Radiografía de los solteros de más de 50 encantados de vivir sin pareja: "Ahorro y gano en libertad"
Actualmente los solteros son el 36% de la población (52% hombres y 48% mujeres), un total de 14,4 millones de personas
La tendencia 'single' va en aumento: representa cuatro puntos más que hace quince años (32%)
Para 2035 habrá más de 5,7 millones de hogares en España habitados por una persona sola (casi un tercio), un 18,3% más que en la actualidad
Todavía algunos piensan que el ser humano está hecho para vivir en pareja y que, por tanto, la soltería es un mal a evitar, una desgracia. Vocablos como "solterón" o "solterona" y expresiones como "quedarse para vestir santos" revelan el tono despectivo con que la sociedad desaprobaba a quienes no se emparejaban. Ha llegado a afirmarse que el no estar casado es malo para la salud: un estudio de 2006 analizó datos de mortalidad en Estados Unidos y determinó que los solteros se mueren antes. Pero (tranquilo, si es tu caso) otro estudio, más reciente —de 2020— lo desmiente: la soltería, sostiene, no solo no entristece sino que puede ser la clave para una vida larga y feliz.
Sin duda, el estar emparejado resulta enriquecedor desde varios puntos de vista. Cuando alguien encuentra a un/a compañero/a de verdad, se siente amado, apoyado y comprendido. Y es cierto que cuando las piezas encajan, es una maravilla. Por otra parte, y en un enfoque más prosaico, sale más barato: un piso para dos no cuesta el doble que uno unipersonal, sino solo un poco más (y los gastos se dividen); lo mismo puede aplicarse a otros dispendios cotidianos. De ahí que tienda a pensarse que si alguien está solo es porque no ha encontrado con quien juntarse, porque no le queda más remedio. Y aun asumiendo que ese perfil existe, no siempre es así. Muchas personas están encantadas de estar solteras.
MÁS
Lucas, 52 años
Está solo en un sentido muy amplio, pues no tiene familia: hijo único, sus padres ya fallecieron. Desde que entró en la edad adulta y se independizó, la mayor parte del tiempo ha convivido con mujeres en pocas y breves ocasiones. Valora mucho su independencia.
Su día a día está repleto de actividades de las que disfruta en soledad y que se verían condicionadas por estar en pareja. "Me levanto por la mañana y me voy a nadar. Los fines de semana salgo en bicicleta sin límite de tiempo: no hay nadie esperándome en casa. Si quedo con amigos no tengo prisa por retirarme. Ellos siempre tienen cosas que hacer, a veces es difícil poner fecha a una cena; pero yo siempre estoy disponible", explica. Con la casa heredada y un buen sueldo de director de márketin, se da la gran vida. Se pasea por Madrid con el Mercedes descapotable que se dio el capricho de comprar.
Hay una idea de estar soltero anclada en parámetros que no corresponden con la sociedad de ahora
Que Lucas se defina como soltero no quiere decir que rechace el tener relaciones (en el sentido más amplio) con mujeres. "A veces, solo para sexo esporádico; otras, con cierto grado de compromiso y exclusividad, que se traduce en verse de vez en cuando. Alguna vez he tenido que decir: 'Yo te quiero, pero no quiero una relación contigo'. A día de hoy, no cambiaría mi soltería por nada".
Este nuevo concepto de soltería es lo que ha derribado viejos tabúes. Antaño, o se estaba casado —en la acepción más tradicional de matrimonio duradero y con hijos—, o a uno se le encasillaba dentro de la anormalidad, sobre todo llegado a una edad. "Hay una idea de estar soltero anclada en parámetros que no corresponden con la sociedad de ahora", dice la psicóloga Elena Daprá. "Me hace gracia, porque entre estar solo y tener pareja hay infinidad de mundos. Aplicaciones como Tinder y otras pertenecen al ámbito de la soltería. Hoy puedes estar soltero y tener a alguien. Por supuesto. La soltería hoy es un modo de vida en el que puedo compartir cosas con alguien pero hay otras que no quiero compartir".
