El pueblo español que se ha colado entre los 10 con más encanto del mundo
Le Monde ha elaborado un año más la lista de los 20 enclaves más atractivos del planeta
Riglos, en la provincia de Huesca, entra el número 7 del ránking
La localidad aragonesa destaca por el conjunto geológico de Los Mallos y el castillo de Loarre
Como todos los años, Le Monde publica una lista de los 20 pueblos con más encanto del mundo. En esta ocasión, España se cuela en el 'top ten', concretamente en el puesto número siete.
Y el pueblo con más encanto es...
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Riglos, localidad aragonesa en la provincia de Huesca situada a orillas del río Gállego, se ubica en la comarca de La Hoya y está considerado Monumento Natural. La localidad solo tiene 250 habitantes.
Le Monde destaca de esta localidad Los Mallos, grandes formaciones geológicas con paredes verticales de piedra rojiza que llegan a los 300 metros de altura. "Los Mallos hipnotizan y modelan el paisaje. Monolitos gigantes, reino de las aves rapaces, que atraen a escaladores de todo el mundo a la provincia española de Huesca", explica el diario.
Conocido entre los aficionados al alpinismo
El paisaje rocoso parece haber enamorado al periódico, uno de los más importantes en francés. "La primera vez que vemos estos extravagantes muros desde la carretera, nos quedamos impactados. Incluso nos preguntamos si son reales. Pasada la sorpresa, tratamos de entender cómo ha pasado este paisaje barroco a través del tiempo, y, desde diferentes puntos de vista, intentamos aún acercarnos o alejarnos de él", prosigue el reportaje.
Los Mallos son un punto de atracción conocido para los amantes del alpinismo, al contar con más de 200 vías de escalada, algunas de gran dificultad. Quienes disfrutan del senderismo pueden realizar la famosa Vuelta a los Mallos de Riglos, un recorrido de cinco kilómetros de unas dos horas y media de duración que asciende entre las rocas, pasando por varios miradores como el de la Espinaba o los Buitres.
No solo naturaleza
La naturaleza no es el único reclamo turístico de la zona. En la entrada del municipio se halla también la pequeña ermita románica de San Martín, construida en el siglo XII.
Para quienes disfruten de la ornitología, la zona esta llena de aves rupícolas y gran parte de ellas son especies protegidas: desde buitres hasta quebrantahuesos y alimoches.
Otro de los puntos de visita es el Castillo de Loarre, una fortaleza a 20 kilómetros del pueblo declarado Bien de Interés Cultural y Monumento Nacional. El castillo medieval, del siglo XI, está construido en plena sierra de Loarre, rodeado de una muralla de 10.000 metros cuadrados.
Y para reponer fuerzas, nada mejor que dejarse atrapar por la sabrosa gastronomía local. Unos cardos aragoneses, la típica fritada, el pollo en pepitoria o un buen ternasco son algunas de las opciones más apreciadas.