El paraíso está más cerca de lo que crees: cinco islas paradisíacas en España para estas vacaciones
España cuenta con islas e islotes envidiables en donde pasar unas vacaciones paradisíacas sin tener que salir del país, muchas de ellas grandes desconocidas
Si la costa española está llena de contrastes y paisajes diferentes, no hablemos de la cantidad de islas espectaculares que tiene
La gran mayoría de veces nuestra idea de vacaciones en el paraíso se plasma en el Caribe o en alguna isla recóndita en el océano Pacífico. Pero, ¿realmente es necesario irse tan lejos? En ocasiones lo de descubrir mundo más allá de nuestras fronteras es el principal atractivo, pero no nos damos cuenta que el paraíso está más cerca de lo que creemos, sin tener que salir del territorio nacional. España es un país con miles de kilómetros de costa, lo que significa que hay muchas islas que le pertenecen, es más, cuenta con dos archipiélagos, en canario y el balear, con islas llenas de contrastes entre sí que es lo que las hace tan especiales.
Canarias y Baleares son dos joyas españolas, las primeras en medio del Atlántico y las segundas rodeadas del mar Mediterráneo. Islas que sin duda son un paraíso envidiable en donde pasar unas vacaciones a cuerpo de rey. ¿Quieres conocer más a fondo algunas de esas islas paradisíacas con las que cuenta España?
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La Graciosa
Hasta hace apenas dos años era considerada un islote, pero desde 2018 el Senado aprobó el reconocimiento de La Graciosa como la octava isla de Canarias. Poco más de 700 habitantes viven en ella, la mayoría en Caleta de Cebo, su capital, donde las carreteras son de arena, y unos pocos en Pedro Barba, un pequeño pueblo al norte de la isla. La única forma de llegar hasta ella es en ferry desde Órzola, en el norte de Lanzarote, un trayecto de media hora en el que si la mar está picada el viaje será más que divertido. Sus playas son envidiables, entre las que destacan la de la Cocina y la de las Conchas, esta última completamente abierta al norte y desde donde se puede admirar a la perfección el resto del Archipiélago Chinijo.
Isla de Lobos
Este islote se encuentra a medio camino entre Lanzarote y Fuerteventura y su nombre viene, precisamente, por una colonia de lobos marinos que vivió durante muchos años en los alrededores del islote pero de los que ya no hay rastro. En un día se puede ver la isla entera si se está de vacaciones en Lanzarote o Fuerteventura, pero la única forma de hospedaje es la acampada y para ello hay que pedir un permiso al Cabildo de Fuerteventura. Eso sí, disfrutar de su paisaje y sus aguas cristalinas es de otro mundo, y nada como tener la suerte de encontrar sitio en su pequeño restaurante y probar el pescado fresco del día.
Isla Cabrera
Es probablemente la más desconocida del archipiélago balear, al sur de Mallorca. Ese pequeño conjunto de islotes recibe durante el verano cientos de visitantes en barco que pasan el día en sus alrededores, siempre respetando la fauna y flora de la zona, que está protegida. En caso de no ir con excursiones, sino con embarcaciones particulares es necesario un permiso de navegación y de fondeo para poder estar en la zona. Un castillo, un faro, un pequeño albergue y una cantina es todo lo que podemos encontrar en ese paraíso alejado de las multitudes. Y su principal atractivo, una cueva a la que solo se puede acceder en barco, con un azul intenso perfecta para bucear un buen rato.
Formentera
Esta es la más pequeña de las islas Pitiusas, al sur de Ibiza. Formentera siempre ha sido un destino exclusivo al que muchas estrellas españolas e internacionales acuden para pasar los meses de verano. Una elección que probablemente venga por sus espectaculares playas de arena blanca y aguas cristalinas que la convierten en una joya del Mediterráneo sin nada que envidiar a cualquier otra. Los días en Formentera pasan tranquilamente mientras te tostas al sol, das paseos en barco y comes el mejor pescado fresco. Desde luego unas vacaciones inolvidables.
Islas Cíes
No todo iba a ser Canarias y Baleares, pues la costa española es gigantesca y Galicia tiene su propio paraíso. Las islas Cíes bien podrían estar en medio del Caribe, pero están en el Atlántico, frente a la costa gallega. Llegar a ellas no es fácil, pues hay que pedir permisos para pasar el día y hay un máximo de visitantes diarios, así como un límite de hospedaje en el camping. Sus aguas cristalinas, la arena fina y blanca y el verde de sus montañas las convierten en islas especiales llenas de contrastes que hay que visitar al menos una vez en la vida. Quién sabe si este es ese verano.