Gary, 50 años
Gary (50) es un londinense que lleva dos décadas viviendo en Cataluña. Terminó su última relación hace un año y medio, y desde entonces saborea su autonomía vital. "Lo mejor es la libertad", dice. "No tienes que dar explicaciones a nadie de cuándo sales, cuando entras… Llevas tu ritmo. No discutes si los cuchillos van para arriba o para abajo en la cocina y no hay pelos en el baño". Su acérrima soltería no le lleva a despotricar de la vida en pareja. "Las dos cosas están bien. Con los confinamientos por coronavirus, uno se siente más solo. Estar soltero está muy bien cuando todo sale bien, pero cuando algo sale mal, es muy diferente", añade.
Hace 15 años detectó que había muchos solteros con ganas de apuntarse a planes de ocio y creó Singles Selecta, un grupo en el que organiza cenas los fines de semana, excursiones, quedadas para salir en bicicleta, senderismo, clases de baile… "Todo empezó por accidente", cuenta. "Creé un grupo en Barcelona para hablar inglés y me di cuenta de que de ahí surgían muchas amistades". Actualmente hay 12.500 personas inscritas en la asociación, que cuenta con sucursales en Barcelona y Calafell (Tarragona).
Estos grupos de actividades para singles han proliferado en los últimos años, señal de que los solteros de hoy están libres de complejos. Eventos Singles ofrece desde afterworks los jueves a itinerarios culturales en varias ciudades de España, con el objetivo, dicen sus responsables, de "compartir un rato agradable y desconectar de todo por unas horas". El orgullo single es una realidad mundial: en 2015 el diario The Washington Post creó una sección en su web llamada Soloish, en la que colgaban artículos que ponderaban la soltería y destacaban los problemas de vivir en pareja. La instauración del Día del Soltero (11 de noviembre) ratifica el reconocimiento de las personas autosuficientes.
En San Valentín de 2017, solteros de Madrid y Barcelona se congregaron en enclaves emblemáticos de sus ciudades para proclamar que su estado civil es una decisión personal y un estilo de vida. Aderezaron su quedada con pancartas en las que podía leerse: "No más aburridas comidas con suegros" o "Nadie que te robe las sábanas por la noche". También hay quien lleva su autonomía al extremo y decide casarse consigo mismo, práctica que se conoce como sologamia. El 8 de junio de 2018, trece mujeres de Bilbao contrajeron matrimonio con ellas mismas en la iglesia de La Merced, de la capital vizcaína. No les bastaba con estar a gusto solas: querían oficializarlo, notificarlo al mundo y celebrarlo con sus amigos.
Si nos basamos en datos oficiales, podría afirmarse que la soltería es tendencia. Según el Instituto Nacional de Estadística, residen actualmente en España 2.245.000 solteros mayores de 45 años, aproximadamente un millón más que en 2002. El porcentaje de hogares unipersonales en nuestro país ha pasado de un 8,8% en el censo de 1981 a un 25,8% en 2019. Cerca de la mitad están ocupados por personas de 65 años o más. El informe Proyección de hogares 2020-2035 del INE vaticina una progresión al alza: para 2035 habrá más de 5,7 millones de hogares en España habitados por una persona sola (casi un tercio), un 18,3% más que en la actualidad.
Existe una regla básica para que este estatus sea satisfactorio, y nos la apunta la psicóloga Elena Daprá: "Lo que nos aporta bienestar es retomar la corona de nuestra vida, y que ahora seamos nosotros quienes tomemos las decisiones. Es poner el foco en uno. Siendo empático y teniendo en cuenta a los demás. Es empoderarse. Cuando estamos en pareja, acabamos delegando en muchos aspectos. Cuando estás soltero, recuperas una parte de conexión contigo mismo que en pareja, debido a los mitos y que tenemos que cumplir con determinados clichés, nos olvidamos. Necesitamos estar solos, necesitamos espacios personales. Necesitamos salir a caminar y pensar en nuestras cosas, estar centrados y reflexionar sobre nuestra vida, sobre lo que quiero y lo que no, y la soltería es el tiempo de poder hacerlo".