enamorar. En las ciudades existen numerosas asociaciones, grupos de whatsapp y círculos creados para compartir esta nueva etapa vital y con un propósito velado: permitirse a sí mismos que rebrote el amor. Santi, un inspector de policía jubilado a punto de cumplir 69 años, nos da su testimonio. Su mujer falleció hace siete años a causa de un cáncer. Después de cuatro décadas juntos, cuatro hijos y un proceso muy largo de duelo, no se le ocurrió que estas cosas pudiesen volver a pasar. "Pero pasan y hay que encararlas".
Y sigue: "En pleno duelo, sentí una gran atracción hacia mi psicóloga. Entendí que debía de ser algo patológico y no lo alimenté. Al contrario, lo dejé pasar. Esa sensación me sirvió para darme cuenta de que merecía ser feliz, que mi corazón funcionaba y mi cuerpo tenía ganas. Con mi hijo mayor como cómplice, me inscribí en un portal de citas y tuve alguna aventura esporádica".
¿Quién dice que ya no?
Santi viste a la última, peina hacia un lado sus canas dejando que un mecho caiga sobre su frente casi como por descuido y cuando se planta sus gafas de sol sabe que puede resultar irresistible. Sale a correr todas las mañanas y, una vez por semana, se permite un gran bocadillo de calamares en la plaza Mayor de Salamanca, su ciudad. Hace unos meses conoció a Beatriz, de 63 años, y esto acrecentó su deseo de verse estupendo.
Mi hijo mayor como cómplice, me inscribí en un portal de citas
"No sé si se puede llamar amor, solo sé que desde hace un tiempo siento que la vida pasa muy rápido y quiero apurar cada momento. Estoy bien, me siento joven e ilusionado, pero aún es pronto para llamarlo enamoramiento. Lo vivo casi a hurtadillas. Hablar de todo ello me sigue produciendo mucha melancolía por la ausencia de la mujer a la que quise durante toda una vida. Sin embargo, admito que esta ilusión hace que la perspectiva de envejecer sea más liviana".
Un gran momento en la ficción
Las plataformas de series nos está regalando extraordinarios retratos de vidas más allá de los 70 y 80 como el de Santi. Gentes que se enamoran, flirtean, se ilusionan, practican sexo, piensan en el futuro y ríen, sin pensar en la edad. En 'El método Kominsky', el veterano Alan Arkin, de 84 años, da vida a Norman, un octogenario que acaba de enviudar y se reencuentra con un viejo amor, Madelyn, interpretada por Jane Seymour.
Santi, admirador de este tipo de series se reconoce en sus personajes. "Igual que ellos, en mi grupo de amigos la próstata y los gatillazos se han convertido en centro de nuestros chistes. Entre todos aprendemos a dar a las cosas su justa importancia. ¿Para qué más drama?"
Lo vimos también en 'Grace&Frankie', interpretada por Jane Fonda y Lily Tomlin, otras dos mujeres mayores de personalidad opuesta que deciden vivir juntas cuando sus respectivos maridos anuncian que llevan tiempo enamorados y van a casarse.
La serie explora de forma genial la vivencia del deseo, las ganas de vivir, la evidente proximidad de la muerte, la huida de la soledad y el inevitable peso de los años. Sus protagonistas masculinos, Martin Sheen y Sam Waterson, disfrutan abiertamente su homosexualidad y asumen con un gran sentido del humor sus dificultades en la cama.
Lo que todos estos testimonios exponen es que, físicamente, uno se puede ver mejor que nunca, sentirse joven y con mucha ilusión por volver a empezar. Sus guiones plantean nuevas formas de enfrentarse al duelo, a las decepciones familiares y a la decadencia obvia de la vejez. Con la calma, la naturalidad y el buen sentido del humor que aquí se derrocha, la impresión es que cualquier contratiempo se hace mucho más llevadero.
Entre la vulnerabilidad y las ganas de seguir vivo
Ilusionarse después de enviudar y a esta edad es un auténtico desafío. "Uno le pone ganas -cuenta Santi-, hasta que te das de bruces con la realidad y la realidad es la que es: flacidez, arrugas, disfunción… La viudez me ha hecho reparar en ello. ¿Haces de ello una tragedia o te ríes? Lo que está claro es que el sexo no es una rareza. Tienes que sublevarte contra eso y contra los estereotipos de la viudez. Sin eufemismos y sin trampas".
