Castillos, torres e iglesias: los veinte monumentos históricos de España que podrían desaparecer

España cuenta con un rico patrimonio que data de todas las épocas de la historia de nuestro país: yacimientos, pinturas rupestres, castillos, fuertes, puentes, antiguas fábricas, etc. Cada uno de ellos es capaz de hacernos conocer cómo era y se vivía en el momento que fueron levantados.

Sin embargo, aunque muchos inmuebles han sido calificados de Bien de Interés Nacional, no todos los monumentos de España están protegidos o cuentan con la atención que se merecen. Los monumentos españoles y edificaciones hacen que España tenga un rico patrimonio cultural, artístico e histórico envidiable, pero el paso del tiempo no juega a favor de todos ellos. ¡Estos son los 20 monumentos históricos de España que podrían desaparecer!

Torre de la Aldehuela (Jaén)

Fortificación de planta cuadrada estructurada en dos plantas cubiertas con bóveda apuntadas. Junto a ella aún pueden verse los restos de un sistema hidráulico utilizado para el riego de los campos circundantes. Toda una maravilla rodeada de naturaleza.

Castillo de Bijuesca (Zaragoza)

Fue uno de los primeros castillos conquistados por Pedro I el Cruel en 1358, . Conserva parte de sus muros rematados por almenas y saeteras; uno de sus lados más largos ha perdido parte del muro.

Iglesia de San Andrés (Zaragoza)

Es una de las pocas iglesias mudéjares de tres naves, que se separan con arcos apuntados ligeramente en herradura. Exteriormente viene decorada con los típicos motivos mudéjares realizados en ladrillo resaltado como, por ejemplo, esquinillas, cruces y rombos.

Castillo de Jubera (La Rioja)

El origen del castillo de Jubera es probablemente musulmán. Este conserva restos de la cerca de murallas y torres cilíndricas y está situado en la cima de un cerro sobre el pueblo que le da nombre.

Palacio de Cienfuegos (Asturias)

Situado sobre una colina próxima a Pola de Allande, el Palacio de Cienfuegos es un enorme caserón con apariencia de castillo cuya parte más antigua se remonta al siglo XIV.

Castillo de Giribaile (Jaén)

El castillo fortaleza fue levantado por los musulmanes sobre un primitivo recinto ibero-romano en el siglo IX. Hoy en día solo se conserva la torre central, parte del muro defensivo, algunos otros torreones y el llamado Puente de los Moros.

Real Convento de San Francisco (Guadalajara)

El convento de San Francisco de Guadalajara consta que ya existía en 1309; se incendió en 1394, siendo reconstruido posteriormente, aunque el edificio no se terminó hasta finales del siglo XV. 

Convento de Servitas (Teruel)

El Convento de Servitas fue construido en el siglo XVIII en estilo barroco, del conjunto se conservan solo las ruinas de la iglesia de San Miguel.

Palacio del Condestable (Cantabria)

La primera torre del Palacio del Condestable fue construida en el siglo XIV. Posteriormente, se construyó el edificio central y la otra torre que lo flanquea, dándole una funcionalidad palaciega.

Castillo de Torresaviñán (Guadalajara)

El castillo fue construido en el siglo XII aprovechando una antigua torre musulmana. Su aspecto deteriorado se debe a los ataques sufridos durante la Guerra de Sucesión. 

Ermita de San Miguel de Abós

Una de las joyas históricas más amenazadas del Románico en Jaca, la ermita o iglesia de San Miguel de Abós, ha visto recientemente cómo se venía abajo la bóveda de su ábside sin que nadie haya hecho nada por evitarlo. La ermita es Bien de Interés Cultural, estaba en la Lista Roja que elabora Hispania Nostra con los monumentos en peligro de nuestro país.

Castillo de Maella (Zaragoza)

Es castillo de Maella es una impresionante mole de estilo gótico tardío, con superficie intramuros que alcanza los 4.000 m2. Se levantó en lo más alto de una loma cortada por el cauce del río Matarraña, aunque se desconocen los datos precisos sobre su edificación.

Monasterio de Sopetrán (Guadalajara)

El Monasterio de Sopetrán fue fundado en 611 por el rey Gundemaro y destruido por los árabes en el 728. A lo largo de su historia, sufrió varias destrucciones y reedificaciones, siendo la fundación definitiva gracias al arzobispo de Toledo en 1372 decidió. El patio central se conserva completo y es una auténtica joya del estilo renacentista. 

Castillo de las Guadalerzas (Toledo)

En el siglo XII, con la conquista del paso de Guadalerzas por parte de Alfonso VI, derribó el castillo musulmán existente para construir uno nuevo. Con el paso de los años este fue utilizado por diferentes órdenes, como la Orden de Calatrava, la del Temple y la de San Juan.

Convento de Nuestra Señora de la Salceda (Guadalajara)

En la parte más alta del Valle del Infierno, se encuentran las ruinas del convento franciscano de la Salceda, de estilo renacentista. Según la tradición, en este lugar se apareció la virgen a dos caballeros de la Orden de San Juan.

Castillo de la Raya (Soria)

El castillo es hoy casi un conjunto de restos, de lo que fue un castillo de guarnición, construido con mampostería en los paramentos y sillares en las esquinas.

Convento de la Casa Baja (Salamanca)

El convento de la Casa Baja fue edificado en el siglo XVI, aunque la iglesia era de estilo neoclásico. El nombre de Casa Baja se debe a que los frailes dominicos del Monasterio de la Peña de Francia se trasladaban todos los años a este monasterio durante el invierno.

Ermita de Nuestra Señora de Canteces (Valladolid)

La ermita de Nuestra Señora de Canteces ejerció sus funciones hasta 1711, cuando se extinguió su cofradía. Durante un tiempo se utilizó como cementerio, como demuestran las sepulturas encontradas en su interior.

Monasterio de San Prudencio de Monte Laturce (La Rioja)

Se trata de uno de los monasterios más antiguos de La Rioja y su origen se remonta al año 925, con el enterramiento en ese lugar del Santo de su nombre, el obispo de Tarazona.

Castillo de Caracuel (Ciudad Real)

Su gran torre pentagonal, albarrana, de diez metros de altura, con tres pisos interiores, es la parte más impresionante de la fortaleza. El Monte Nogales en que se erige tiene evidencias de haber sido un emplazamiento poblado desde los tiempos más remotos de la humanidad, lo convierte en una estación arqueológica de primer orden.