Harvard ha hablado: tener 21 eyaculaciones al mes previene el cáncer de próstata

  • El estudio se realizó a 32.000 varones durante diez años

La ciencia ha hablado. Y cuando lo hace, hay que tomárselo en serio. Según un estudio publicado en European Urology y realizado por Harvard, eyacular a menudo previene el cáncer de próstata. ¿Con qué frecuencia? Esa es precisamente la clave del estudio, desarrollado durante 10 años a una población de más de 32.000 adultos. Los investigadores concluyeron que los hombres que eyacularon al menos 21 veces al mes tuvieron un 33% menos de riesgo de sufrir esta patología respecto a los que no lo hicieron. Insistimos: como mínimo 21 veces por mes; es decir, una cada día y medio.

Hay más argumentos que juegan a favor de pasarlo bien en este estudio. La baja actividad sexual puede incidir en la prevalencia de otras enfermedades. "La frecuencia de eyaculación es en cierto modo una muestra del estado de salud general. Los hombres que estaban en el extremo más bajo de la eyaculación, de cero a tres veces al mes, eran más propensos a tener otros problemas médicos y morir de otras causas diferentes al cáncer de próstata", explica Jennifer Raider, autora principal del estudio.

Está demostrado que la actividad sexual regular disminuye eventos cardiovasculares

La eliminación de toxinas y otras sustancias alojadas en el líquido seminal parece jugar un papel clave en la prevención del cáncer de próstata. "Una actividad sexual regular hace que, por ejemplo, no se acumule prolactina, una hormona cuyo exceso está asociado a la disfunción eréctil, y que, además, no haya inflamación o congestión en los órganos genitales. Hoy sabemos que los profesionales que pasan mucho tiempo sentados, ya sea frente a un ordenador o en un coche, como los taxistas o los comerciales, tienen mayor tendencia a padecer prostatitis crónica, una inflamación glandular que puede degenerar en cáncer", explica Venancio Chantada, presidente de la Sociedad Gallega de Urología.

Vida sexual activa y detección precoz

Según datos del Observatorio del Cáncer de la AECC, el cáncer de próstata es el tercero en incidencia en España. Entre los hombres, se sitúa en primer lugar en número de casos detectados y en tercer lugar en mortalidad. En 2018 se diagnosticaron en nuestro país 31.728 casos; es decir, 139 por cada 100.000 adultos. Detectado en fase temprana, el pronóstico es bueno: en España aproximadamente un 84,6% de los pacientes que sufren cáncer de próstata sobreviven más de cinco años. La clave precisamente es la detección precoz. En nuestro país los hombres aún no están tan sensibilizados con el cáncer de próstata como las mujeres con el de mama. En el cáncer de próstata hay, además, un factor de condicionamiento genético. El varón con familiares pacientes de primer grado debe iniciar la consulta a partir de los 40 años. Si no existen antecedentes, debe acudir al urólogo a partir de los 50.

En uno y otro caso, no hay que temer la consulta médica. Las pruebas de detección se han hecho más sencillas en los últimos años. Un simple análisis de sangre puede ser determinante para identificar la enfermedad.

Desde la generalización del test de diagnóstico precoz de niveles de PSA (antígeno prostático específico) en sangre, ha aumentado el número de casos detectados y en consecuencia, también la supervivencia, gracias fundamentalmente a esa detección temprana. Además, otro factor clave para el aumento del porcentaje de éxito en la cura de este tipo de cáncer es la mejora de los tratamientos.

Las pruebas de detección se han hecho más sencillas en los últimos años

Para corroborarlo basta mirar el caso austriaco. Este país, el primero en implantar el programa de diagnóstico precoz, posee en Europa las cifras más altas de supervivencia en este tipo de cáncer. En nuestro país aún queda por hacer. "La medicina es sexista", explica Chantada, "en España, la salud dentro de las familias es territorio de la mujeres. Aunque hay consultas espontáneas a partir de edades maduras, la realidad es que apenas el 20% de los varones acude al médico para una revisión, y casi siempre porque las mujeres han insistido. Todavía hay hombres que se despistan y vienen con una patología grave que podía haberse descubierto de manera temprana".

El sexo mejora nuestra calidad de vida al liberar dopamina y oxitocina, las hormonas del bienestar, ejercita el corazón, previene la osteoporosis, ayuda a dormir mejor y previene algunos tipos de tumores cancerígenos. "Está demostrado que la actividad sexual regular disminuye eventos cardiovasculares, como el infarto o el ictus. La bajada de la testosterona, que suele ocurrir en torno a los 45 años y que interviene igualmente en el deseo sexual, también está relacionada con la osteoporosis", concluye el doctor Chantada.

Pero solo con sexo no vale. Si de verdad quieres reducir las posibilidades de padecer la enfermedad, ayúdate también con una buena dieta mediterránea, actividad física, una vida social activa (y afectiva) y un objetivo vital que nos motive.