Los fetiches sexuales más comunes a partir de los 50
El fetichismo es la atracción sexual provocada por un objeto o por determinada parte del cuerpo, que normalmente no tendrá que ver con los genitales
Los límites los pone la imaginación de cada uno: los pies, la lencería, los zapatos de tacón…
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El fetichismo es una de las parafilias más comunes y consiste en la excitación sexual intensa a través de un objeto inanimado (el fetiche). Es decir, excitarse viendo o tocando un objeto que puede ser un zapato, ropa interior, una parte del cuerpo… Siempre que no produzca angustia ni disfunción no se considera un trastorno, tan solo algo que nos puede ayudar a disfrutar aún más del sexo.
Aunque la lista de fetiches eróticos puede ser interminable porque la imaginación es el límite en el sexo, lo cierto es que a partir de los 50 años nada impide sumar algunos fetiches más a la lista. ¡Estos son los fetiches más comunes!
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Los pies
El fetiche por excelencia es aquel que tiene que ver con todo lo relacionado con los pies. Hay gente que se excita solo con la observación de los pies ya sea en su totalidad, o a través de unas sandalias en verano. Otro tipo de fetichistas necesitarán ir más allá y tener contacto con esa parte del cuerpo, masajearlos, o incluso llevárselos a la boca para sentir más placer.
Zapatos de tacón
El segundo fetiche más compartido es el de los zapatos de tacón. La imagen de nuestra amante vestida únicamente con unos zapatos, o mantener sexo únicamente con el calzado puesto, son pensamientos que se repiten entre quienes disfrutan de este fetiche.
Lencería
Pero, además, la lencería, las medias, los corsés... son objetos de excitación y de deseo para aquellos que se consideran fetichistas de este tipo de prendas. Los diferentes tipos de tejido o las sensaciones que estos transmiten logran disparar sus sentidos y aumentar el nivel de excitación.
La lencería erótica tiene muchas más funciones más allá de la más conocida que sería la de provocar excitación. Es capaz de provocar el deseo, reavivar la pasión, mejorar la autoestima y autoconfianza...
Juegos de roles
Los juegos de roles consisten en interpretar distintos papeles antes, durante o después de un encuentro sexual. En estos juegos se cumplen las fantasías de ser otra persona, con otra profesión y personalidad. El role-playing se trata de cumplir sueños, llevarlos a la pareja y hacer que todo sea más entretenido y excitante en el acto sexual. Como su nombre lo indica, implica asumir roles distintos a los de la realidad. Los roles más comunes implican una diferencia de poder tales como maestro/estudiante, enfermera/paciente, oficial/prisionero. Sin embargo, existen fantasías muy personales y específicas.
Látex o cuero
En el fetichismo de látex o de cuero el deseo sexual gira en torno a prendas o elementos elaborados en este material. Ya sea que las vista la pareja o que solo se genere contacto con la ropa o los accesorios, la persona experimenta excitación sexual con estos materiales en particular.
Este fetiche tiene una estrecha relación con el "bondage", es decir, la práctica en la que se disfruta inmovilizar o ser inmovilizado durante el encuentro íntimo para incrementar el placer. A su vez, abarca prácticas de dominación y sadomasoquismo.
Lenguaje
Esta práctica también se conoce como "dirty talk" y es una forma de excitación sexual en la que cobra relevancia el sentido auditivo. En concreto, se trata de usar lenguaje sugerente o explícito durante el acto sexual con el fin de incrementar las sensaciones propias y de la pareja.
Cosquillas
La "knismolagnia" es el fetiche de excitarse con cosquillas, ya sea que te las hagan, hacerlas o ver que alguien más las haga. Las terminaciones nerviosas serán tus aliadas principales para conseguir erizar la piel de tu pareja sexual.
Bondage o sado
Este fetiche sexual también tiene relación con las prácticas de bondage y sadomasoquismo. Involucra a una pareja, que es la persona que recibe el impacto. Consiste en dar azotes, latigazos o flagelaciones, sea con la mano abierta o un elemento particular (látigos, cinturones, etcétera).
Es importante llevarlo a cabo con cuidado, pues solo debe abarcar zonas del cuerpo protegidas por grasa y músculo. Hay que evitar zonas como los riñones, la cabeza, las articulaciones y el coxis.