Realizar un viaje puede parecer una fuente de placer, sin embargo, hay personas que, lejos de mostrar una sensación de disfrute antes de llegar al destino escogido, manifiestan estrés y ansiedad. Desde los documentos necesarios para poder subir a un avión, hasta la preparación del equipaje, pasando por completar trabajos pendientes antes, el dinero o la duda de si el hotel escogido es el adecuado, descubrir nuevos lugares o culturas pueden provocar que se manifieste ese nerviosismo que además, estaría directamente relacionado con el denominado “gen viajero” tal y como se ha identificado ahora.
El término “gen viajero” hace referencia a la predisposición genética que explicaría por qué algunas personas experimentan mayor ansiedad al viajar que otras. Aunque por el momento hacen falta más estudios al respecto, las investigaciones actuales establecer que una una variante del gen DRD4, el DRD4-7r, está asociado a un mayor riesgo de ansiedad al viajar por los factores estresantes, como el miedo a volar o al idioma del destino. Es decir, los individuos que poseen la variante tendrían a su vez una mayor sensibilidad a la dopamina, el neurotransmisor catecolaminérgico más importante del Sistema Nervioso Central y que participa en la regulación de la conducta motora, la emotividad o la afectividad.
La ansiedad al viajar puede manifestarse incluyendo diferentes síntomas, que pueden variar de leves a graves y que son capaces de impedirte hacer planes o disfrutar de tu viaje al completo: irritabilidad, pánico, taquicardia, sudoración, mareos, tensión en los hombros o en otras partes del cuerpo, náuseas, sensación de no poder respirar, presión en la cabeza, dificultad para concentrarse o evitar situaciones relacionadas con el trámite pueden ser algunos de ellos.
Existen varias maneras de calmar la ansiedad antes o durante un viaje, como la planificación aunque dejando espacio para los imprevistos, que siempre pueden ocurrir. Para ello, es importante investigar sobre el destino, algo que provocará menos incertidumbre y más confianza. Crear una lista de verificación donde comprobar y reducir el riesgo de olvidar elementos importantes como documentos o artículos de uso personal también disminuye la ansiedad.
Las técnicas de relajación, que incluyen los ejercicios de respiración profunda, la meditación y la atención plena o mindfulness, así como la ayuda de profesionales especializados, también pueden suponer un factor fundamental para buscar soluciones prácticas tras identificar los miedos.