España está llena de rincones espectaculares que permiten ofrecer cientos de paisajes totalmente diferentes, al igual que unas tradiciones, gastronomía o arquitectura muy diversas. Ciudades y pueblos con sus propias curiosidades y peculiaridades que las hacen especiales y que quizá no son del todo conocidos incluso dentro de España. Singularidades que hacen de las localidades lugares únicos, como una ciudad española muy poco conocida que no solo es la más pequeña de nuestro país, sino de mundo.
Se trata de una localidad de Burgos que realmente tiene una extensión más similar a la de un pueblo o una aldea que a una ciudad, por eso destaca en todo el mundo como la más pequeña. Entonces, ¿por qué es denominada ciudad y no pueblo?
Frías se encuentra a solo una hora en coche de Burgos, en plena comarca de Las Merindades, y ocupa unos 32 kilómetros cuadrados de terreno, con apenas 300 habitantes que pasean cada día por sus calles. Por sus características debería considerarse un pueblo, pero todo tiene su historia.
Hay que remontarse un par de siglos atrás, en concreto al año 1202, cuando el entonces rey Alfonso VIII de Castilla le otorgó a la localidad un fuero real que la convirtió en un punto de gran importancia para el comercio y el transito de los viajeros, tanto que se convirtió en el centro neurálgico del Valle de Tobalina, logrando en mayo de 1435 el título de ciudad por parte de Juan II, distinción que sigue conservando esa distinción en la actualidad, por eso pese a su tamaño se sigue considerando ciudad, la más pequeña del mundo.
Pero más allá de ese título que hace de esta localidad una tan especial, lo cierto es que a pesar de tener una extensión bastante reducida tiene muchos aspectos llamativos que llaman la atención de sus visitantes, lo que más, su gran castillo medieval. Este fue construido en el siglo X y es uno de los más famosos de España por su situación.
Desde Turismo de Burgos destacan del castillo que es “una de las fortalezas más espectaculares de Castilla, construida cuando estas tierras marcaban la frontera entre los dominios cristianos y musulmanes”, aunque en la actualidad es una mezcla de las construcciones hechas entre los siglos XII y XVI, cuando tuvo un uso militar hasta que la Guerra de la Independencia terminó.
A sus pies se encuentran múltiples hileras de casas, muchas de ellas casas colgadas sobre un precipicio que ofrecen una estampa única de Frías. Pasear por sus calles es un auténtico lujo, pudieron visitar su muralla, el puente que se eleva sobre el río Ebro o la iglesia de San Vicente. Un casco histórico que ha sido declarado Conjunto Histórico Artístico.
Actualmente la economía de Frías se mueve gracias al sector primario, pero también gracias al turismo rural que elige la localidad para pasar unos días de tranquilidad o conocer con mayor profundidad la historia de la ciudad más pequeña de España y del mundo.