El pueblo más bonito de España para visitar en julio, según National Geographic
Si buscas un destino ideal para una escapada de última hora en julio, te traemos uno
National Geographic ha elegido el mejor pueblo para visitar en julio de 2024
Además, es una de las localidades que está en la lista de las más bonitas de España
El turismo nacional ha crecido en los últimos años. Muchos ven una oportunidad el viajar dentro de España durante sus vacaciones o en una escapada de fin de semana porque las oportunidades son infinitas entre pueblos, ciudades, playas o islas por descubrir. Y para ello National Geographic siempre busca dar recomendaciones a sus lectores sobre los mejores destinos dependiendo de la época, y ya ha elegido el mejor lugar de España para visitar en julio de 2024.
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Cada mes eligen un destino español como el más bonito que visitar en ese momento, y ahora que estamos en verano esa selección se espera con mucha más ansia. En esta ocasión han elegido un destino de la Costa Blanca que incluso se ha llegado a declarar como la Santorini española por su buen clima, sus aguas cristalinas y sus casas blancas. Así que si estas planeando una escapada de última hora, toma nota.
Se trata de Altea, localidad que también es conocida por ser la cúpula del mediterráneo al encontrarse a medio camino entre el mar y la montaña, así que es ideal para cualquier tipo de viajero.
Un paseo histórico
Adentrarse entre sus calles estrechas te va llevando hasta diferentes miradores (puedes incluso ver Benidorm y sus rascacielos) con unas vistas privilegiadas hasta llegar a la iglesia de Nuestra Señora del Consuelo, un paseo increíble por todo su casco antiguo en el que profundizar en su historia a través de sus calles empedradas para conocer su pasado, marcado por los musulmanes. Uno de sus grandes encantos son precisamente las grandes cúpulas que coronan la iglesia, cubiertas de cerámica azul y blanca.
Un buen chapuzón
Pero ya alejados de su casco antiguo, el que quiera disfrutar del mar y de la arena para empezar a dorar un poco su piel (siempre con protección solar), tiene infinidad de playas en las que darse un chapuzón. Algunas como L’Olla o Cap Negret no son de arena, sino de cantos rodados, y otras tantas están refugiadas entre acantilados, ideales para huir de las masas, aunque siempre con precaución.
Infinidad de arroces que catar
Si por algo se caracteriza Altea es por haber conseguido equilibrar ser una localidad turística del mediterráneo a la vez que mantiene su esencia como pueblo pesquero y una gastronomía típica de la costa mediterránea. Los arroces, como el arroz a banda o el arroz del senyoret, son algunos de los platos más típicos de la zona junto a su popular paella con boquerones.