Dos mujeres de más de 50 años prueban el 'satisfyer': "El cambio es espectacular"
Ha sido el juguete revelación 2019 y promete más para el año que empieza
Discreto, elegante y silencioso a pesar de su carácter agitador. El succionador de clítoris es uno de los últimos inventos que más ha hecho por estimular el universo sexual femenino, terminando de derribar el imperio del orgasmo vaginal (si es que aún se tenía en pie). Ya llevaba un tiempo con nosotros, pero el boca a boca y el eco imparable de las redes sociales han hecho de este juguete el producto erótico estrella de 2019.
Llegar en el momento oportuno
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Han roto récords de ventas en mujeres que inician una nueva etapa más allá de la menopausia, cuando tanta falta hace recuperar el apetito sexual. Entramos en la tienda erótica 'Los placeres de Lola' y hablamos de todo ello con su cofundadora Sara Pérez. “El succionador de clítoris -cuenta- convierte esta etapa en uno de los mejores momentos para gozar del sexo. La mujer conoce mejor que nunca su cuerpo, sabe lo que quiere y está dispuesta a dejarse ayudar por este juguete con el que se disipan problemas tan comunes como la sequedad vaginal, el dolor en la penetración o dificultad para llegar al orgasmo”.
Junto a ella, dos clientas dispuestas a compartir las bondades de este recién llegado a su nueva vida sexual, Mari Carmen F. y Nuria G. La primera tiene 59 años y confiesa que, hasta ahora, nunca había usado un juguete erótico. “Participé en varios tuppersex que organizan amigas mías en sus casas, pero nada de lo que veía llamó nunca tanto mi atención como para probarlo. Siempre he sido muy clásica en lo que al sexo se refiere y me costaba imaginarme usando estos artículos”, declara. Simplemente, no se veía con ellos. Pero empezó a oír a hablar de succionadores de clítoris. “Al principio me resultó extraño y no podía evitar que mi mente volara. Imaginaba un aparato extraño que te sorbía el clítoris y me preguntaba ¿realmente esto puede dar placer?”
Las siguientes conversaciones las escuchó en el entorno laboral y los dichosos succionadores sonaban como un runrún continuo y casi omnipresente “Todo el mundo relataba las maravillas de estos cacharrines, hasta que, por fin, una de mis hermanas me trajo a esta tienda aprovechando una tarde de cañas por el barrio Lavapiés”, dice Mari Carmen. Esa primera vez que lo tuvo entre sus manos, lo miró con sorpresa y ojos ardientes. Estaba expectante, casi como sintiendo que jugaba con fuego y podía quemarse. “Empecé usándolo sola, pero cuando me familiaricé con él se lo presenté una noche a mi marido y se mostró entusiasmado. ¡Ahora estamos encantados los dos!”, exclama.
La última conquista de la mujer
Sin esperarlo, su vida sexual ha dado un inesperado giro positivo, activando su erotismo en pareja y también sus ganas de experimentar. “Se ha abierto un mundo nuevo para mí”, insiste. Los inicios de Nuria, de 54 años, tuvieron un sabor agridulce. Lo adquirió hace algo más de dos años, poco después de salir al mercado y cuando aún nadie hablaba de succionadores con la naturalidad con la que hoy está en nuestras conversaciones. “Desde el principio observé la rapidez con la que llegaban los orgasmos. Esto, que a veces puede estar muy bien, no es tan conveniente cuando lo que quieres es pasar más tiempo jugando y gozando”. Entonces empezó a darle una y mil vueltas a las instrucciones de uso y disfrute. “Fui conociendo a mi juguetito cada vez más a fondo, masajeándome suavemente alrededor de mi vulva, en los labios y entrada de la vagina. Más tarde, accedía a la zona del clítoris. Luego probé a combinarlo con mi vibrador clásico habitual. Hoy mi recomendación es absoluta”, concluye.
Para ambas el succionador de clítoris ha marcado un gran paso adelante con un efecto mágico en su vida sexual. “El cambio es espectacular -dice Mari Carmen-. Sobre todo, la he activado dándole un empuje de lo más estimulante. Si antes el sexo me provocaba mucha pereza, ahora puedo confirmar que el succionador ha acabado con esta desgana por completo”.
Sara ha sido testigo del furor del succionador a lo largo de estos últimos meses. “Todas las mujeres quieren probarlo. Es la última conquista de la mujer, un verdadero icono de reivindicación sexual femenina”, relata mientras nos muestra algunos modelos fabricados con silicona antialérgica y ergonomía perfecta para rodear el clítoris con la máxima suavidad y precisión. “Lo mejor es que el éxito del succionador -una auténtica revolución en redes sociales- ha impulsado el uso general de los juguetes sexuales. El tabú pasó a mejor vida”.
La otra revolución sexual
Si alguien aún no sabe bien qué es, diremos que es un masturbador femenino de tecnología ultrasónica capaz de proporcionar los mejores orgasmos en tiempo récord gracias al efecto vacío sobre el clítoris y un sistema de ondas expansivas y pulsaciones de aire. Su cabezal es redondo u ovalado. Existen varios modelos y diferentes marcas, pero la diferencia fundamental es el precio, el diseño y acabado. El funcionamiento es similar. Sara confirma que durante este año ha sido uno de los productos más vendidos en el comercio virtual. “The next sexual revolution”, advirtió a modo de vaticinio la página oficial de Satisfyer cuando anunció su modelo Pro2. Y parece que cumplió. El modelo que Amazon ofrece junto a un lubricante de base acuosa cuesta 42 euros. Tiene batería integrada, para recargar con un cable USB que conecta directamente con el aparato de forma magnética, y once niveles de intensidad. El envoltorio sumamente es discreto y la promesa de orgasmo en escasos minutos no puede ser más sugerente.
Desde la web de citas extraconyugales Gleeden nos avanzan que es el succionador de clítoris es el regalo estrella en Navidad, la clave para que hombres y mujeres dejen de romperse la cabeza cuando piensan en las compras para adultos en esta época. Su última encuesta revela que las mujeres se han vuelto muy juguetonas, más todavía que los hombres. En porcentajes, el 71% masculino frente al 75% femenino. Y no solo eso, de acuerdo con los resultados, ellas no muestran ningún empacho en usarlo como placer solitario, pero aún les cuesta expresar a su pareja habitual que le apetece probar cosas nuevas por la posibilidad de que pudiese asustarle su actitud. En Los Placeres de Lola, sin embargo, llama la atención la alegría con la que hablan estas mujeres uppers de sus juguetes.