{{#section.link.href}}
{{section.link.title}}
{{/section.link.href}}
La despoblación es uno de los grandes problemas de la España rural. A lo largo de nuestro país, existen multitud de pueblos que han ido perdiendo población a favor de las grandes ciudades como consecuencia de la falta de oportunidades laborales y educativas que hay en el entorno rural.
Durante los meses más duros de la pandemia del coronavirus, fueron muchos los que, motivados por la instauración del teletrabajo, se plantearon la posibilidad de abandonar la ciudad para trasladarse a un pueblo en el que poder disfrutar de una vida más placentera.
Sin embargo, un reciente estudio publicado por Esade EcPol sobre la despoblación rural en España en los últimos 25 años ha demostrado que el número de personas que se trasladaron al mundo rural en 2020 se mantuvo en los mismos niveles que en años anteriores. O lo que es lo mismo: pese a los debates y reflexiones, la migración al mundo rural durante los meses más complicados de la pandemia se ha mantenido igual que antes del estallido de la Covid-19.
Mientras el Gobierno central aprueba políticas y medidas para combatir la despoblación de estas zonas rurales, los pueblos afectados por este fenómeno también han comenzado a buscar soluciones para atraer de nuevo a la población. Algunos han optado por subastar viviendas; otros, por ofrecer alquileres extremadamente reducidos. E incluso hay alguno que directamente ha apostado por pagar a los ciudadanos por vivir en su territorio.
Si estás pensando en cambiar de aires y abandonar la gran ciudad para disfrutar de una vida alejada del ruido y la contaminación, estos son algunos de los pueblos de España que han aplicado este tipo de iniciativas para intentar aumentar su población.
En Ponga, un pequeño pueblo de poco más de 600 habitantes ubicado en el sur de Asturias, el ayuntamiento ha decidido intentar combatir la despoblación ofreciendo 3.000 euros a todas las parejas que decidan instalarse de manera definitiva.
El objetivo de esta medida es atraer a la población más joven y reactivar la economía local. Además de estos 3.000 euros, el Ayuntamiento también ofrece otra subvención valorada en 3.000 euros por cada niño recién nacido en el pueblo.
En Olmeda de la Cuesta se calcula que hay aproximadamente unos 20 residentes. Nada más. Para revertir esta situación y recuperar parte de su población (hace años, llegó a tener 500 habitantes, una cifra que, si bien no es demasiado elevada, sí marca una importante diferencia con la realidad actual), el Ayuntamiento ha decidido subastar terrenos a un precio muy reducido: de entre 200 a 3.000 euros, dependiendo del tamaño.
Eso sí: quienes decidan comprarlo, deberán construir una casa en un plazo máximo de tres años.
Este pequeño pueblo ubicado en la Sierra de Albarracín tiene una población de aproximadamente unos 130 habitantes, y para aumentarla el Ayuntamiento ha decidido ofrecer a los vecinos que se muden un puesto de trabajo y tres meses gratis de alquiler.
Pasado este tiempo, el precio de la renta que deberán de pagar será de 225 euros, a los que se les descontará 50 euros por cada hijo en edad escolar. La medida está, sobre todo, enfocada a las familias con hijos.
Esta pequeña aldea ubicada en el municipio de A Lama (Pontevedra) tiene una población de aproximadamente unos 200 habitantes, pero solo 50 viven en ella todo el año. Para combatir esta situación y atraer a la población, desde el Ayuntamiento han decidido ofrecer alquileres a un precio reducido, a partir de 100 euros.
Rubiá es un pequeño pueblo de aproximadamente 1400 habitantes que establece la frontera natural entre Galicia y León. Para aumentar la población y combatir el avance de la despoblación, desde el Ayuntamiento han decidido ofrecer entre 100 y 150 a todas aquellas personas que decidan vivir en el pueblo. La medida está especialmente enfocada a familias, y con ella se pretende mantener el número de escuelas de la zona.