El héroe de la independencia escocesa William Wallace, Bravehearth, murió horriblemente torturado en agosto de 1305. Fue ahorcado a poca altura para que no se le rompiera el cuello y descolgado antes de que se ahogase. Fue emasculado, eviscerado, y sus intestinos fueron quemados ante él, antes de ser decapitado. Se le troceó y las partes de su cuerpo fueron desperdigadas por toda Inglaterra, menos la cabeza, que se conservó sumergida en alquitrán y fue colocada en una pica encima del Puente de Londres. El 1305, esa era la pena habitual para un traidor a Inglaterra.
El noble escocés Robert de Bruce tomó el relevo en la lucha por la independencia de Escocia y lideró las revueltas que lo hicieron Rey un año después, en 1306. Junto a Bruce, defendiendo la independencia combatían nobles escoceses como William Sinclair de Roslin, William Keith, y James Douglas, su lugarteniente, su más fiel seguidor y el protagonista de esta historia.
Bruce, en su lucha por conseguir el trono había matado a su rival, John Comyn, guardián de Escocia, ante el altar mayor de una iglesia, lo que le costó la excomunión. Atormentado, antes de morir en 1329, el Rey Bruce pidió a su fiel amigo James Douglas que le sacara el corazón, lo embalsamara, y lo enterrara en Tierra Santa para purgar sus pecados.
En aquel entonces, se desarrollaban dos cruzadas contra los musulmanes, una en Jerusalén y otra en España, contra el reino nazarí de Granada, en ambos lugares podría Douglas cumplir su promesa. Se decanta por España, y se pone en camino llevando consigo el corazón embalsamado de Bruce. A primeros de agosto de 1330 desembarcan en Sevilla para unirse a las tropas del Rey castellano Alfonso XI en el asedio del castillo de la Estrella, en Teba, Málaga.
Douglas y sus hombres sabían pelear muy bien en las frías y húmedas tierras altas de Escocia, pero desconocían las tácticas musulmanas que se usaban en la tórrida España por entonces. El 25 de agosto de 1330, durante el asedio al castillo de la Estrella, la caballería de Mohamad V, sultán de Granada, amaga una retirada, y los caballeros escoceses caen en la trampa e inician su persecución desoyendo las advertencias castellanas. Una vez atraídos a su campo, los musulmanes se dan la vuelta y les atacan con todo. Los hombres de Douglas se quedan solos ante el peligro, y son rodeados. Douglas puede escapar, pero gira su montura y ve a William Sinclair de Roslin, compañero en mil batallas, rodeado de musulmanes y acude en su ayuda. Allí murió Douglas, lejos de la tierra por la que había luchado toda su vida, tenía 44 años.
William Keith, que se había roto un brazo y no había tomado parte en la pelea, encontró el cuerpo de Douglas rodeado de enemigos caídos. Bajo su pecho conservaba la cajita plateada que contenía el corazón de Bruce.
El destino había unido a estos dos hombres en la vida... y en la muerte. Los restos de Douglas fueron hervidos como era costumbre para dejar limpio el esqueleto, que viajó, junto al corazón de Bruce, de nuevo a tierras escocesas. Hoy los huesos de Douglas están enterrados en la iglesia de Saint Brides en el pueblo que lleva el nombre del héroe escocés, y el corazón de Bruce, a pocos kilómetros, en la abadía de Melrose Abbey, cerca de Edimburgo.
La emocionante historia de los héroes de la independencia escocesa y su muerte en España había pasado desapercibida por casi todo el mundo hasta que Douglas Mackintosh, descendiente directo de sir James Douglas, y su tío George Nigel Douglas-Hamilton, décimo conde de Selkirk, promovieron hacer un homenaje y un monolito en Teba, a los pies del castillo de la Estrella donde murió su antepasado aquel agosto de 1330.
En 1998 se inauguró el monolito, y pocos años después se pusieron en marcha los Douglas Day´s, una iniciativa del ayuntamiento a la que se sumó todo el pueblo. Se trata de una fiesta de cuatro días en la que se hacen en recreaciones históricas, conciertos, mercados medievales, desfiles y actividades de todo tipo que atraen a miles de visitantes. Este año se celebran del 24 al 27 de agosto, y si estás por la zona no te lo puedes perder. Por la noche, a los pies de las murallas del castillo de la Estrella, suenan las gaitas en recuerdo de los compañeros de lucha de Bravehearth, que se dejaron la vida tan lejos de su país.