Fernando Tejero y su depresión por no aceptarse: "Mis padres se enteraron de que era gay por la televisión"
En España, 1 de cada 4 personas de entre 40 y 54 años aún no se atreve a vivir acorde a su orientación sexual
Fernando Tejero participa en una campaña para visibilizar la libertad y la diversidad sexual a partir de los 40 años
"Sigue habiendo muchísimo prejuicio y homofobia, hasta que eso no se acabe, va a haber muchísima gente con miedo", dice el actor
España es uno de los países más avanzados en relación a la aceptación de la diversidad sexual y de los derechos LGTBIQ+, lo que no quiere decir que quede aún un largo camino por recorrer, especialmente para personas seniors del colectivo que son, precisamente, las más invisibilizadas. Con motivo del Orgullo, la marca Lelo ha lanzado la iniciativa 'It's never too late' con la que pretende visibilizar la libertad y la diversidad sexual a partir de los 40 años, ya que las personas nacidas antes de los 80 son las que han sufrido y sufren más represión y dificultades en su entorno. Para ello, el actor Fernando Tejero es una de las cabezas visibles de la campaña junto a otros rostros anónimos.
En España el 24% de las personas del colectivo con edades comprendidas entre los 40 y los 54 años esconde su orientación sexual, un 23% cuando se habla de mayores de 55 años, según datos de la Agencia de Derechos Fundamentales de la Unión Europea. No es el único dato que nos debe hacer reflexionar, ya que el 27% de los mayores de 55 no suele tener muestras de afecto en público debido al miedo de ser amenazados o agredidos, mientras que el 18% ni siquiera le ha contado a un familiar su condición sexual, un 9% no se lo ha contado a absolutamente nadie de su entorno.
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Además, los seniors suelen tener más dificultades para relacionarse, lo que puede provocar la aparición de síntomas de depresión o ansiedad, llegando un 39% a plantearse en algún punto el suicidio. Para dar mayor visibilidad a la campaña, han contado con el testimonio del actor Fernando Tejero, de 55 años.
Bullying desde la niñez
"Sufrí bullying, que en aquella época no tenía nombre. Incluso llegué a pensar que ocurriría un milagro y que yo dejaría de ser homosexual", explica el intérprete, que no lo tuvo fácil tampoco en el ámbito familiar. "Cuando mis padres se enteran yo ya era una persona conocida, se enteraron por la televisión porque yo nunca me senté con ellos para contárselo. Tampoco tenía la necesidad", relata.
"Tenía pluma desde pequeño y la voz afeminada. A día de hoy tengo la voz grave por forzarla, por no querer tener esa voz y la pluma me la quité a base de mucho esfuerzo y de no querer tenerla", prosigue el actor de 'La que se avecina', que en el colegio sufrió bullying por su condición sexual y, como consecuencia, en la actualidad a veces tartamudea en ciertas ocasiones
Tejero, el primero en no aceptarse
Tejero cuenta que en su familia había miedo al dedo acusador de la sociedad, de que no le aceptasen, aunque señala que "el primero que no se aceptaba era yo, no quería, bajo ningún concepto, creer que pudiese ser homosexual". A raíz de todo ello confiesa que sufrió una depresión porque "es muy difícil tener que ocultarlo, tener que andar fingiendo, hasta tuve novias". En Madrid fue cuando sintió cierta liberación y, de no ser así, puede que al final hubiese acabado "casado y con niños".
Al no aceptarse a sí mismo, el actor cuenta que su idea era "vivir con esa mentira el resto de mi vida. Me causó tristeza, pena y represión. Hoy hay más información, hemos avanzado muchísimo y está bastante más normalizado, aunque sigue habiendo muchísimo prejuicio y homofobia, con lo cual, hasta que eso no se acabe, va a haber muchísima gente que va a seguir teniendo miedo". Porque él mismo lo ha sufrido, no solo en su juventud, también ahora cuando, algún fan le ha llegado a decir que se "le ha caído un mito" al enterarse de su condición sexual.
"Lo más bonito que nos podría pasar en la vida es que no tuviésemos que hablar de esto, que fuese una cosa que estuviese normalizada de verdad. Me gustaría dejar un mundo donde no existan las etiquetas, donde la gente joven y futuras generaciones se puedan sentir libres y no pasen ni la mínima parte de lo que yo he pasado".