Lo queramos o no, nuestros nombres son nuestra primera tarjeta de visita. En principio, no podemos elegirlos y esta obviedad es importante. Son los padres quienes suelen nombrar a sus hijos. Para muchos es una prueba de creatividad o una forma de expresar sus propias personalidades o identidades a través de su descendencia. Pero lo que no se tiene en cuenta es que la elección que hacen sobre sus hijos puede influir en la forma en que los demás los percibirán. Los nombres, en suma, significan mucho en la vida de una persona.
Para empezar, se trata de la parte más significativa de nuestra marca personal. "La elección de un nombre dice mucho de nosotros. Muestra la cultura a la que pertenecemos y el ambiente en el que nos movemos. Pero, además, los nombres también son una cuestión de moda", explica Gerrit Bloothooft, experto en onomástica.
Otros expertos señalan que los nombres son importantes para la creación de nuestro auto-concepto. "Los nombres se usan para identificar a un individuo y comunicarse con él a diario. Y, además, sirven como la base misma de la propia concepción de uno mismo, especialmente en relación con los demás", explica David Zhu, psicólogo de la Universidad Estatal de Arizona, que investiga la psicología de los nombres.
Los estudios realizados hasta ahora señalan algunos datos curiosos sobre la influencia de los nombres en la personalidad. Por ejemplo, las personas que tienen nombres antiguos o pasados de moda son percibidos como menos atractivos y eficaces.
Un estudio dirigido por el psicólogo estadounidense Jean Twenge descubrió que las personas a las que no les gustaba su propio nombre tendían a adaptarse peor a su entorno. En opinión del experto, esto probablemente derivó de una falta de autoestima. "El nombre se convierte en un símbolo del yo", explicaba el estudio.
El mismo estudio reveló que las personas con nombres "pasados de moda" en ese momento tenían más probabilidades de ser rechazados, en comparación con las personas con nombres más modernos. Trasladado a otros aspectos, este hecho podría ser un indicativo del trato que recibieron estas personas a lo largo de la vida.
En el caso español, los nombres más comunes siguen siendo los de toda la vida, atendiendo a las estadísticas del INE en 2022. Por parte de los hombres, Antonio es el nombre más común en España (por cada 1.000 varones, 28’2 se llaman así), seguido de Manuel (24,7 de cada 1.000), José (24,3), Francisco (20,6), David (15,8), Juan (14,3), Javier (13,2), José Antonio (13,2), Daniel (13) y José Luis (12,4).
Por otro lado, el nombre más común entre las mujeres en España es María del Carmen: pues 26,8 de cada 1.000 se llaman así. Les siguen los nombres de María (24,3), Carmen (15’5), Ana María (11,2), Josefa (10,9), María Pilar (10,8), Isabel (10,7), Laura (10,7), María Dolores (10,5) y María Teresa (10,3).
En cuanto a los nombres favoritos para recién nacidos, fueron Hugo (3.313) para los niños y Lucía (3.432) entre las niñas.