Los faros indican a los barcos la entrada a un puerto o la existencia de islas, promontorios, penínsulas, arrecifes, bancos de arena o aguas poco profundas. La costa está salpicada de estas construcciones para señalar los obstáculos peligrosos para la navegación. En muchas de ellas no se puede entrar, sin embargo, el entorno donde se encuentran y el horizonte que vigilan merecen la visita. Desde Uppers proponemos una ruta de faros por la Comunidad Valenciana adecuada para toda la familia.
Los faros son enigmáticos, están rodeados de misterio y evocan historias de piratas, contrabandistas y marinos en busca de tesoros hundidos en las profundidades del mar. Por ello organizar una ruta con los más pequeños de la casa para ver de cerca los faros de la costa es una propuesta divertida, interesante y preciosa. Dejando a un lado las increíbles vistas desde cualquiera de ellos, a los niños les gusta saber cómo funcionaban cuando los fareros se ocupaban de su funcionamiento todos los días del año y se acostumbraban a una soledad forzada por las inclemencias climatológicas o la lejanía de zonas habitadas.
En esta ocasión, proponemos una ruta por los faros de la costa de la Comunidad Valenciana, aquellos que señalan a los navegantes la presencia de una población o de un cabo:
Este faro se encuentra junto al Castillo del Papa Luna dentro del casco antiguo y amurallado de la población de Peñíscola. Se inauguró en 1899, tiene una torre octogonal blanca junto a la que se construyó la vivienda del farero y está a 56 metros sobre el nivel del mar. Desde entonces se ha reformado varias veces hasta la modernización total del sistema de iluminación para un alcance de 23 millas. No es posible acceder al interior, pero las vistas desde su base, el mismo casco histórico y el castillo son lugares imprescindibles de esta zona. En las faldas de este promontorio fortificado hay un mercadillo artesanal y al norte se extiende un arenal de 5 kilómetros de longitud.
Siguiendo la costa desde Peñíscola hacia el sur se llega a la localidad de Oropesa del Mar. Se construyó en el cabo de Oropesa en 1877 junto a la Torre del Rey, cuatro siglos más antigua, a 1,8 kilómetros de la población. Mide 56 metros de alto para un alcance de 21 millas. Al principio era totalmente redondo y en el vivían dos torreros que se ocupaban del mantenimiento. Más tarde se modificó la base de la construcción para facilitar su habitabilidad. El interior cuenta con dos viviendas, un despacho y una sala de motores, pero tampoco se puede visitar. Además, el pueblo cuenta con un parador donde dormir que era un castillo.
Si se continúa la costa hacia el sur, pasada la ciudad de Castellón, está el Faro de Nules, presidiendo la playa de la localidad del mismo nombre. En este caso se trata de una construcción distinta mucho más moderna que además no se ha edificado sobre un promontorio o un acantilado sino que está en el mismo arenal de Nules, lo que resulta muy curioso. Es una torre de piedra totalmente cuadrada que se eleva a 38 metros de altura y logra un alcance de iluminación de 14 millas. El faro está activo desde el 15 de junio de 1994 y lo diseñó dos años antes la arquitecta madrileña Blanca Lleó. Es la única construcción de este tipo proyectada por una mujer junto al Faro de Irta, que también se encuentra en Castellón y es de Rita Lorite.
En dirección sur, pasada la ciudad de Valencia, se eleva este faro en el cabo de Cullera que se encendió por primera vez el 1 de agosto de 1858. Es un edificio marítimo clásico de forma circular que no se puede visitar, pero está rodeado de una zona preciosa para caminar cerca de una playa. Hay una salvedad y es que no dispone de aparcamiento, aunque sí que hay uno relativamente cerca.
Dentro del Parque Natural del Montgó, que pertenece a la localidad alicantina de Jávea, se encuentra el Faro del Cabo de San Antonio construido sobre unos acantilados. Se localiza a una altura de 175 metros sobre el nivel del mar e ilumina hasta las 26 millas náuticas. El primer encendido fue en 1855 y actualmente se encuentra inmerso en un proyecto de conversión en centro de interpretación de la Reserva Marina y del Parque Natural del Montgó. De este modo, en un futuro se podrá visitar.
Se localiza en el Parque Natural de la Sierra Helada, en unos acantilados desde los que se divisan unas vistas espectaculares. Hay un parking donde dejar el vehículo para recorrer andando la ruta hasta llegar al faro que se encuentra entre árboles y pinos. En este caso sí es posible visitar el interior ya que dispone de un pequeño museo que además es gratuito. Por otra parte, cerca de la localidad próxima de Alfaz del Pi, hay una clínica de bienestar donde acostumbran a pasar unos días de descanso famosos de todo el mundo.