Cuando empecé a viajar lejos de verdad me imaginaba cómo sería volar en primera clase. Según la leyenda, durante la facturación del equipaje la azafata de tierra, al asignarte el asiento, te cambiaba a ese espacio soñado si le contabas que te acababas de casar y te ibas de luna de miel. Durante años lo intenté, pero nunca se cumplió mi deseo, porque pretendía que fuera gratis.
En Uppers nos hemos encontrado con que circula por las redes sociales la estrategia sobre cómo viajar en primera clase sin pagar más. @Cierra_Mistt es una usuaria de TikTok.com con 2,9 millones de seguidores. Es azafata y durante uno de sus directos de “Preguntas y respuestas de asistentes de vuelo” ha revelado ante su audiencia los secretos de cómo conseguir un cambio de asiento a primera clase.
Para muchos pasajeros hacer un viaje en avión de diez horas es una pesadilla si vuela en la clase más económica. El espacio individual es ínfimo y estirar las piernas es una utopía. La experiencia es totalmente diferente en primera clase.
Ese asiento ridículo en turista se transforma en una cómoda butaca que a su vez se convierte en una cama de casi dos metros de largo para dormir plácidamente. Pantallas táctiles para ver series o películas; reposacabezas y cojines dorsales y lumbares ajustables, incluso con función de masaje; edredón; almohada; neceser con todo lo necesario para el aseo personal; bebidas a la carta; exquisita comida con estrella Michelin… A lo que se añade las salas de espera VIP para esperar el embarque; el espacio para el equipaje de mano; o la rapidez a la hora de subir y bajar del avión.
Según las palabras de @Cierra_Mistt, el truco para acceder gratis a un asiento VIP es “ser amable con el agente de la puerta de embarque y con el auxiliar de vuelo”. Son empleados que trabajan demasiadas horas, con mucha presión y sin apenas tiempo para descansar o sentarse unos minutos a lo largo de su jornada.
Esta azafata dice que “los milagros los podemos hacer cuando nos traen un Starbucks o una bolsa de bombones. Especialmente en esos largos días en los que tenemos vuelos seguidos y no paramos ni para comprar algo de comida”. También apunta que no está garantizado que la estrategia de resultado. En Uppers nos surgen demasiadas dudas al respecto, primero porque suponemos que estos empleados tendrán prohibido aceptar regalos y más aún si se trata de comida o de bebida.
Durante la conversación en TikTok, la azafata también ha asegurado que un posible truco que podría funcionar es comprar los asientos en la parte trasera del avión. Suelen ser más baratos y cuando los vuelos no están llenos es necesario distribuir el peso y las cargas para equilibrar.
Sería el momento de consultar al auxiliar de vuelo, al que previamente le hemos regalado unos bombones, si nos podría cambiar de asiento y pasarnos a primera clase. Es evidente que todo ello debe ir acompañado de la más exquisita educación y cortesía por nuestra parte para lograr el objetivo. Mistt insiste en que “un poco de amabilidad puede llevarte muy lejos; los asistentes de vuelo son humanos, no robots”.
En Uppers nos quedamos con la amabilidad sin ningún fin a la hora de tratar con cualquier persona sobre todo si sabemos que sus jornadas son interminables. ¡Ya os contaremos el resultado de la experiencia si tenemos la oportunidad de poner en práctica estas estrategias!