¿Por qué no hay planta 13 en algunos edificios y hoteles?
El 13 tiene un valor sagrado en ciertas culturas, en cambio en otras representa la muerte o la peor de las desgracias
Tal ha sido la influencia negativa que el 13 ha ejercido a lo largo de la historia que en algunos edificios de apartamentos, oficinas y hoteles han suprimido la planta 13
Leyendas urbanas: así nacen y se cuelan en nuestra mente
Mi madre era supersticiosa igual que mi abuela y mi bisabuela. Tanto que si en una celebración éramos 13 había que invitar a alguien para romper la cifra y el mal augurio. Cada persona se desarrolla en sociedad en función de unas costumbres, unas tradiciones, una cultura y una religión determinada y otorgan un fuerte simbolismo a cosas concretas. Es el caso del número 13 y responde a por qué no hay planta 13 en algunos edificios y hoteles. En Uppers vamos a repasar de dónde le viene esa fama horrible al número 13, un valor que se relaciona con la mala suerte, pero también se le consideraba sagrado.
El 13 en la cultura maya
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Precisamente, para la civilización maya era sagrado. Esta cultura, de la que se tienen registros desde el 1800 a. C., alcanzó su máximo esplendor en el 600 d. C., y se expandió por Guatemala, Belice, México y la parte occidental de Honduras y El Salvador. Esa idea quedó patente en sus construcciones como en la Pirámide del Adivino en Uxmal que representa los 13 niveles que los mayas consideraban que tenía el cielo. Uno de los calendarios por el que se guiaban se basaba también en el 13, por ser 13 las fases lunares anuales. Para ellos representaba la transformación, el cambio y la evolución.
La muerte en el Tarot
En otras culturas el número 13 dejó de ser sagrado para envolverse de otro matiz. En las cartas del Tarot la numerada con este valor es la del arcano XIII. Muestra un esqueleto que corta las cabezas de un rey y de un niño con una guadaña para simbolizar que la muerte y la desgracia eterna le pueden llegar a todo el mundo. También se lee como el momento de tomar una decisión drástica que ponga fin a una situación innecesaria.
Se cuenta que en las primeras décadas del siglo XIII los mercaderes que recorrían la Ruta de la Seda por China, Persia y África trajeron a Occidente el primer mazo de cartas de origen islámico y organizado en cuatro palos. Ya en Europa, en el siglo XV, se incorporó el quinto palo de los triunfos, con unas figuras muy parecidas a los actuales 22 arcanos mayores del Tarot, incluyendo el arcano XIII de la muerte. Es desde entonces que el número 13 pasó a formar parte de la creencia popular como un valor maldito.
En la cultura judía
En la cultura judía, en cambio, el 13 representa todo lo contrario porque lo consideran como un valor de buena suerte por ser los meses lunares en año bisiesto; los principios de la fe de Maimónides, un judío sefardí que estudió la Torá en época medieval; la edad en la que el hombre puede seguir los mandatos divinos; y los años en los que tiene el honor de leer frente a todos la citada Torá.
Leyendas cristianas que temen al 13
No obstante, en occidente perduró esa idea de que el 13 atraía malas energías y muchas personas declaran tenerle hasta fobia. Incluso circula la historia de que Jesús se sentó con 13 personas en la Última Cena, los 12 apóstoles y el hijo de Dios. Judas, el traidor, es el número 13. También se cree que la confusión de las lenguas en la Torre de Babel y su posterior destrucción sucedió un martes 13. Por último, en el capítulo 13 del Apocalipsis, que se narra en la Biblia, es donde se habla del Anticristo.
De igual modo, en la Edad Media se creía que los aquelarres de las brujas, donde celebraban sus reuniones y rituales, se componían de un grupo de 13. A su vez, cuando las encerraban y las condenaban a la muerte debían subir 13 escalones hasta el patíbulo para ser ahorcadas.
La superstición siguió ganando terreno y en determinados ámbitos no se utiliza nunca este número. A todo ello se añade que en 1980 se estrenó en Estados Unidos la película Viernes 13 que dio paso a una saga de terror. Comienza cómo suceden muertes extrañas en el campamento de Crystal Lake, un lago donde había muerto accidentalmente un niño en 1957.
Sin embargo, la idea de que el día 13 si cae en viernes nada bueno puede traer se remonta muchísimo más atrás. El 13 de octubre de 1307, el monarca francés Felipe VI y el Papa Clemente V tomaron la decisión de terminar con la Orden de los Caballeros Templarios que durante muchos años habían conseguido fama, poder, prestigio y patrimonio. En 1314 el máximo representante de la orden Jacques de Molay fue quemado vivo en la hoguera frente a la Catedral de Notre Dame de París. Antes de morir declaró que Dios acabaría impartiendo justicia contra el rey, contra su consejero real y contra el Papa. Cuentan que ese mismo año Felipe VI murió tras sufrir un accidente de caza, el consejero real fue envenenado y el Papa también falleció a causa de una enfermedad.
La leyenda negra del 13 invade la arquitectura
Tanto ha afectado este número generación tras generación a lo largo de la historia que incluso se ha expandido en el ámbito de la arquitectura. Ciertas construcciones evitan nombrar a la planta 13 o al piso 13 en los ascensores por creer firmemente que pueden dar lugar a una desgracia. Una vez en el ascensor, del piso 12 se sube directamente al 14 de modo que es como si hubieran hecho desaparecer la planta 13. En ocasiones se nombra como el 12 A o con la letra M por ser la decimotercera del abecedario.
En determinados edificios de apartamentos, oficinas y hoteles en la planta 13 sitúan estratégicamente un gimnasio, un restaurante, una cafetería, el centro de belleza o de negocios, entre otras posibilidades. En el elevador, además, no aparece ese piso con el 13 sino con el nombre de esos espacios: “Planta Restaurante”, “Spa” u “Oficinas”.
El problema surge si tiene lugar una emergencia en el edificio. Para los equipos de bomberos o para la policía supone un impedimento a la hora de realizar una localización concreta ante un posible suceso trágico que haya que solucionar, como un incendio, un atraco o un accidente.