Los dilemas a los que se está enfrentado este policía jubilado no son diferentes a los que exponen con tanta naturalidad los personajes de Netflix o los que llegan a la consulta de la psicóloga y sexóloga María Esclapez. Por eso, le hemos pedido que nos resuelva algunos de ellos.
¿Cómo saber si estoy preparado?
La muerte de la pareja se asemeja a una ruptura amorosa, pero aquí la pérdida es doble: "Pierdes a ese ser que amas como pareja y como persona -indica Esclapez. Cuando fallece, hay que entender la importancia de ese doble duelo. Requiere un espacio, un tiempo y un ritmo diferentes para cada uno. Solo uno mismo sabrá si está preparado para iniciar una nueva relación. Si no apetece, no lo está y no hay que forzar". Lo estará si hay ganas y uno se siente cómodo en esas primeras citas y con ganas de vivir la experiencia. "Normalmente sucede cuando se siente sosiego y tranquilidad con respecto a la vida de uno mismo".
De acuerdo con una investigación de Félix Elwerts y Nicholas Christakis, investigadores de la Universidad de Wisconsin, la etapa crítica de la viudez son los dos primeros años. Una vez superada, se encontraría en condiciones para iniciar una nueva relación de pareja y disfrutar de su sexualidad, como hace el 85% de los mayores de 60 años, huyendo de mitos y de cualquier pensamiento que pueda sabotear esa posibilidad.
Se permite cierta pesadumbre, pero no arrepentimiento
Conocer a una persona no significa suplantar a la anterior. Desgraciadamente, siempre hay alguien en el entorno que habla con este tipo de expresiones que pueden sonar recriminatorias. "Una pérdida después de una vida en común nunca se supera -detalla Esclapez. La pena la llevas por dentro y forma parte de tu vida y de tus recuerdos. Hay que vivir con ello. La superación a nivel clínico significa que el duelo se ha trabajado, que no se ha enquistado, que no es patológico y que la persona está con unas emociones estables". Desde esta tranquilidad se puede conocer a otras personas. No es que un clavo saca a otro clavo ni nada por el estilo, porque entonces hablaríamos de relaciones diana, más disfuncionales".
Solo relaciones esporádicas. ¿Es válido?
La psicóloga es tajante: no. "Realmente lo que se está haciendo es un refuerzo negativo. Puede aliviar momentáneamente. Las sustancias que se generan al tener relaciones sexuales (dopamina, serotonina y oxitocina) ayudan a cambiar de estado anímico, pero no significa que el duelo se vaya a superar ni antes ni mejor. Además, cuando entramos en estas dinámicas a veces llegamos a depender de ellas".
No me siento viejo, es mi cuerpo el que envejece
Puedes sentirte un veinteañero, pero la edad acaba imponiendo sus limitaciones. "Solo hay que aceptarlas -dice Esclapez. No es que el sexo sea más difícil, sino diferente, pero nunca hay que hablar de fracaso. Conviene crear un modelo propio de sexualidad dependiendo de la etapa de la vida, sin expectativas, aceptando con naturalidad los cambios de la edad o del cuerpo y trabajando la tolerancia a la frustración". Es algo que, según esta profesional, tiene que entender quien esté con nosotros, aunque sea un encuentro esporádico.
Si tengo ganas de llorar, ¿es mejor callar?
Norman llora en su primer encuentro sexual en 'El método Kominsky'. Le pesa su mujer, la sigue viendo por todas partes. También Santi pasó un mal rato en esa primera vez con Beatriz al recordar a la mujer fallecida con la que compartió cama durante tantísimos años.
"La comunicación eficaz es decisiva. Es bueno hablar de sexualidad y también de nuestras preocupaciones, pensamientos y sentimientos para crear una intimidad emocional y sexual", concluye Esclapez. Por otra parte, es una excelente oportunidad para saber con quién estamos y qué tipo de relación podemos esperar.