El jardín botánico con bosques centenarios y laberintos de laurel que está en Asturias

En el corazón de Asturias, a tan solo unos minutos del bullicioso centro de Gijón, se encuentra una joya natural que ha capturado la atención tanto de aficionados a la botánica, como de turistas. Se trata del Jardín Botánico Atlántico, un espacio que no solo destaca por su inmensa biodiversidad, sino también por sus espectaculares bosques centenarios y un intrincado laberinto de laurel. Te contamos algunas de las maravillas que alberga este jardín, su historia, y por qué se ha convertido en un destino esencial para los amantes de la naturaleza.

Un recorrido histórico por el Jardín Botánico Atlántico

El Jardín Botánico Atlántico fue inaugurado en 2003 y ha sido el primero de su tipo en el noroeste de España. Este proyecto, que ocupa 25 hectáreas, se ha consolidado como un símbolo del esfuerzo por preservar la flora del Atlántico norte. Con más de 30,000 plantas de unas 2,500 especies diferentes, el jardín está dividido en varias zonas temáticas que recrean diversos ecosistemas, desde los bosques boreales europeos hasta el Caribe tropical.

Sin embargo, la historia de este espacio no comienza en el siglo XXI. Parte de su encanto reside en el Jardín de la Isla, un rincón con raíces dentro del Jardín Botánico que se remonta al siglo XIX. Este jardín fue diseñado por el industrial Florencio Valdés en 1870, y aún conserva su trazado original de estilo romántico. Entre sus atractivos principales, destaca el laberinto de tejos, un espacio íntimo y misterioso que permite a los visitantes perderse, literalmente, entre la naturaleza. Además, el jardín cuenta con la pista de tenis más antigua de Asturias y un estanque histórico que aún se mantiene en funcionamiento.

Bosques centenarios: la Carbayera de El Tragamón

Uno de los mayores tesoros del jardín es, sin duda, la Carbayera de El Tragamón, un impresionante bosque de robles centenarios que fue declarado Monumento Natural en 2003. Estos robles, que llevan en pie desde hace más de tres siglos, no solo son fiel testigo y prueba de un legado del pasado que sigue vivo, sino que también son una fuente de biodiversidad crítica.

La Carbayera ofrece una experiencia única para quienes buscan reconectar con la naturaleza en su estado más puro. Pasear bajo los imponentes robles, cuya sombra proporciona un refugio en los días más cálidos, es un recordatorio de la importancia de preservar nuestros bosques antiguos. La sensación de caminar entre árboles que han visto pasar generaciones es incomparable.

El laberinto de laurel: un reto botánico

Entre las características más interesantes del Jardín Botánico Atlántico se encuentra su Laberinto de Laurel, una creación que emula las olas del mar con su diseño en espiral. Este laberinto, a diferencia de otros, ofrece un componente educativo único: se propone a los visitantes resolver una serie de preguntas de botánica para elegir el camino por el que continuar. Esta experiencia interactiva, además de ser entretenida, educa a los participantes sobre las especies que habitan en el jardín, fomentando una mayor apreciación por la flora autóctona.

Zonas temáticas: explorando la diversidad del Atlántico

El jardín está dividido en cuatro áreas principales, cada una con su propio enfoque temático. Una de las más emblemáticas es el Entorno Cantábrico, que recrea los paisajes vegetales típicos del arco atlántico. En esta zona, los visitantes pueden observar bosques mixtos de hayas, abedules y robles, además de alcornoques, praderas y matorrales que son característicos de la región.

Otra área destacada es la Factoría Vegetal, que explora la relación histórica entre el ser humano y las plantas. Aquí se presentan desde los frutales más antiguos hasta las hierbas medicinales que han sido utilizadas por diversas civilizaciones a lo largo de los siglos. Esta parte ofrece un enfoque práctico y cultural, mostrando cómo las plantas han sido una fuente fundamental de materias primas para la humanidad.

Por último, ya que del Jardín de la Isla ya hemos hablado, está el Itinerario Atlántico es quizás una de las áreas más interesantes del jardín. Este recorrido temático ofrece una visión global de los ecosistemas presentes en las dos orillas del Atlántico. Desde los bosques boreales y templados de Europa y América del Norte hasta las selvas tropicales del Caribe, el itinerario proporciona una experiencia inmersiva que transporta a los visitantes a diferentes biomas sin salir de Asturias.

Por todo esto el Jardín Botánico Atlántico de Gijón es un rincón imprescindible de Asturias, donde la historia, la ciencia y la naturaleza se entrelazan. Desde los majestuosos robles centenarios de la Carbayera de El Tragamón hasta el educativo laberinto de laurel, cada rincón del jardín ofrece una experiencia única para los visitantes. Ya sea para quienes buscan un paseo relajante o para los curiosos que desean aprender más sobre la biodiversidad del Atlántico, este jardín botánico es un destino que no se debe pasar por alto.