La proliferación de microplásticos está dando lugar, desde hace años, a islas de residuos, flotando en medio de los océanos. Es difícil llegar hasta ellas, pero sí se puede hacer algo en entornos cercanos también afectados, como es la cosa de Holanda. Entre las soluciones más imaginativas, la de una startup holandesa dirigida por marineros y surfistas inspirados por algo tan frágil como una burbuja. La startup ha ideado una barrera de burbujas que logra frenar la contaminación por plásticos, filtrando así la basura en seco antes de que llegue al mar. Esta barrera funciona como un filtro natural de una manera muy parecida a las barreras coralinas que ejercen de frontera entre distintas partes del mar. La buena noticia es que la nueva tecnología comenzará a implementarse en otras partes de Europa.
La Gran Barrera de Burbujas funciona desplegando un tubo perforado en los lechos de los ríos para crear una cortina de burbujas que sirve para empujar los desechos hacia la orilla para que puedan ser recogidos a través de un sistema de captación que recolecta y comprime los residuos.
La primera barrera de burbujas se instaló en en 2019 en una vía fluvial en Ámsterdam. En el verano de 2022 se instaló una segunda en la desembocadura del río Oude Rijn (Antiguo Rin) en Katwijk, al oeste de los Países Bajos, después de que los ciudadanos alzaran sus quejas sobre la contaminación del río. Los lechos fluviales son las 'carreteras' por las que la contaminación de todo tipo llega al mar, por lo que es necesario mantenerlos limpios de cualquier tóxico.
Los filtros de burbujas son creados por un compresor de aire que funciona con electricidad renovable. Bombea aire al tubo del lecho del río, lo que provoca que las burbujas eleven los plásticos a la superficie. El propio flujo de los canales hace que los plásticos se dirijan hacia el sistema de captación para que luego puedan ser retirados.
El sistema funciona todo el año, las 24 horas del día, los siete días de la semana. Además de eliminar la contaminación, permite que la vida acuática y el tráfico fluvial pasen sin obstáculos. Por esta razón, barreras de burbujas similares van a instalarse en Portugal y Alemania.
De momento, el sistema instalado en Ámsterdam evita que 8.000 piezas de plástico lleguen al Mar del Norte cada mes. Pero hay otros lugares necesitados de intervención. El mar Mediterráneo se está convirtiendo en una peligrosa trampa de plástico, alcanzando niveles récord de contaminación por estos microplásticos. Las barreras de burbujas podrían ser una solución en el corto plazo.