La playa nudista es un placer para el que no hay edad: consejos para tu primer destape veraniego
"Las playas nudistas son una maravilla a cualquier edad, pero pasada una cierta cantidad de décadas, pueden ser un descubrimiento de lo más liberador."
La primera vez que pisé una playa nudista tenía 18 años y un cuerpo muy próximo a la perfección, si bien no era bello de acuerdo con el look «heroinómana recién salida de un campo de concentración» que imperaba en los 90 (gracias, Kate Moss). No tenía ni los costurones que ahora luzco como medallas de guerra en la pierna, ni celulitis ni una sola mancha causada por los rayos solares. No miré a mi alrededor para que no pensaran mal de mí, me cubría con la toalla cada vez que podía, diciéndole a mi novio de entonces que es que me había entrado fresco... En fin, fui una pardilla. A fuerza de volver, me fui acostumbrando a los cuerpos de los demás habitantes de la playa, a sus desperfectos, ni mejores ni peores que los míos, pero sobre todo a su naturalidad. Estaban realmente cómodos en su piel y se la traía al pairo lo que cualquiera pensara de ellas y ellos. Resultado: me hice adicta. No hay mejor manera de disfrutar de la playa que en cueros y ya tenemos una edad, así que a dejarse de complejos. A todo hay que darle una oportunidad en esta vida. Bueno, a casi todo: no me veo yo llevando una prenda animal print, por ejemplo, y creo que es una experiencia de la que podré pasar hasta que me lleve la Parca.
No hay mejor manera de disfrutar de la playa que en cueros y ya tenemos una edad, así que a dejarse de complejos.
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Pero decíamos. Las playas nudistas son una maravilla a cualquier edad, pero pasada una cierta cantidad de décadas, pueden ser un descubrimiento de lo más liberador. En las textiles sufrimos por defecto y hay razones para ello. No existe el bañador o el biquini que no te saque la lorza correspondiente, aunque sea una pequeña, con lo que te pasas buscando la postura correcta en la que sentarte para que no se te vea todas las horas que estás. Después, esas mismas prendas de baño te van a dejar marcas indeseadas en tu bronceado natural, con lo que te sale un pan con unas tortas. Tardan una eternidad en secarse además. No vale la pena.
La pellinga* también es bella. Basta ya de la dictadura de la juventud. En la playa nudista se equilibra la balanza. Todas y todos estamos vulnerables y sentimos que nos miran... durante aproximadamente cinco minutos, como os decía antes. Después, la sobreexposición crea abulia y desinterés. Todos los cuerpos son iguales, todos tienen defectos, ninguno y creedme, ninguno, sería digno de estar en la portada de Vogue sin pasar antes por el doctor Photoshop. Enseña ese cuerpo y disfruta del calor del sol. A nadie le importa que tengas el culo caído.
Si es la primera vez que vais a una playa nudista, unas consideraciones:
- No seáis rancias ni rancios y no os pongáis algo textil. En las playas abiertas a todo el público se puede ir en top less. Dejad las playas nudistas a los y las nudistas que bastante tenemos con lo difícil que es encontrar una que no esté escondida y cueste una travesía en el desierto llegar.
- Protección solar siempre, pero si es la primera vez que liberáis el trasero al sol, haced el favor de buscar una que sea lo más cercano al yeso. Yo me hice la valiente una vez, que hay que ser imbécil con este tono de zombi victoriano que gasto habitualmente, y estuve sin poder sentarme una semana. El peeling fue importante, también.
- Si os encontráis a conocidas o conocidos, no hagáis el idiota y saludad. Es un poco extraño al principio de la conversación, pero nada que una broma no pueda solucionar. Una broma, no una 'cuñadada': nada de “ahora la próxima vez que te vea te imaginaré desnuda”, que nos conocemos.
- La arena no es ni más ni menos molesta que cuando llevas bañador. Tranquilos que no se os va a meter un granito en algún lado y vais a acabar criando perlas. Llevad una toalla, por todas las diosas, y meteos en el agua de vez en cuando.
- Hablando del agua: aún no he encontrado placer mayor (comparable, sí; mayor, no) que nadar con todos mis apéndices a su aire. Probadlo lo antes posible y pa’fuera telarañas, que la vida son dos días para estar siempre con complejos y lastres.