Hay un pueblo en España al que se accede atravesando una cueva. Está en Asturias y su nombre, como no podía ser de otra manera, se llama precisamente Cuevas, que toma su nombre del arroyo homónimo.
El arroyo de Cuevas es el responsable de la constante de la cavidad, compuesta por materiales calcáreos. Erosionada de manera caprichosa durante miles de años, la cueva es un auténtico tesoro geológico: estalactitas, estalagmitas, columnas, y coladas.
Después de atravesar la inmensa caverna, llegamos a Cuevas del Agua. Pero antes hay que recorrer 300 metros serpenteantes, a veces oscuros, a veces rodeados por el arroyo. Entre las formaciones más famosas, 'La lengua del diablo' o 'Las barbas de Santiago'.
Cuevas del Agua es una localidad de apenas medio centenar de habitantes a unos siete kilómetros de la villa de Ribadesella. Para llegar hasta allí, hay que salir del casco urbano, cruzar el puente dirección a la playa y girar hacia las Cuevas de Tito Bustillo. Unos 900 metros después, pasamos los pueblos de La Huertona y Sardalla. Aproximadamente un kilómetro después, aparece la señalización a Cuevas del Agua. Desde esta bifurcación seguimos la carretera hasta el final.
Por su grandes dimensiones, la cueva se puede atravesar en coche, otra peculiaridad que la hace única.
Cuando se atraviesa la cueva, la opinión de los visitantes es unánime: impresionante. Así aparece en las redes sociales de muchos de sus visitantes. Al natural, parece aún más grande de lo que anuncian sus proporciones. De ahí que el sobrenombre de 'Cuevona' la describa perfectamente.
Si estás decidido a vivir la experiencia, es mejor que vayas pronto en verano o en otros momentos donde calcules que va a haber una gran afluencia. Se puede dejar el coche aparcado en los párkings gratuitos que hay junto a la entrada porque la experiencia de atravesar la cueva caminando es sencillamente espectacular.
La excursión a pie dura unos 40 minutos. Dentro de la caverna, la estudiada iluminación refuerza el magnetismo de sus bóvedas y cavidades. A los viajeros se les aconseja llevar ropa clara y linterna para poder ser distinguidos, ya que pueden pasar los coches, teniendo en cuenta que el tráfico es restringido. Si te animas a llevar a tu perro, debe ir con correa.
Al salir del cueva, la excursión continúa por un pueblo con mucho encanto: las 'Cueves' o Cuevas del Agua, en la comarca de Ribadesella. Allí pueden verse varios hórreos muy bien conservados, casas asturianas tradicionales, lugares para tomar algo y comer bien, una pequeña estación de tren a orillas del Sella y una pasarela colgante para poder atravesar el río.
Para los que quieran conocer más de la zona, a la salida del pueblo se inicia también una conocida ruta local: La ruta de los molinos de Ribadesella, donde podemos disfrutar de varios de estos ingenios fluviales que tan importantes eran hace unos siglos para la economía local.