El (placentero) mundo de la multiorgasmia: sí, más de uno
Alfred Kinsey, uno de los pioneros en la investigación de la sexualidad, llegó en 1984 a esta conclusión: el 14% de las mujeres tenía capacidad de experimentar varios orgasmos en un solo encuentro sexual, frente al 9% de los hombres
Fueron los sexólogos William Masters y Virginia Johnson los que en 1966 describieron minuciosamente en sus obras dos tipos de orgasmo múltiple
Según los expertos, las personas que conoce bien su cuerpo, se masturban desde la juventud y tienen fantasías eróticas son más propicias para experimentarlos.
Una de las curiosidades más sorprendentes de nuestro cuerpo es su capacidad para tener no uno, sino dos, tres o más orgasmos consecutivos. El fenómeno empezó a estudiarse en 1984 cuando Alfred Kinsey, uno de los pioneros en la investigación de la sexualidad, llegó a esta conclusión: el 14% de las mujeres tenía capacidad de experimentar varios orgasmos en un solo encuentro sexual, frente al 9% de los hombres. Con todo, la multiorgasmia aún no está suficientemente estudiada, algo que el sex shop online Plátanomelón intenta solventar en el libro 'Clímax' (Cinco Tintas). Estas son sus conclusiones.
Tipos de multiorgasmo
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Desde las conclusiones de Kinsey pasaron 20 años para que pudiera saberse más del multiorgasmo. Pero fueron los sexólogos William Masters y Virginia Johnson los que en 1966 describieron minuciosamente en sus obras -mediante la observación directa de parejas- dos tipos de orgasmo múltiple. El primer tipo serían los repetidos, orgasmos separados por cortos periodos de descanso en los que la excitación sexual decae y luego crece hasta un nuevo clímax.
El segundo, por su parte, son orgasmos secuenciales: experiencias orgásmicas prolongadas, de entre 20 y más de 60 segundos, en los cuales la excitación no decae.
Pene y multiorgasmo
Durante muchos años se creía que la multiorgasmia estaba asociada únicamente a la vulva y que, por tanto, un pene no erecto no podía experimentarlo. Sin embargo, las investigaciones recientes han demostrado que esto es falso. Dos investigaciones de principios de los años 2000 revelaron que el entre el 3,3 y el 7% de los hombres heterosexuales podían tener multiorgasmos, debido a que mantenían la erección y podían llegar a eyacular nuevamente.
¿Cómo sucede? Cada persona reacciona de manera diferente ante los estímulos sexuales. Los expertos aconsejan no eyacular en, utilizar juguetes eróticos o hacerse con nuevos estímulos. El cerebro segrega nuevas dosis de dopamina (la hormona de la motivación y la recompensa) cuando recibe la posibilidad de una nueva relación sexual.
¿Cómo conseguirlos?
Ojalá fuera tan fácil como seguir un libro de instrucciones. Tener multiorgasmos no es como instalar una estantería y depende de distintas variables. Los expertos coinciden es que es importante que haya una conexión fuerte entre cada persona y su sexualidad. Las personas que conoce bien su cuerpo, se masturban desde la juventud y tienen fantasías eróticas son más propicias para experimentarlos.
Las circunstancias son un detalle interesante cuando se trata de la multiorgasmia. En el 64% de los casos ocurre entre parejas y en un 33% a solas. Estar de buen humor, sentirse cercano a la pareja, estar descansado y sin problemas que nos hagan rumiar (el mayor peligro para la falta de presencia) son las mejores actitudes para alcanzar el placer por duplicado (¿o triplicado?).
¿Igual de placenteros?
Uno de los mitos que rodean al multiorgasmo es que el primero es el más intenso, pero los datos revelan lo contrario: según el 47,9% de las mujeres la excitación aumenta tras el primer orgasmo.
Como otros placeres, la manera de experimentarlo difiere en cada persona. Si lo comparamos con otro acto placentero, como comer, algunas personas prefieren disfrutar con el primer bocado y otras, reservarse para llegar al postre. En cualquier caso, los sexólogos hablan de aceptar el placer como sea y como venga, sin guiarnos por criterios preestablecidos. Ser exigente es lo contrario al sexo, una de las pocas actividades donde jugar y experimentar se da por descontado. Además, tener un orgasmo o tres en un mismo encuentro no va a cambiar tu vida ni tu relación con la sexualidad. Como la propia existencia, es algo dinámico y cambiante, sujeto a altos y bajos, como la vida misma.