La felicidad es algo subjetivo que responde a los criterios personales e intransferibles de cada uno. Pero también es cierto que hay entornos más propensos a crear ambientes apacibles y armónicos, los mismos que procuran un bienestar inmediato. De igual manera, hay espacios o circunstancias que nos alejan de la posibilidad de ser felices. Un ambiente hostil de trabajo nos afecta anímicamente, al igual que un bosque o un espacio verde aquieta nuestra mente.
En los últimos años, se han dado distintas iniciativas para saber qué ambientes, lugares o circunstancias son más o menos apacibles. Entre ellas, la web Visual Capitalist ha elaborado un estudio con las ciudades del mundo con mejor equilibrio trabajo-calidad de vida, donde se han comparado los datos de 128 ciudades y se clasificaron los resultados hasta una escala de 100.
Según el estudio, Europa es líder en la lista, ya que 20 de las mejores 25 ciudades se encuentran en el viejo continente. De entre las ciudades, en primer lugar se encuentra Copenhague, la capital de Dinamarca, con una puntuación de 70,5, seguido de Helsinki (Finlandia) y Estocolmo (Suecia). El nivel alto de vida, la tasa baja de desempleo, la sostenibilidad y los espacios verdes son algunos de los factores que han hecho que Copenhague se sitúe en primer lugar. Tanto en la ciudad danesa como en Helsinki y Estocolmo priman los permisos parentales y las políticas de vacaciones que favorecen la conciliación de los ciudadanos entre la vida profesional y la personal.
El último estudio Mundial de la Felicidad, llevado a cabo por Gallup, el Centro de Investigación del Bienestar de Oxford, la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y el Consejo Editorial de la WHR, establece que las personas mayores de 60 son más felices que las personas de menos de 44. Yendo país por país, en Noruega, Suecia, Alemania, Francia y Reino Unido las personas mayores son significativamente más felices que los jóvenes, mientras que Portugal y Grecia muestran un patrón inverso.
Este estudio pone de manifiesto que los daneses, y en especial las personas mayores de 60 años, disfrutan de altos niveles de felicidad gracias a una combinación de factores socioeconómicos, culturales y personales. En Dinamarca, la educación, incluida la universidad, y la atención médica son gratuitas. Esta circunstancia elimina las preocupaciones financieras de sus ciudadanos, algo que es una fuente recurrente de estrés en otros países.
El acceso a servicios fundamentales de calidad a coste prácticamente cero posibilita que, desde jóvenes, los daneses se desenvuelvan en un entorno de igualdad de oportunidades. Por otro lado, el sistema de pensiones del gobierno asegura que las necesidades básicas de los daneses mayores estén cubiertas, permitiéndoles vivir gran parte de su vida sin sobresaltos económicos.“Creo que la evidencia es bastante clara... es más probable que seas feliz si vives en un estado de bienestar que si no lo haces”, afirma en el Huffington Post Søren Harnow Klausen, profesor de filosofía en el Departamento de Estudios de Cultura de la Universidad del Sur de Dinamarca.