El coronavirus y el tabú de la disfunción eréctil: "La pandemia está siendo una bomba destructora de relaciones sexuales"
Más del 42% de los hombres españoles acuden a atención primaria por problemas de erección.
"Vamos a diagnosticar mucha disfunción eréctil relacionada con la pandemia", según François Peinado Ibarra, Jefe del Servicio de Urología del Hospital Quirón Rúber.
La disfunción eréctil puede ejercer como 'centinela' de enfermedades subyacentes graves, como la diabetes o las patologías cardiovasculares.
La disfunción eréctil es una enfermedad común que afecta a más del 40% de los varones en España, según un estudio de la Asociación para la Investigación en Disfunciones Sexuales en Atención Primaria (AISD-AP) realizado sobre 3.600 hombres en España en 2019. Según datos de este panel, el 42,68 % de los varones acude a consultas de atención primaria por problemas de erección de distintos gravedad. Además, se calcula que para 2025, la disfunción eréctil afectará a 322 millones de hombres en el mundo.
El tabú que se mantiene
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Pese a ser un problema común, en España sigue siendo un tabú que apenas se expresa: el 68% de los afectados por la disfunción eréctil se encuentran incómodos hablando de este tema ante su médico de cabecera y el 71% cree que el facultativo no se siente cómodo cuando le consultan estos temas. Solo el 7% de los médicos de familia pregunta sobre la vida sexual de su paciente y de si padece disfunción eréctil.
Solo un 23% de los afectados por la disfunción eréctil está recibiendo tratamiento
Otros datos apuntan a que la disfunción eréctil es un tema ignorado en las consultas médicas. Según un informe de la Asociación Española de Andrología, Medicina Sexual y Reproductiva, más de un 20% de hombres de entre 25 y 70 años, sufre de disfunción eréctil sin estar diagnosticada o tratada. De la totalidad de afectados de la población total masculina española, sólo un 23% tiene el diagnóstico y está tratándose.
La pandemia ha dado una vuelta de tuerca a este escenario: la enfermedad se mantiene, muchas veces, sin tratar y hace mella en la estabilidad de la pareja. O bien, puede resultar un efecto indeseado de la enfermedad. Tabú, disfunción eréctil y coronavirus son conceptos que pueden ir de la mano, aunque la medicina, la información y la prevención también pueden ayudar a normalizar la enfermedad y, sobre todo, a dar respuesta.
El amor en tiempos del Covid
Para el doctor François Peinado Ibarra, Jefe del Servicio de Urología del Hospital Quirón Rúber, el Covid ha tenido un impacto altísimo en la salud sexual de los españoles. "La pandemia está teniendo una repercusión altísima en los pacientes de disfunción eréctil a nivel global. Hemos estado confinados, con niños en casa y con una importante pérdida de intimidad. Todo esto afecta necesariamente al comportamiento sexual".
Los hábitos sexuales también han cambiado por la irrupción de apps de contactos y el mayor consumo de pornografía. "Buscar pareja a través de aplicaciones o ver más porno han sido alternativas cuando hemos tenido dificultad para relacionarnos y esto ha influido en la salud sexual", advierte este especialista, que también ve en la pandemia un enemigo para las parejas estables: "la falta de intimidad y de conexión se acusa. La pandemia es una bomba destructora de las relaciones sexuales", afirma Peinado.
El coronavirus ha pulverizado muchas relaciones no sólo sexuales, sino también sentimentales: el número de demandas de separación y divorcio creció en el tercer trimestre de 2020 un 16,6% más respecto al mismo periodo del año anterior, según datos del Consejo General del Poder Judicial. En el mismo periodo, en China, las demandas de divorcio también se dispararon, con los conflictos de convivencia a causa del confinamiento como primera causa de separación.
Más disfunción eréctil a causa del Covid
Pero no todas las disfunciones tienen que ver con hábitos de comportamiento o problemas de convivencia. Aunque aún no hay estudios de prevalencia, los expertos coinciden en que el coronavirus impacta en la disfunción eréctil: "el estrés sufrido por los pacientes de covid y el propio virus pueden producir un descenso de la testosterona no solo en pacientes de mediana edad, sino también entre jóvenes", según François Peinado.
En un caso habría problemas de erección de origen psicógeno por estrés y, en el otro, de origen orgánico por afectación del endotelio, el tejido formado por una sola capa de células que recubre interiormente el corazón y otras cavidades como el pene. El endotelio vascular del órgano sexual masculino desempeña una función fundamental en la actividad contráctil y relajadora del músculo de la zona. Por tanto, cualquier afectación incide en su respuesta a los estímulos hormonales que se desencadenan en la relación sexual.
La afectación del sistema inmune, una vez superado el covid, puede desembocar en diversas patologías; entre ellas, la disfunción eréctil
Teniendo en cuenta que el perfil predominante de los pacientes de coronavirus es masculino, "vamos a diagnosticar mucha disfunción eréctil relacionada con la pandemia", señala Peinado. Aunque aún es pronto para hacer un diagnóstico realista, el doctor Javier Romero-Otero, Jefe de Servicio Urología HM Hospitales en Madrid y responsable de la Unidad de Andrología y Cirugía Reconstructiva del Hospital Universitario 12 Octubre, es de la misma opinión y cree que habrá más disfunción eréctil derivada de la pandemia "por un efecto de autoinmunidad. Los pacientes de Covid registrarán una bajada de su inmunidad individual, por lo que habrá un aumento de riesgo cardiovascular, más tumores y otro tipo de patologías y alteraciones del sistema inmunitario", asegura.
