Salir de la rutina del invierno es la principal motivación para disfrutar de la Semana Santa, la primera gran oleada turística del año. Miles de viajeros, tanto nacionales como internacionales, se desplazan en estos días por nuestro país y fuera de nuestras fronteras. Según datos de la Asociación Corporativa de Agencias de Viajes Especializadas (Acave), el 52% de las agencias físicas espera incrementar entre un 5 y un 15% sus reservas respecto a 2023, mientras que el 26% espera una subida incluso por encima del 15%. Los datos son contundentes. Aunque viajar está relacionado con el nivel de ingresos, los expertos del sector perciben una nueva tendencia: priorizar el viaje por encima de otros hábitos de consumo. La experiencia del viaje bien vale por una reforma en casa o por un objeto de capricho. ¿Se ha convertido viajar en una nueva fórmula de bienestar? Hablamos con Laura Pérez, Country Manager de la agencia de viajes WeRoad.
Empecemos definiendo qué es viajar. ¿La experiencia del viaje empieza antes de la fecha de salida?
Por supuesto, existen diferentes etapas antes de poner rumbo al destino planeado. Aunque cada viaje es único y especial, todos comparten diferentes emociones que suceden antes, durante y después de la experiencia. En este sentido, los viajeros podrían experimentar varias fases. En la primera, se empieza por imaginar. Se dice que el viaje empieza desde el primer momento en que imaginas donde pasar las vacaciones. Desde qué días escoger para viajar, el destino o el 'travel mood' de las vacaciones. Experimentando emociones fugaces como alegría y euforia para la cuenta atrás de los días de vacaciones, incluso frustración, en caso de haberte imaginado de vacaciones y de repente darte cuenta que por fechas no es posible coincidir con tus amigos o pareja. De hecho, nuestra empresa nace como una solución para que los amantes de viajes que no han podido coincidir con sus amigos o pareja puedan seguir descubriendo nuevos lugares. Organizamos viajes en grupo donde te puedes unir solo, o con tus amigos dentro de un grupo de hasta 15 personas, de la misma edad y con los mismos intereses y espíritu de viaje.
¿Y las siguientes etapas?
La segunda etapa se consolida cuando se trata de planificar. Ya hemos decidido el destino de las vacaciones. Y ahora toca la búsqueda de vuelos así como las actividades qué vamos a hacer allí. Es ahí, cuando se empiezan a desencadenar una serie de emociones que se intensificarán a lo largo de las siguientes etapas. Entusiasmo e ilusión son algunos de los sentimientos positivos más destacados. Sin embargo, también podría surgir incertidumbre, provocada por el desconocimiento del resultado final. En este sentido, nos encargamos de que el viajero no sufra durante la planificación. Se considera tan importante el antes, como el durante y el después del viaje. Por eso, facilitamos el tránsito hacia la experiencia poniendo en contacto al grupo con su coordinador de viaje mediante el uso de redes sociales. Con el objetivo de que haya una comunicación a tiempo real para resolver dudas y hacer más llevadera y satisfactoria la espera al día más esperado.
El ciclo continúa en el momento de vivir la experiencia in situ. Una vez aterrizados en el destino, los viajeros podrían empezar a sentir una energía infinita para recorrer todos los rincones y curiosidades del lugar. Y a su vez, se aprecia una relajación y despreocupación por no tener que estar pendientes de sus obligaciones cotidianas.
La última etapa se da de vuelta al lugar de origen. Finalmente, al regresar a casa, se experimenta una mezcla de nostalgia por lo vivido y satisfacción por las experiencias logradas. Nuestra agencia intenta que esas vivencias se transformen en recuerdos vivos constantes. Por ello, organizamos quedadas postvacacionales para que esos amigos y sentimientos creados durante el viaje sean permanent
¿Hasta qué punto puede influir un viaje en el bienestar?
Viajar es una actividad que beneficia significativamente nuestro bienestar, tanto emocional como físico. Contribuye a reducir los niveles de estrés y de ansiedad provocados por la misma rutina. Al salir de esta cotidianidad y obligaciones diarias, es posible desconectar y recargar energías. De hecho, la gente que viaja es un 7% más feliz que quienes no experimentan este placer de la vida según un estudio de Tourism Analysis.
Además, al explorar nuevos destinos también descubrimos diferentes culturas, personas y experiencias. Esta exposición a lo desconocido nos desafía a salir de nuestra zona de confort, lo que a su vez estimula nuestro crecimiento personal.
Durante las vacaciones, mantenemos un nivel de actividad física más alto en comparación a nuestra vida cotidiana. Mientras estamos de viaje, caminamos por las calles, exploramos nuevos lugares y nos aventuramos en diversas actividades. Este aumento en la actividad física, aunque involuntario, nos brinda beneficios para la salud al ejercitar nuestro cuerpo con energía y entusiasmo. En contraste, en la rutina tendemos a adoptar un estilo de vida más sedentario.
¿Hay destinos que nos hacen más felices que otros?
Determinar qué destino es más feliz puede ser complicado, ya que la felicidad es subjetiva y depende de muchos factores. Sin embargo, según el World Happiness Report 2024, Finlandia ha sido nombrada el país más feliz del mundo por séptimo año consecutivo. Este hecho coincide con la opción preferida de los WeRoaders, se trata de uno de los destinos preferidos junto a otros países vecinos como Islandia o Suecia. En parte, decisión motivada por ser el último mes para presenciar las auroras boreales, ya que abril marca el final de la temporada hasta después de verano. Además, tenemos datos de los destinos más populares esta primavera entre los viajeros, como Perú, Marruecos e Islandia que experimentan un aumento del 30% de reservas. Estos lugares atraen a esos viajeros que buscan aventuras y contacto con la naturaleza.
¿La edad cambia nuestra manera de viajar? ¿A más edad, más presupuesto y más lujos o es un estereotipo?
Creo que la forma de viajar ha cambiado para todas las generaciones, a medida que nos vamos haciendo mayores disponemos de más recursos económicos y también tendemos a tener otras necesidades y preocupaciones. En cuanto a la generación millennial, jóvenes de entre 25 y 49 años, estos han crecido en una era marcada por la tendencia de consumo en aerolíneas low cost y viajes a corto plazo. Ahora que muchos de ellos tienen trabajos estables valoran la comodidad, pero sobre todo valoran la búsqueda de nuevas experiencias a la hora de viajar.