El mandala más grande del mundo en una playa está en España
El artista Quirze Codina ha aprovechado una superficie de alrededor de 3.100 metros cuadrados en la playa de Mataleñas, en Santander
Ha realizado su obra utilizando un simple rastrillo de jardinero y una cuerda a modo de compás
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La playa de Mataleñas, en Santander, ha acogido el dibujo del mandala más grande del mundo. El artista de arte efímero Quirze Codina ha aprovechado el lienzo que deja la bajamar y una superficie de alrededor de 3.100 metros cuadrados para realizar su obra utilizando simplemente un rastrillo de jardinero y una cuerda a modo de compás.
Una mandala es una “rueda o círculo” utilizada en el l hinduismo y en el budismo que evoca una representación del macrocosmos o el microcosmos, y está concebida desde un punto de vista espiritual. En este caso, se trata de un homenaje del artista a la tierra donde más dibujos ha realizado.
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Erizo de mar con forma de corazón
Uno de los elementos es la inclusión del logo de Costa Quebrada, en cuyo centro aparece la imagen de un fósil de 'Micraster' por ser el más característico y conocido de la zona. Se trata de un erizo de mar de forma acorazonada que excavaba entre los limos del fondo de los mares cretácicos, como aún hoy en día hacen sus parientes en ambientes contemporáneos similares.
La gracia del reto consistía en llevarlo a cabo a contrarreloj y ha sido "complicado" debido a las condiciones de la mar. Una vez terminado el dibujo, la alcaldesa de Santander, Gema Igual, y 'El Tomavistas', Miguel Ángel Miguélez, han verificado que su diámetro es de 66 metros.
La mandala ha quedado inmortalizada con fotografías y vídeos aéreos tomados con dron, por lo que se supone que la delegación de Reino Unido de World Book of Records emitirá el correspondiente certificado y además publicará el récord en su libro anual que aparecerá a principios de 2023.
La belleza del arte efímero
“El arte efímero nos recuerda lo bella y breve que es la vida. Lo más importante son las experiencias que vivimos y no lo material. Me emociona lo salvaje de las playas del Cantábrico y experimento una sensación de paz y justicia cuando las olas borran el dibujo, sobreponiendo las leyes de la naturaleza a las humanas”, explicaba Quirze antes de acometer el reto.
El artista se dedica a recorrer playas a lo largo y ancho del globo terráqueo como hobby para realizar estas grandes obras decorativas que apenas duran unas horas. Ha hecho más de cien obras efímeras y algunas de ellas pueden verse en su Instagram. Durante un viaje a Zanzíbar (Tanzania) hace cinco años Quirze se vio inspirado por un joven masai que le trataba de explicar una historia de su tribu en el Serengueti ayudándose de un palo para ilustrar en la arena.