Enfermedades cardiovasculares y problemas de erección
Parte del tabú sobre la disfunción eréctil proviene de la idea de que se trata de un asunto que solo atañe a los órganos sexuales. No es así: detrás de un fumador adicto puede haber un problema de erección. "A los pacientes les cuesta entender que fumar agrava su problema porque la nicotina es un vasoconstrictor", explica Eduard Ruiz Castañé, director del Servicio de Andrología de la Fundación Puigvert, en Barcelona.
Pero el tabaco no es la única causa. Además de por los efectos secundarios de algunos medicamentos, en la disfunción eréctil, hay condiciones médicas previas que se solapan y superponen, formando un bucle que conviene tratar de manera integral. "La diabetes, la hipertensión, el sobrepeso y el colesterol elevado, factores que intervienen en las enfermedades cardiovasculares, son las causas más frecuentes que propician la disfunción eréctil”, señala este facultativo.
El tabaco propicia los problemas de erección porque la nicotina es un vasoconstrictor
De hecho, la disfunción eréctil, es también el ‘centinela’ que avisa de estas patologías. Por tanto, cuando un hombre acude a su médico de cabecera para consultar un problema de erección, el facultativo se enfrenta, posiblemente, a otras disfunciones graves en un estadio latente. La buena noticia es que puede ser un detector precoz de todas ellas, siempre que haya una buena comunicación entre médico y paciente, hoy por hoy, algo que dista de ser real.
Más información gracias a la viagra
Sobre la disfunción eréctil, queda mucho por hacer. Frente a otras patologías, no hay campañas informativas recurrentes. "No es difícil encontrar información, pero sí es difícil encontrar información útil y veraz. Normalmente no se sabe a qué médico acudir. La disfunción eréctil es multifactorial y a veces no se encuentra el interlocutor adecuado", explica Ruiz Castañé, que, junto a los otros dos especialistas, ha participado en la presentación de la web interactiva Soluciones - Disfunción eréctil, una iniciativa cuyo objetivo es tratar la patología desde todos los ángulos.
En este abordaje multidisciplinar, 360º, el médico de familia desempeña una función clave porque es el primero en detectar si hay alguna patología que no ha dado la cara y derivar al especialista más adecuado, normalmente el andrólogo o el urólogo. "La atención primaria es clave. La salud ya no es la ausencia de enfermedad, sino la calidad de vida, y la sexualidad es uno de sus indicadores. Hasta ahora la disfunción eréctil se ha vivido en la consulta como una frivolidad y no se daba la respuesta adecuada", señala este especialista.
Hasta ahora, para la atención primaria, la disfunción eréctil era un tema frívolo al que no se daba la respuesta adecuada
Afortunadamente, la situación va cambiando gracias a un medicamento: la Viagra. Comercializada a finales de los 80, en los últimos años se ha popularizado enormemente facilitando que los temas sobre disfunción eréctil comiencen a normalizarse.
Prevención, fármacos e implantes
¿Por qué los hombres tienen que esperar a tener síntomas o disfunción para acudir al médico? Como en todos los temas relacionados con la salud, la prevención juega un papel clave. "Si se hiciera hincapié desde la pubertad de la necesidad de hacer una revisión de los órganos sexuales, podríamos actuar antes. Podríamos detectar problemas de tamaño o de la forma de pene que pueden acabar en disfunción eréctil, pero que en sus inicios pueden ser tratados", explica Ruiz Castañé.
Hay que normalizar la sexualidad con información en los colegios y con medidas concretas en las residencias de mayores, donde no hay espacios de intimidad para hombres y mujeres
Los expertos insisten en que debería existir el hábito de ir al andrólogo como las mujeres van anualmente al ginecólogo. ¿Desde cuándo? A partir de los 45 años, ineludiblemente, y a los 40 si ha habido algún antecedente de cáncer. Los avances técnicos han sido significativos en los últimos años y si algún hombre padece disfunción eréctil no debe resignarse: la respuesta farmacológica es muy buena y las prótesis de pene están a la orden del día. "Cuando el fármaco no sirve, la prótesis de pene permite dureza, penetración y devolver la pasión a la vida sexual", afirma el doctor Ruiz Castañé.
Para el facultativo hablar con naturalidad de sexo no debe quedarse en la esfera médica: "hace falta educación sexual en los colegios. Hablar de sexualidad en el sentido más amplio y no solo de genitalidad. También hay que normalizarlo en las residencias, donde no hay espacio para la intimidad entre hombres y mujeres. Resulta injusto y poco ético". Parecería que, en una sociedad volcada en el bienestar, el sexo no disfrutara de la posición que merece como una parte fundamental de las personas. "La sexualidad es para toda la vida. Hay que normalizarla y, sobre todo, preservarla y cuidarla", concluye el doctor Romero-Otero.